La nueva ANC de Jordi Sànchez ‘ralentiza’ el proceso soberanista
Asegura que no es partidario de una declaración unilateral de independencia
Con más calma, sin tanta agitación. Así se lo toma el nuevo presidente de la Asamblea Nacional Catalana, (ANC), Jordi Sànchez, que ha rechazado una declaración unilateral de independencia después de las elecciones autonómicas del 27 de septiembre. «Si una DUI (declaración de independencia) quiere decir que el 28 declaramos la independencia y ya somos independientes, me gustaría, pero creo que no es posible, no es el camino, y yo no daré muestras ni enviaré señales de cosas que creo que no se producirán, y lo digo honestamente», ha asegurado.
Para CiU la elección de Sànchez representa un cambio tranquilo. «Está institucionalizado», aseguran en tono jocoso de Sànchez algunos dirigentes nacionalistas, para señalar que no esperan salidas de tono, y apelaciones al President Mas, como protagonizara en repetidas ocasiones Carme Forcadell, la anterior presidenta.
Un pulso soberanista
Se trata de un pulso que Convergència ha ido ganando, en perjuicio de Esquerra Republicana, que consideraba en los últimos meses que la ANC podía representar mejor sus aspiraciones. Aunque se trata de una entidad transversal, la elección de Sànchez, ex miembro de Crida per la Solidaritat, bien conectado con algunos prohombres de Convergència, como David Madí, ahora fuera de la política, ha generado simpatías en los círculos convergentes que más reservas tienen con el proceso soberanista, no tanto por el fondo, sino por las maneras, por la precipitación.
Sànchez, cercano a ICV, ha afirmado en una entrevista en Catalunya Ràdio que en el proceso constituyente que se pudiera iniciar, tras las elecciones, se debe implicar un mayor número de gente. «Un proceso que debe permitir incorporar a toda aquella gente que quiere un cambio de radicalidad democrática en el país, pero que nadie crea que en Cataluña o en el Estado español habrá un cambio de transparencia y de relaciones entre los ciudadanos y las políticas si no es en el seno de un proceso constituyente».
Buena relación con todo el espectro social y político
El nuevo presidente de la ANC ha reividicado su propia trayectoria. «Se ha dicho que yo era de ICV, que era del PSUC, que era el hombre de Artur Mas, e incluso que era de Terra Lliure, y lo cierto es que no he militado nunca en ningún partido, y que tengo, efectivamente, una buena relación con mucha gente del espectro social, político y cultural del país», ha afirmado.
Sànchez es adjunto al Síndic de Greuges, y, según la ley del Síndic, podría ser compatible con su nueva labor en la ANC. Pero la oposición no lo ve del todo claro. Y los grupos parlamentarios podrían reaccionar, al entender que «estéticamente», es complicado defender los intereses del conjunto de todos los ciudadanos, desde un cargo institucional, con la presidencia de una entidad que defiende a una parte.