Llarena estudia recurrir a la justicia europea para lograr la extradición de Puigdemont
El instructor de la causa del 'procés' plantea presentar una cuestión prejudicial a la justicia europea sobre la interpretación de las euroórdenes
La justicia belga se ha convertido en un escollo para Pablo Llarena en su pretensión de traer de regreso a España a Carles Puigdemont para juzgarle por su participación en el referéndum ilegal del 1-O. Y el instructor de la causa del procés, previendo que Bélgica rechazará su extradición, estudia elevar el caso al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE).
Tanto Puigdemont como los exconsellers huidos Toni Comín y Clara Ponsatí previsiblemente perderán la inmunidad como eurodiputados en la semana del 8 de marzo, cuando se celebre el pleno de la Eurocámara en el que se votará su suplicatorio. De esta forma, se podrán reactivar las euroórdenes enviadas por España, que estaban suspendidas en Bélgica.
Pero todo apunta a que los jueces belgas no están por la labor de dar la razón al Tribunal Supremo, pues consideran que no es competente para juzgar a los dirigentes independentistas por los hechos del otoño de 2017. Su reciente decisión de no extraditar al exconsejero Lluís Puig, esgrimiendo precisamente estos motivos, sienta un precedente importante.
Esto quiere decir que, aunque los políticos catalanes probablemente perderán la inmunidad en el Parlamento Europeo, es posible que Bélgica rechace las euroórdenes en su contra, de forma que no solo puedan permanecer fugados de la justicia española sino que puedan seguir siendo representantes españoles en la Eurocámara.
Discrepancias entre Bélgica y España
En una providencia notificada este jueves, Llarena ha planteado la posibilidad de acudir a la justicia europea con una cuestión prejudicial para conocer la interpretación que tiene el TJUE de las órdenes europeas de entrega y captura. La decisión aún no ha sido tomada, puesto que el magistrado ha dado tres días a las partes para que presenten argumentos.
La pregunta que se hace el instructor del juicio del 1-O es si la interpretación que ha hecho la justicia belga de las euroórdenes presentadas por España está amparada en el Derecho de la UE. En el escrito, Llarena reconoce que las recientes decisiones de los jueces y fiscales belgas «discrepan» de la interpretación «que sostiene este Tribunal Supremo«.
La justicia española se ha estado armando para este momento desde hace meses. En respuesta indirecta a la fiscalía belga, que ratificó que el Supremo no era competente para juzgar a los independentistas, el Constitucional sostuvo en una sentencia reciente que el alto tribunal tiene una «incuestionable base legal explícita» en este proceso.
El Tribunal Constitucional se pronunció de esta forma al rechazar el primero de más de una decena de recursos contra la sentencia del procés. Se trataba del recurso interpuesto por la exconsejera Meritxell Borràs, que, al igual que los demás condenados y procesados, defendió que a los independentistas solo podía juzgarles el Tribunal Superior catalán (TSJC).
Ahora, Llarena señala que «la interpretación definitiva de la norma» de las euroórdenes «no solo afecta a las decisiones de entrega que deban tomarse en un futuro y a su eficacia procesal, sino que condiciona la subsistencia de unas medidas que impactan directa y permanentemente en el derecho a la libertad de los afectados». Y considera pertinente aclarar el tema.