Rajoy ofrece otro terreno de juego en Cataluña: las inversiones del Estado

Los presupuestos prevén dedicar 1.350 millones a inversiones en Cataluña, superada solo en el ránquing de partidas regionalizables por Andalucía

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Será difícil que el Gobierno afloje el pulso con los partidos soberanistas mientras la política catalana continúe girando en torno a los políticos presos y a la investidura inviable, pero Mariano Rajoy ofreció este martes un nuevo terreno de juego: el de las inversiones que el Estado prevé realizar en Cataluña.

El delegado del gobierno en Cataluña, Enric Millo, compareció ante los medios para insistir en las bondades de unas cuentas que prevén destinar 1.349,59 millones de euros en inversión en Catalunya, un 17,3% más que los presupuestos del año pasado, cuando la inversión en la comunidad catalana cayó un 2,5%.

La inversión ferroviaria asciende a 693 millones, un 30% más que en 2017

La subida, en todo caso, está en consonancia con el incremento general de la partida en inversiones regionalizables, que globalmente es de 10.128,49 millones, lo que supone un 17,8% más que el año anterior. Pero Millo insistió, sobre todo, en que Cataluña se sitúa como segunda comunidad en el ránquing inversor, superada solo por Andalucía, que un año más sigue a la cabeza.  

Es más, para reforzar su relato, el delegado del gobierno ha remarcado que, si nos circunscribimos a las partidas correspondientes al grupo Fomento, Cataluña sí es la primera en esfuerzo presupuestario, con 1.244,9 millones, lo que supone un aumento del 16,7%. El incremento más significativo corresponde a las partidas destinadas a infraestructuras ferroviarias, que ascienden a 693,7 millones, un 29,9% más que en el 2017.

4.200 millones en cuatro años

Rajoy prometió, hace algo más de un año, 4.200 millones de inversión en Cataluña en cuatro años. Entre los 1.149,58 previstos para el año pasado y los 1.349,59 anunciados ahora para este 2018, ya suman más de la mitad, siempre y cuando se ejecuten. 

Millo insistió en que se trata de «unos presupuestos realistas» pensados, «como los del año pasado», para que la inversión prevista se ejecute en su mayor parte, no como, tal y como también ha admitido, pasaba anteriormente. Pero si el vicio de la baja ejecución ya se ha corregido es algo que el delegado todavía no sabe: admitió no tener todavía ni una aproximación del grado de cumplimiento de las previsiones inversoras del año pasado.

Pese a lo que indican tanto los números como su puesta en escena, al ser preguntado precisamente por la teoría del palo y la zanahoria y, en concreto, por si los presupuestos son la zanahoria, negó la mayor. «Sería un error interpretarlo así. Están pensados para mejorar las infraestructuras y la calidad de vida», comentó, «en un territorio que es motor de la economía española, no hay que vincularlo a ninguna otra cuestión».  

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