La línea 9 del metro de Barcelona acumula un sobrecoste del 251%
La Sindicatura de Cuentas pone al descubierto un desvío presupuestario de cerca de 5.000 millones de euros en las obras de la Línea 9 del metro de Barcelona
La construcción de la Línea 9 (L9) del metro de Barcelona tuvo un sobrecoste del 251,5% en el periodo comprendido entre 2002, cuando se iniciaron los trabajos, hasta 2016, según constata un informe de la Sindicatura de Cuentas. Las obras de esta infraestructura todavía no han finalizado.
Según este informe, a fecha 31 de diciembre de 2016, se había invertido en la construcción de la L9 un total de 6,916,5 millones de euros, con lo que se superó en 4.949 millones (un 251,5%) el coste presupuestado en 2002, que se fijó en 1.967 millones de euros.
De este sobrecoste de 4.949 millones de euros, 2.828,8 millones corresponden a incrementos en las inversiones y otros 2.120,2 millones a costes financieros.
Además, en 2016, las obras ya acumulaban un retraso en la ejecución de diez años y todavía no han finalizado.
La construcción de la L9 ha estado marcado por los sobrecostes, los retrasos y las polémicas. La sentencia del caso Palau apuntó al pago de comisiones por la adjudicación de obras de esta línea de metro en favor de Convergència.
El informe de la Sindicatura de Cuentas desmenuza un cúmulo de supuestas irregularidades al fiscalizar los sobrecostes registrados en esta línea durante el período de 2002 a 2016.
En diversos expedientes de adjudicación de obras, no consta justificación alguna sobre las puntuaciones otorgadas a los licitadores o resultan insuficientes. Además, los informes técnicos de valoración de las alegaciones presentadas por los licitadores no están suficientemente motivados.
Dudas sobe la gestión de la Oficina Técnica que evaluó las ofertas
También se pone en duda la gestión de la Oficina Técnica de Evaluación. Desde junio de 2011 hasta noviembre de 2015, este organismo era el responsable de evaluar las ofertas presentadas por los licitadores y de elevar la propuesta de clasificación o de adjudicación a la mesa de contratación. En consecuencia, era también la responsable de determinar las ofertas que se excluían. “Su labor queda cuestionada en las observaciones señaladas correspondientes a la insuficiente justificación de la valoración”, subraya el informe de la Sindicatura de Cuentas. la Oficina Técnica de Evaluación fue suprimida en noviembre de 2015.
La Sindicatura también constata que “en todos” los expedientes de modificación de los contratos de concesión tramitados durante los ejercicios 2010 y 2014 se modificaron aspectos esenciales de los contratos.
En diez contratos adjudicados entre 2009 y 2010 se considera que hubo un “fraccionamiento indebido” de los mismos.
El informe también apunta a Josep Lluís Quer, al que menciona por las iniciales JLQ. En 2011, este figuraba como presidente de Infraestructures.Cat (el gestor de obra pública de la Generalitat) y, al mismo tiempo, aparecía como administrador único de una empresa que formaba parte de una UTE a la que se asignó un contrato de ingeniería de la Línea 9 por un importe de 640.000 euros.
El último gobierno de Jordi Pujol encargó la gestión de la construcción de la Línea 9 a GISA (posteriormente, llamada Infraestructures.cat). En 2002, coincidiendo con el inicio de las obras, atribuyó a Ifercat, empresa administradora de las infraestructuras ferroviarias de la Generalidad, el carácter de administrador único de la L9.