La vacunación reduce a una décima parte el exceso de muertes en España
El exceso de mortalidad se reduce hasta el 6,7% en España gracias a la inmunización, frente al 65,2% que se llegó a registrar durante la primera ola de contagios
La pandemia de coronavirus ha desencadenado un exceso en la mortalidad sin precedentes en España en el último año. La entrada en escena de la enfermedad y la saturación del sistema de salud en algunos momentos clave ha provocado que el número de fallecidos se haya multiplicado durante el último año por encima de las cifras habituales. No ha sido hasta que se ha conseguido avanzar de forma considerable en la campaña de vacunación, cuando se ha notado de forma real una reducción de los muertos en todos los tramos de edad.
El Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo) permite determinar cuántas personas fallecen en el país. Sus datos han jugado un papel fundamental a lo largo de la crisis sanitaria porque han permitido poner números al drama de la Covid-19 más allá del recuento oficial que realizaba el Ministerio de Sanidad. Todos los fallecimientos no pueden vincularse directamente con el virus, pero sí que muestran una imagen en vivo de cómo ha cambiado la demografía española en un año anómalo.
El último informe sobre mortalidad del Instituto Carlos III ha revelado que este ritmo incesante ha remitido de forma muy notable, gracias al avance de la campaña de inmunización. El sistema ha contabilizado 23.646 fallecimientos por diferentes causas en España entre el 3 y el 22 de mayo. Todavía son 1.487 más que en el mismo periodo del año anterior, lo que representa un exceso de decesos del 6,7% pero demuestra un cambio en la tendencia.
A pesar de que todavía no se ha podido invertir por completo la situación, los datos chocan frontalmente con las cifras alcanzadas en los momentos más críticos de la pandemia. Entre el 10 de marzo y el 9 de mayo de 2020, en plena explosión de contagios, España llegó a contabilizar un exceso de 46.635 fallecidos. Entonces el incremento estaba en un 65,2%. Era diez veces más en términos porcentuales que ahora.
El impacto de la vacunación se ha sentido con fuerza. Se trata de la época con menor exceso de mortalidad desde el inicio de la crisis sanitaria, incluso por delante del verano pasado cuando el país estaba inmerso en la desescalada, el MoMo llegó a marcar un aumento del 10,5%. Los datos se elevaron al 16,8% durante la segunda oleada de finales de 2020 y hasta el 21,2% durante la tercera tanda de rebrotes que arrancó este mes de enero.
La mortalidad cae drásticamente entre los más mayores
El efecto de las vacunas se aprecia si analizamos los datos de mortalidad por grupos poblacionales. Las personas mayores de 80 años, que ya han completado su proceso de inmunización, han dejado de ser el colectivo más golpeado por los fallecimientos. Ahora solo protagonizan un exceso de mortalidad del 6,2%, frente al 13,8% de la franja de 65 a 74 que todavía sigue pendiente de completar su protección contra la Covid-19.
Si viajamos atrás en el tiempo, podemos apreciar cómo los mayores sí que han sufrido cada una de las oleadas anteriores de Covid-19. Durante la primera fase de la declaración del estado de alarma, en España fallecieron 38.967 personas más de la cuenta del grupo de edad de mayores de 74. Era un incremento del 75,9% con respecto al año anterior.
España da por concluida la inmunización de los mayores de 80
Estos datos vienen acompañados de las cifras de vacunación en España, que ha logrado ya administrar 26,1 millones de dosis entre su población. Un total de 17,7 millones de españoles ha recibido ya al menos una inyección de la vacuna, mientras que 8,8 pueden decir que ya están completamente protegidos.
El colectivo de mayores de 80 años ya figura en los registros del Ministerio de Sanidad como inmunizado al 100% con las dos dosis. Mientras que el de 70 a 79 se encuentra en un porcentaje del 88,5%. Solo queda poco menos de medio millón de personas por pasar por los centros de salud para acceder a la segunda inyección.
La protección completa para el resto de perfiles demográficos es todavía un proyecto de futuro a corto plazo, salvo para algunos profesionales sanitarios o personal de primera línea, como profesores, policías o funcionarios de prisiones, que sí que han completado su pauta.
El reto actual pasa por vacunar lo más rápido posible con la primera dosis a las personas adultas, mientras se espera el tiempo necesario para acceder a la segunda. Ya se ha logrado en el 88,9% de las personas de entre 60 y 69 años. Mientras que el impacto cae al 54,1% para los de 50 a 59. Siempre con una única inyección.