La pandemia hace que más de 130.000 catalanes voten sin salir de la casa
El voto por correo para el 14-F se salda con el máximo histórico de sufragios a la distancia: 265.647, según las últimas cifras disponibles
La idea de participar en un proceso electoral sin tener que poner un pie fuera del domicilio habría sonado prácticamente absurda todavía hace un año. Ahora, para muchas personas es lógico y sensato que para ejercer el derecho al sufragio no sea necesario desplazarse hasta la urna o hasta una oficina de Correos, máxime cuando median temores sanitarios.
La pandemia ha convertido las cifras históricas casi en norma. La cifra que nos sorprende un día puede parecer nimia al siguiente. Pero esta cifra seguirá marcando un máximo histórico al menos de aquí hasta que se celebren otras elecciones en Cataluña: más de 265.000 catalanes, como mínimo, ya votaron por correo. Y la mitad lo hizo desde la comodidad del hogar.
Había tiempo hasta este viernes a las 14.00 horas para entregar el voto de esta forma, pero los últimos datos que ofrece Correos son los registrados hasta última hora de este jueves. Desde la empresa pública explican a este periódico que no darán a conocer más datos, de momento. Para determinar récords no hacen falta más números; con los que hay basta.
Del total de votos por correo ya recibidos, 134.367 se entregaron en las oficinas de Correos en Cataluña y los 131.280 restantes directamente en el domicilio de los electores. La posibilidad de votar desde casa fue una de las facilidades permitidas por las autoridades para facilitar el voto a la distancia y así evitar el riesgo de brotes electorales de Covid-19.
Teniendo en cuenta que el máximo de votos por correo hasta ahora había sido ligeramente superior a 100.000 (en 2015), puede decirse que este 14-F solo el voto desde el domicilio ya superó ese récord, y desde luego que los sufragios entregados en las oficinas de Correos también. El total de 265.647 es un 277% superior al voto por correo registrado en 2017.
Así se cuentan los votos por correo
Ahora que los ciudadanos que querían votar a la distancia han hecho su parte, Correos debe custodiar estas cientos de miles de papeletas hasta el día 14 de febrero, cuando deberá trasladarlas a las 9.139 mesas electorales de los 2.763 locales electorales que se pondrán a disposición de los electores de los 947 municipios catalanes.
La entrega de los votos por correo se hará por la mañana de la jornada electoral. Estos votos se diferencian del sufragio desde el exterior en el tanto se cuentan el mismo día de las elecciones, junto con los votos presenciales. Por ello, la subida del voto por correo no debería implicar retrasos en el recuento electoral, pues el procedimiento es el mismo.
Por esta misma razón, el voto por correo cuenta con exactamente las mismas garantías a la hora del recuento que el sufragio presencial. Son los mismos miembros de las mesas electorales de la localidad en la que vive el ciudadano que votó por correo los que participan en el conteo de los sufragios de sus vecinos que sí lo hicieron de forma presencial.
El 95% todavía están llamados a votar
Pese al incremento del voto por correo para el 14-F en Cataluña, su importancia en el recuento global de votos no será tan representativa como lo fue esta modalidad de sufragio en las últimas elecciones estadounidenses, por ejemplo. Los votos por correo confirmados hasta representan al 5% del censo de más de 5,5 millones de electores catalanes llamados a las urnas.
Esto implica que el 95% restante tiene la oportunidad de participar presencialmente de las elecciones, descontando por supuesto a los catalanes que viven y votan en el exterior. El antecedente electoral más cercano, el de 2017, ostenta el récord de participación en Cataluña, pues en aquel entonces —con el 1-O fresco y el 155 vigente— votó casi el 82% del censo.
No obstante, se prevé una caída importante en la participación esta vez. Las encuestas la han situado en torno al 60%. El hecho de que uno de cada tres elegidos para formar las mesas electorales haya presentado alegaciones para ausentarse, citando en su mayoría razones sanitarias, da a entender que a muchos ciudadanos el 14-F les da francamente miedo.
El Govern asegura que se puede ir a votar con todas las garantías democráticas y sanitarias. La mayoría de los candidatos electorales han decidido votar presencialmente para escenificar su confianza en las medidas adoptadas (y para no desaprovechar uno de sus últimos espacios para publicitarse). Pero solo el 14-F sabremos si los electores se fiaron.
El perfil del votante a la distancia
Gesop, en una encuesta reciente para El Periódico, intentó construir un «perfil genérico» del votante por correo. Pero su muestra no da para grandes conclusiones, pues supone el 3,9% de los 751 encuestados para el sondeo; es decir, unas 30 personas. La mayoría de ellos (el 9,5%) votan a la CUP, seguido de ERC (el 6,1%) y Ciudadanos (el 3,6%).
Las conclusiones son que estas personas son votantes independentistas, de izquierdas, de la Cataluña interior y mayor de 60 años. De las personas que aseguraron haber votado por correo, la mayoría son independentistas, se sienten únicamente catalanes y viven en municipios de menos de 10.000 habitantes.
El voto por correo también sería, según esta encuesta, más común entre mujeres que entre hombres.