La sala de coordinación de emergencias de Barcelona es insalubre
Rodeados de heces y hedores, los operarios de la sala de mando conjunta de emergencias de Barcelona exigen un traslado
Durante las últimas lluvias torrenciales sobre Barcelona, reventaron los desagües del edificio en el que se encuentra la “sala conjunta de mando de emergencias”, desde donde se coordina la actuación de los Mossos d’Esquadra, Guardia Urbana de Barcelona, Bomberos y el Servicio de Emergencias Médicas (SEM). A causa del reventón, los agentes destinados en este centro de coordinación, ubicado en unos sótanos, “tuvieron que trabajar con heces flotando y con un hedor insoportable”.
Así se describe en un informe que el sindicato CSIF ha enviado al teniente de alcalde de seguridad de Barcelona, Albert Batlle. Este informe detalla las condiciones de insalubridad de esta sala, en la que trabajan a diario cerca de 50 agentes policiales y de servicios de emergencias.
El informe se acompaña de una carta en la que CSIF exige a Batlle un nuevo emplazamiento para la sala de coordinación de emergencias que garantice la “seguridad y la salud laboral” de sus trabajadores.
En el informe se detallan deficiencias de los equipos técnicos y, especialmente, las condiciones en las que trabajan los operarios: sin luz ni ventilación natural, con vestuarios en mal estado, niveles de humificación del ambiente perjudiciales para la salud y con una elevada contaminación acústica.
No es la primera queja. En realidad, los operarios piden unas nuevas dependencias desde que, en 2005, se instalaron en estos bajos de la calle Lleida de Barcelona. Entonces les dijeron que eran unas instalaciones provisionales, solo para dos años, pero ya llevan 15 en el mismo sitio.
Los sindicatos advirtieron en 2016 de la proliferación de casos de cáncer entre el personal que trabaja en este subterráneo. El Ayuntamiento encargó un estudio para buscar otra ubicación, pero nunca se llevó a cabo.
La “sala maldita”
Los policías barceloneses la denominan “sala maldita”. Fuentes de este centro no solo critican las condiciones de trabajo -un subterráneo con ventilación forzada repleto de equipos técnicos que funciona las 24 horas todos los días del año- sino también la falta de coordinación entre los diversos servicios.
Insisten en que, pese a llamarse sala conjunta de mando, la coordinación entre cuerpos policiales y servicios de emergencia brilla por su ausencia. Un estrecho corredor central, al que llaman “el canal de la Mancha”, separa el espacio de los Mossos del de la Guardia Urbana. Cada cuerpo policial y servicio tiene un jefe, pero funcionan casi de forma autónoma.