La tercera ola dispara las fiestas ilegales en los hoteles de Barcelona
Los Mossos d'Esquadra sancionan a 80 personas en el mes de enero por organizar encuentros clandestinos en habitaciones de hotel
El cierre de los establecimientos de ocio no ha impedido a decenas de jóvenes seguir participando en fiestas clandestinas en la ciudad de Barcelona, cuna del entretenimiento internacional. Los hoteles de la capital catalana se han convertido ahora en el epicentro de estos encuentros ilegales, que ya están bajo la lupa de las autoridades.
Los Mossos d’Esquadra han denunciado en el mes de enero a un total de 80 personas por participar en siete celebraciones ilegales en los establecimientos hoteleros de Barcelona. El modus operandi consiste en alquilar varias habitaciones en una misma planta para reunirse entre todos, saltándose los protocolos sanitarios que se han activado durante la pandemia de coronavirus.
El incremento de estas fiestas clandestinas ha coincidido con la delicada situación epidemiológica que atraviesa Cataluña por el avance de la tercera oleada de contagios que se ha producido tras las fiestas navideñas. Los hospitales de la comunidad autónoma todavía albergan a 724 pacientes de Covid-19 en un estado crítico, uno de los datos más elevados de todo el país.
La policía prepara una campaña especial para detectar fiestas en hoteles
El Gobierno de la Generalitat ha decidido este jueves rebajar ligeramente su plan de restricciones y conceder algo más de margen a bares y restaurantes para que puedan atender a sus clientes en franjas horarias un poco más amplias, sin embargo la normativa no concibe en ningún momento el ocio nocturno ni las reuniones de grandes grupos de personas. Es una práctica que está prohibida en todo el país desde hace meses.
Ante la proliferación de estas fiestas ilegales, los Mossos d’Esquadra han montado una campaña informativa para visitar un total de 42 hoteles en el litoral de Barcelona y advertir a los dueños de los establecimientos de que tienen la obligación de evitar este tipo de fiestas. En caso de detectar un encuentro ilegal, deben comunicárselo a la policía.
La costa de la capital catalana se ha convertido en el lugar escogido por los jóvenes para tratar de poner en marcha estas fiestas clandestinas, que también se celebran en los días laborables para tratar de pasar más desapercibidas para las personas del entorno y las autoridades policiales.
Los Mossos pone cientos de denuncias cada fin de semana
La celebración de fiestas en los hoteles es la última invención que han encontrado los infractores para tratar de reunirse. Los botellones, las fiestas en domicilios o las celebraciones en pisos turísticos de alquiler son algunas de las alternativas que han practicado en los últimos meses, pese a la política sancionadora de las fuerzas de seguridad.
En un solo fin de semana normal de enero se han llegado a poner hasta 400 multas por realizar fiestas ilegales. Algunas de las actuaciones policiales se han zanjado incluso con la presentación de denuncias por delitos de atentado contra agente de la autoridad por la resistencia que han demostrado los asistentes.
Un botellón con 60 personas en un polígono industrial de Martorell, una fiesta en cinco habitaciones de hotel de Molins de Rei o una macroconcentración en el interior de una discoteca de Reus que debía de permanecer cerradas han sido algunas de las intervenciones más recientes de los agentes.
En muchos casos, los infractores no solo han cometido una falta por incumplir las medidas de limitación de reunión en un grupo de personas, sino que también han sido sancionados por trasgredir los límites de la movilidad entre municipios en Cataluña para acudir a las fiestas.