La ministra de Exteriores, en el punto de mira del Gobierno
Alemania se negó a acoger antes a Ghali y Laya declaró que "por razones humanitarias" España lo acogía. Fuentes del Ejecutivo y también diplomáticas admiten varios errores de la ministra.
Miembros del Gobierno y de la carrera diplomática critican la actuación de la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, respecto a la crisis abierta con Marruecos. Tal y como publicó Economía Digital, la hospitalización en Logroño del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, por Covid fue detonante de profundas discrepancias entre la titular de Exteriores y el responsable de Interior, Fernando Grande-Marlaska, quien alertó -por informes del CNI- que su acogida en España podría desatar un «conflicto diplomático».
Alemania se negó a acoger antes a Ghali y Laya declaró que «por razones humanitarias» España lo acogía. Fuentes del Ejecutivo y también diplomáticas admiten varios errores respecto a la entrada de Ghali como, por ejemplo, el haber utilizado una identidad falsa para registrarlo sin informar al gobierno marroquí. «Una entrada por la puerta trasera», critican las mismas fuentes puede acarrear, incluso, hasta «serios problemas legales».
Algunas fuentes diplomáticas aducen en privado que, incluso, podría ser «una trampa de Argelia para enemistarnos con Marruecos» tras constatarse que Ghali se negó este miércoles a firmar la notificación judicial para declarar el próximo 1 de junio ante el titular del Juzgado Central de Instrucción Nº 5 de la Audiencia Nacional.
El líder del Frente Polisario aclaró que, primeramente, quería contactar con la embajada de Argelia y «personas de mi confianza». Ghali tiene que responder ante la justicia española tras la presentación de dos querellas por presuntos delitos de violación, asesinato, lesiones, detención ilegal, terrorismo, torturas, desapariciones y lesa humanidad.
El asunto corre el riesgo de provocar un conflicto con Marruecos y otro con el Frente Polisario y Argelia, que lo respalda. El Ejecutivo tampoco respondió a los dos avisos que envió el gobierno marroquí a España.
La presencia del líder del Frente Polisario en Logroño no pasó desapercibida por la diplomacia marroquí y el pasado 25 de abril enviaron un primer comunicado donde mostraban su “decepción” con España formulando una serie de preguntas, por ejemplo, “¿Por qué España consideró útil no avisar a Marruecos?”; “¿Por qué optó por su ingreso con una identidad falsa?”.
Desde Exteriores, apenas dieron explicaciones, según cuentan fuentes acreditadas, y el pasado 8 de mayo, Rabat envió un segundo comunicado amenazando con “consecuencias” al Gobierno de Pedro Sánchez.
De ahí que fuentes de Moncloa asegurasen a Economía Digital este martes que el Ejecutivo ya estaba “prevenido”, de alguna manera, de la llegada masiva de inmigrantes a Ceuta.
«Todos los canales fallaron»
La misiva publicada en la web del Ministerio de Exteriores de Marruecos advertía al Gobierno español de que este hecho “no es una simple omisión”, calificándolo de “acto premeditado, una elección voluntaria y una decisión soberana de España, que Marruecos reconoce plenamente y de la que extraerá todas sus consecuencias”. Desde Exteriores se negó cualquier crisis diplomática con Marruecos y fuentes diplomáticas advierten que “de aquellos polvos, estos lodos”.
Fuentes del Gobierno analizan que Rabat «está pisando el acelerador» porque se han paralizado sus conversaciones con Israel. Rabat también se ha enfrentado con la Comisión Europea, el mismo día que recibió el apoyo de Estados Unidos y del presidente Biden. Las mismas fuentes desvelan con perplejidad que esta crisis podría suponer un punto de inflexión en las relaciones hispano-marroquíes similar al de 2002.
Laya también está siendo señalada por algunos de sus compañeros y miembros del Gobierno. «Todos los canales fallaron», señalan a ED fuentes del entorno de la ministra. A pesar de que Moncloa enseguida abrió comunicaciones con el Rey Felipe VI para que abriese la vía de las casas reales; también critican que los otros protocolos, la relación con la embajadora de Marruecos en España y a nivel de ministros de Exteriores también fallase.
Fuentes diplomáticas no consideran que la ministra deba dimitir por este asunto, pero sí «prestar más atención a las relaciones de España con ciertos países, más allá de la estrategia». En el Gobierno niegan rotundamente que el puesto de Laya esté, «ni siquiera en la cuerda floja», aunque sí que reconocen que «hay cierto malestar».
Asimismo, apuntan que, a pesar de que la preocupación porque se solucione el conflicto es «alta» y también reconocen que la vuelta de la embajadora de Marruecos en España «sería una buena señal».
El Gobierno niega que se trate de una «crisis diplomática» o «migratoria» y señala que se trata de «un asalto a nuestras fronteras en toda regla». Pedro Sánchez lo calificó este miércoles en la sesión de Control al Gobierno como «crisis de otro tipo». Fuentes gubernamentales también señalan que «esto requerirá tiempo» y no dan por cerrado el conflicto en un corto periodo de tiempo.