La posibilidad de aplazar las elecciones en Cataluña sube al 50%
Los técnicos de Salud desaconsejan el 14-F. El Govern también se plantea tirar adelante el proceso electoral y cancelarlo en el último instante
¿Van a aplazarse las elecciones del 14 de febrero en Cataluña? «La cosa está 50% – 50% en estos momentos», responden fuentes del Palau de la Generalitat para referirse a la posibilidad de posponer a mayo la jornada electoral, cosa que debe decidirse, en un principio, este viernes, 15 de enero.
Hasta ahora, la cuestión de aplazar las elecciones estaba simplemente sobre la mesa. Sin embargo, la contundencia de expertos como Antoni Trilla (Hospital Clínic), Magda Campins (Vall d’Hebron) y Bonaventura Clotet (Hospital Germans Trias) respecto a la conveniencia de retrasar la cita, sumada a la exposición de los técnicos de Salud de la propia Generalitat, ha multiplicado la posibilidad del aplazamiento hasta el mencionado 50%.
Los técnicos de Salud de la Generalitat expresaron sus preocupaciones en una reunión conjunta celebrada este lunes entre el Govern y el resto de partidos catalanes. Según las fuentes consultadas, quedó en evidencia que los socios de Junts per Catalunya y ERC buscan que la decisión caiga por su propio peso y que lo haga de forma consensuada.
Dicho de otra forma, el Govern desea que todos los partidos asuman las consecuencias de la decisión electoral: sea tirando adelante con la cita, o sea aplazándola.
Pero la oposición se niega a asumir las responsabilidades que únicamente tocan al Govern y han optado por pasar la pelota a su tejado.
Las preguntas sobre la mesa
En este sentido, los dirigentes de la oposición plantearon al Govern durante la reunión varios interrogantes a los responsables de la Generalitat. «Si se sigue adelante con las elecciones, ¿en qué condiciones se van a celebrar? ¿Va a haber urnas móviles para las residencias de ancianos? ¿Se va a votar en un solo día o se pueden habilitar dos?
Más preguntas: «Si hay escuelas, si la mayoría de gente va a trabajar cada día, ¿por qué no hay elecciones? O, al revés: ¿por qué hay escuelas y por qué la gente va a trabajar si no se dan las condiciones para ir a votar?»
Pero el Govern se refugió en los datos epidemiológicos, en que es importante observar la evolución de la pandemia antes de tomar decisión alguna para no precipitar su postura. Incluso deslizó la posibilidad de seguir adelante con el proceso electoral y cancelarlo a falta de pocos días si se observa una situación crítica en el sistema sanitario.
En realidad, la previsión de los propios técnicos de la conselleria de Salud, en colaboración con la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), es que será precisamente a falta de pocos días del inicio de la campaña cuando se alcance el pico epidémico de la tercera ola, mientras que el de presión asistencial en las UCI se producirá antes de la celebración de los comicios.
Este contexto de epidemia disparada en vísperas de las elecciones hace dudar a los partidos del gobierno catalán, que ven peligroso acudir a las urnas con una situación sanitaria demasiado extrema. Incluso en ERC, que conserva ventaja en las encuestas, existen dudas respecto a lo que es más conveniente.
En Junts per Catalunya, la división es más radical, puesto que un sector considera que la remontada para dar caza a ERC ya está en marcha y no hay que detenerla; y hay otro sector que considera que es mejor aplazar para ganar tiempo e intentar dar la vuelta a las encuestas.
La oposición, en cambio, es partidaria de seguir adelante con el proceso electoral. El PSC porque confía en el efecto Illa, Vox porque está convencida de que sus electores están movilizados («somos los únicos que podemos llenar cualquier palacio deportivo», dicen los de Santiago Abascal), mientras que el PP considera que solo se puede frenar el proceso electoral si hay unas condiciones sanitarias críticas establecidas previamente.
Los pros y los contras
«Hay que describir escenarios», dicen en el Palau de la Generalitat insistiendo en que la decisión sobre las elecciones debe ir acompañada de un sesudo estudio junto a los sanitarios.
La realidad es algo más prosaica porque también tiene en cuenta la situación en las encuestas de cada uno. Y ahora casi todos ven «pros y contras» a la decisión de aplazar.
Los pros son claros: ERC lleva ventaja y qué mejor que consolidarla. Junts, por su parte, piensa que la remontada ya está marcha. Los contras son menospreciar la evolución de la pandemia y llamar a los catalanes a votar en un clima de miedo e indignación.