La oposición explora la vía Colau para derrocar a Ada Colau
Graupera y Valls plantean grandes coaliciones para aspirar a la alcaldía de Barcelona, a la manera de la confluencia de izquierdas con la que Colau ganó en 2015
El 26 de junio de 2014, Ada Colau presentaba Guanyem Barcelona, una plataforma ciudadana que aspiraba a convertirse en candidatura electoral en la que hacer confluir a diferentes movimientos y partidos de izquierda. Era el embrión de Barcelona en Comú que, once meses después, ganaría las elecciones municipales.
Han pasado casi cuatro años de aquella presentación, y de nuevo en la antesala de unos comicios municipales, un par de maniobras recuerdan a la que entonces encabezó Colau. Por un lado, la irrupción del filósofo y tertuliano Jordi Graupera, que aboga por una candidatura independentista conjunta y por unas primarias abiertas de las que debería surgir el líder de esa gran coalición. Por otro, el anunciado posible fichaje por parte de Cs del ex primer ministro francés Manuel Valls, que también ha lanzado ya la idea de explorar las opciones de un gran frente constitucionalista.
Paralelismos
Los paralelismos entre aquella insólita operación y los actuales movimientos protagonizados por Graupera y Valls no son menores. A Colau unos y otros la quieren fuera del gobierno municipal. Pero una cosa es abominar de sus políticas, y otra muy distinta, hacerlo de los mecanismos que la llevaron a la alcaldía.
Graupera presentó su plan en una conferencia el pasado 22 de marzo y, si hace cuatro años los comunes dieron el pistoletazo de salida a su proyecto en la escuela Collaso i Gil, en el barrio del Raval, él escogió el teatro Victoria, en la avenida del Paralelo, a apenas 100 metros de aquel colegio. El filósofo se fijó como condición para seguir adelante con su proyecto conseguir 30.000 firmas. Es exactamente la misma cifra que se impusieron como condición conseguir los de Colau para convertirse en candidatura electoral.
En cinco semanas, Graupera lleva recogidas más de 25.000 firmas
Los comunes ser marcaron un límite de algo más de dos meses y medio para conseguirlas, hasta el 15 de septiembre: el 20 de agosto anunciaron que ya las tenían. Graupera, tal vez menos seguro de sus fuerzas, no se puso una fecha límite. Aunque va a un ritmo similar: en cinco semanas, lleva ya recogidas más de 25.000 firmas.
Colau quería arrastrar a su confluencia de izquierdas a ICV, que acabaría formando parte de la misma y que, previamente, había tratado sin éxito de fichar a la activista. Y el día del pistoletazo, a modo de presagio, en el público estaban el entonces jefe de filas de los ecosocialistas en el consistorio, Ricard Gomà; su coordinador nacional, Joan Herrera, y el eurodiputado Ernest Urtasun. Claro que también querían sumar a la CUP y también estaba allí el cupaire David Fernández, pero al final, no pudo ser.
Agustí, con Graupera
Graupera se había reunido previamente con los números uno del Pdecat y ERC en el Ayuntamiento, Xavier Trias y Alfred Bosch, y con Antoni Castellà, de Demòcrates, la escisión soberanista de Unió (UDC), pero solo el tercero asistió a su charla.
También lo hizo, eso sí, Carles Agustí, que le disputa a Neus Munté ser el alcaldable en las primarias de los neoconvergentes, y que hasta ahora ha sido la voz que más se ha significado a favor de la propuesta de Graupera entre los aspirantes a desbancar a Colau. Aunque solo por lo que respecta a una eventual confluencia independentista, no a las primarias transversales para liderarla. “Nosotros ya hacemos nuestras primarias. Cada uno que decida como quiera a su candidato”, dice Agustí.
Con o sin Graupera, la idea de una candidatura unitaria va cuajando
Sea como fuere, la propuesta no ha suscitado entusiasmos ni en Esquerra ni en el Pdecat, donde Munté, la otra candidata –y la favorita- a las primarias tampoco está por la labor. Pero, con o sin Graupera, la idea de una candidatura unitaria va cuajando. Lo que está por ver es si será del estilo de Junts pel Sí, la coalición que formaron CDC y ERC en las elecciones de 2015, o del de Junts per Catalunya, es decir, un conglomerado integrado por el Pdecat más independientes, pero sin Esquerra.
Valls y la plataforma abierta
La idea de la lista única independentista, o cuanto menos que supere los límites estrictos de una formación, parece ganar terreno especialmente entre las filas soberanistas desde que Cs ha soltado el globo del todavía presunto fichaje estrella Valls. Que, cómo no, ya ha lanzado a su vez una propuesta de frente constitucionalista.
Lo hizo el domingo, en una entrevista en Catalunya Ràdio, en la que, pese a insistir en que no ha decidido aún si aceptará la oferta de los de Albert Rivera, ya planteó presentarse a las municipales con “una plataforma abierta, que no sea de un solo partido”. Otra confluencia, vaya.
Alberto Fernández ha dejado la puerta abierta, eso sí, con un calculadísimamente ambiguo mensaje de Twitter
Lo que no aclaró es si habría intento de arrastrar a esa candidatura amplia a PP o al PSC. “Aún es pronto” para saberlo, dijo. Por lo que respecta a los populares, parece complicado, teniendo en cuenta que siguen enfrascado con Cs en un pulso por el poder con la mirada puesta en las próximas generales, pero Alberto Fernández ha dejado la puerta abierta, eso sí, con un calculadísimamente ambiguo mensaje de Twitter.
El jefe de filas del PP en Barcelona enlazaba el domingo la noticia sobre la propuesta de Valls y, en el mismo tuit, decía que «Barcelona une lo que la independencia separa», que Colau «enfrenta y lastra» la ciudad y que la capital catalana «debe estar siempre por encima de intereses de una fuerza política o particular.
Los socialistas ya le han dado portazo a la idea. Con pullas dedicadas a Valls y Cs, además
Otra cosa son los socialistas, que este lunes ya le han dado portazo a la idea. Con pullas dedicadas a Valls y Cs, además, lo que ha propiciado un encontronazo con el partido naranja. «No entendemos como una persona que se presenta en primer término con Cs luego apela a una lista unitaria», ha dicho el secretario de organización del PSC, Salvador Illa, para rematar después: «Parece que hay algo que no ha funcionado».
El líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha rematado después acusando a Cs tambíen vía Twitter de «vender humo» y de haber anunciado «un no-fichaje». «El PSOE está más cómodo apoyando a nacionalistas y populistas que sumando con los constitucionalistas», le ha replicado Rivera.
En todo caso, con la pugna nacionalista en primer plano, el independentismo y su némesis se retroalimentan en la larga precampaña que ya ha comenzado, con el riesgo de que Barcelona y el debate estricto sobre la ciudad queden relegados a un papel secundario en las próximas municipales. Y lo hacen, además, buscando aislar y desbancar a Colau con fórmulas similares a la que hace cuatro años patentaron los comunes y acabó convirtiéndola a ella en alcaldesa.