Los lazos saudíes de Sánchez en pleno asalto a Telefónica: intercedió a favor de la monarquía en las crisis con su Gobierno
La decisión del Gobierno sobre la compra de Saudi Telecom del 10% de Telefónica estará marcada por el interés de Sánchez en mantener las buenas relaciones con Arabia Saudí
A Pedro Sánchez le toca mover ficha tras el desembarco de Saudi Telecom en Telefónica. El real decreto antiopas que acaba de entrar en vigor –lo hizo el 1 de septiembre- establece que cualquier inversión extranjera por encima del 5% necesitará la autorización del Gobierno. Antes el umbral se fijaba en el 10%.
También se rebaja de seis a tres meses el plazo para dar la autorización a la operación. Este es el tiempo del que dispone Sánchez para abrir las puertas o no al 10% de Telefónica al que aspira la teleco saudí.
Los precedentes, desde que Sánchez está al frente del Gobierno, siempre han sido favorables para los intereses de Arabia Saudí.
Así lo hizo en septiembre de 2018 cuando la ministra de Defensa, Margarita Robles, por su rechazo a los bombardeos saudíes en Yemen, rompió de manera unilateral un contrato con Arabia Saudí por el que España se había comprometido a entregarles 400 bombas de precisión. Pero Sánchez obligó a Robles a rectificar y a entregar el pedido.
El asesinato, un mes después, del periodista Jamal Khashoggi en el consulado de Arabia Saudí en Estambul por agentes del gobierno saudí tampoco hizo cambiar de posición a Sánchez, a pesar de que Alemania y otros países anunciaran un boicot a Arabia Saudí y la paralización de las ventas de armas.
Un escenario complejo para el Gobierno
El escenario es complejo para el Gobierno porque detrás de estas decisiones están los contratos firmados por Navantia que actualmente sigue construyendo corbetas para la marina saudí y da empleo a más de 7.000 personas.
La pérdida de los contratos para la construcción de buques en los astilleros gaditanos es el botón que siempre amenaza con pulsar la monarquía saudí cada vez que España ha hecho algún intento de no cumplir sus acuerdos.
Por eso, Sánchez ha justificado siempre sus decisiones a favor de Arabia Saudí en “la defensa de los intereses de España y de los puestos de trabajo en sectores estratégicos”.
En este temor a que Arabia Saudí rompa los contratos con España, entra también el que el presidente del Gobierno español se pusiera de perfil cuando la Federación Española de Fútbol, de la mano de Luis Rubiales y Gerard Piqué, se llevó la celebración de la Supercopa de España a Riad, la capital de Arabia Saudí.
En la decisión que adopte Sánchez sobre la entrada de Saudi Telecom en Telefónica pesará también que, a principios de 2022, el presidente del Gobierno hizo una gira por Oriente Medio para intentar que los fondos soberanos de esos países invirtieran en las compañías del IBEX 35.
Saudi Telecom está controlado por el fondo soberano de Arabia Saudí, por lo que sería chocante que Sánchez vetara su participación en Telefónica cuando hace menos de un año y medio pedía a la monarquía saudí que tuviera en su radar inversor a las empresas españolas.