Borràs dio instrucciones para fraccionar 260.000 euros en contratos
La portavoz de JxCat en el Congreso explicó a su amigo Isaías Herrero, condenado por la Audiencia Nacional, cómo emitir las supuestas facturas falsas
La Audiencia Nacional condenó a finales del pasado diciembre a cinco años de prisión por tráfico de drogas a Isaías Herrero, el programador informático al que Laura Borràs adjudicó una serie de contratos públicos cuando era directora del Instituto de las Letras Catalanas (ILC). Se abrió entonces un proceso judicial en el que nuevas pruebas estrechan el cerco en torno a la portavoz de JxCat en el Congreso.
La investigación a Herrero sirvió para que salieran a la luz varios correos electrónicos intercambiados entre el informático y Borràs. En ellos hay una serie de conversaciones por las que el Tribunal Supremo investiga a la que fuera directora del ILC por presuntos delitos de prevaricación, malversación de caudales, fraude administrativo y falsedad de documento mercantil.
Concretamente, la sentencia de la Audiencia Nacional destapó la adjudicación de una serie de contratos pequeños que individualmente no superaban 18.000 euros pero que en conjunto sumaban 260.000 euros. Según el contenido de los correos, publicados este jueves por La Vanguardia, se percibe la forma de proceder de Borrás y su compañero.
«Llevo pensando unos días sobre el hecho de tener que hacer facturas por todas partes. Estaría bien que me confirmaras si no hay otra manera de hacerlo, digamos que un poco más elegante», escribe Herrero en uno de los mails enviados a la dirigente independentista.
Isaías Herrero preguntó a Laura Borrás por una manera de hacer las facturas «un poco más elegante»
Siguiendo la misma información, la Fiscalía investiga si Borràs habría presionado para usar empresas mediante las que Herrero pudiera cobrar por trabajos como el diseño la web de la institución -además de otras tareas- y poder emitir facturas falsas.
Uno de los correos, con fecha de la madrugada del 27 de febrero de 2013, resulta bastante esclarecedor. «Llevo pensando unos días sobre el hecho de tener que hacer facturas por todas partes para cubrir todos los proyectos y la verdad es que resulta un poco extraño y complicado tener que hacer este trapi…», escribe Herrero a la entonces directora del ILC.
«Ya sé que es lo que hay, pero ponte en mi lugar: tener que liar a varias personas para que me hagan facturas de tres kilos!! Reuniones, transferencias, pagar IVA, historias…», añade también el programador informático.
El modus operandi de Borràs
Un día después, la contestación de Borràs desde uno de sus correos personales -en lugar del institucional- sirve para conocer cómo se realizaban los pagos. «El presupuesto tiene que quedar detallado como si fueráis profesionales independientes para los totales que no se pueden superar, como sabes, los 18.000+IVA. Si ven lo que se ha hecho es fraccionar un encargo completo en diversos paquetes es cuando entonces piensan que hay una infracción», señala.
«La cuestión es fraccionar», indica la portavoz de JxCat. «Finalmente, sobre el tema diversificar las facturas, el problema está en que, entonces, lo tendríamos que fraccionar por años. Intervención no permite que haya más encargos de 18.000 por año», explica.
La conversación concluye con una suerte de técnica que recuerda a la psicología inversa. «Pero tienes que hacer lo que te resulte más conveniente. No quiero que parezca que te estoy obligando a hacer nada extraño, nada más lejos de mi voluntad, Isaías!!», escribió Borràs.