Las tres promesas de Artur Mas al Pdecat
El expresident se ha comprometido a hacer campaña con el Pdecat con dos condiciones: sin cuerpo a cuerpo con Puigdemont y sin entrar en la lista electoral
Aunque Artur Mas se resiste a hacer declaraciones en público después de que Carles Puigdemont haya roto el carnet del Pdecat, los herederos de Convergència sienten al expresidente de la Generalitat —al que vive en Cataluña y no en Bélgica— de su lado de cara a la próxima campaña electoral en Cataluña.
Mas se reserva todavía sus comentarios respecto a la ruptura sufrida en el espacio postconvergente, pero ya hace varias semanas que confirmó al Pdecat que permanecería en su bando llegada la separación de Puigdemont. Es uno de los tres compromisos que ha adquirido ante dirigentes del partido independentista.
El partido dirigido por David Bonvehí sabía desde hacía meses que el cisma con Puigdemont era inevitable, pero tenía dos temores: el primero, aparecer ante la opinión pública como el culpable de la ruptura; y el segundo, perder a Mas en la división.
Para alivio de la dirección del Pdecat, no se ha producido ni una cosa ni la otra. Mas ya trasladó este verano, a finales de julio, a cuadros del partido que no abandonaría el partido (cuya fundación alimentó él mismo tras poner fin a Convergència) por mucho que Puigdemont lo hiciera junto a un importante núcleo de dirigentes independentistas, tal y como ha sucedido.
Primera promesa de Artur Mas
Las fuentes consultadas en el Pdecat aseguran que Mas fue inequívoco en julio respecto a sus intenciones de permanencia en el partido, llegada la ruptura con Puigdemont, y celebraron su decisión. «Que se quede es muy importante para nosotros en el Pdecat porque Mas sigue siendo un referente. Si se marchaba junto a Puigdemont, la situación pasaba a ser muy delicada para nosotros», dicen en el partido soberanista.
Segunda promesa
Expresado su compromiso de seguir en el Pdecat, Mas también fue claro respecto a la línea política que defendería y también respecto a la que no defendería en público. El promotor de la consulta soberanista del 9-N advirtió a los suyos que no está dispuesto a entrar en guerra con Puigdemont, promotor del 1-O. «Nos dijo que en ningún momento entraría en una confrontación directa con Puigdemont. Que para eso no podíamos contar con él», explican en el Pdecat.
Tercera promesa
Y, a continuación, también se comprometió a participar en la campaña electoral del Pdecat, eso sí, sin prestarse a formar parte de ninguna lista electoral. «Nos dijo que si le pedíamos ayuda para la campaña nos la daría sin entrar en ninguna candidatura. Insistió en que no se dedicaría a hacer campaña contra Puigdemont, pero sí a defender una propuesta independentista sensata y alejada de radicalismos», dicen en el Partit Demòcrata.
La estrategia
A lo largo de las últimas semanas, Mas también ha tenido oportuniad de comentar la estrategia electoral que debe seguir el Pdecat en las próximas elecciones. Y considera que es imprescindible ensanchar las costuras del partido para dar cabida a sectores externos.
En realidad, es el tipo de propuesta electoral que Mas ha hecho desde el año 2007, cuando solemnizó que su objetivo era convertir el proyecto político de CiU en la «casa grande del catalanismo«. Con esta bandera se impuso en las elecciones de 2010.
Desgastada CiU tras el caso Palau y tras la confesión de Pujol respecto a su fortuna en el extranjero, Mas, ya metido de lleno en el procés, impulsó la lista electoral de Junts pel Sí que unió a CDC y ERC en 2015.
Y celebrado el referéndum del 1-O, dio apoyo a la idea de Puigdemont cuando puso en marcha la Crida Nacional per la República, que, según el propio Mas, debía ser «la casa grande del soberanismo«, donde se agrupasen «sensibilidades, voluntades y estrategias diferentes» bajo un «paraguas común» con «suficiente fuerza, nervio, peso y masa crítica para convertirse en el motor» del independentismo.
Abrir las listas
De todos estos artefactos políticos solo queda el recuerdo. CiU y la casa grande del catalanismo ocupa una ya lejana página en la historia de Cataluña; ERC abomina de cualquier repetición al estilo de Junts pel Sí; y la Crida Nacional per la República está en proceso de autodisolución para refundirse en el nuevo proyecto de Puigdemont.
Pese a todo, Mas sigue opinando que hay que optar por candidaturas «de suma» y en el Pdecat compran la idea de su gran referente. «Sí, creo que es crucial que abramos la lista. No es nada que no haya hecho Convergència durante años y hay que volver a hacerlo. Hay que incorporar a figuras del mundo civil y del mundo académico. Es importante», dicen en el Pdecat.
La carrera ha comenzado y Mas romperá su silencio más pronto que tarde.