La ministra de Economía rompe su silencio para alertar de «futuras crisis»
La ministra Nadia Calviño advierte que el gobierno debe prepararse "para afrontar futuras crisis"
La ministra de Economía, Nadia Calviño, que hasta ahora había permanecido en silencio por los datos económicos que muestran una desaceleración generalizada, ha reconocido que la economía se ralentiza y, aunque considera que es apresurado disparar las alarmas, ya habla de medidas necesarias para afrontar «futuras crisis».
La ministra de Economía de Pedro Sánchez ha publicado este jueves un artículo en el diario Expansión en el que reconocen que “hay algunos indicadores macroeconómicos que muestran una tendencia a la desaceleración” aunque estima que la economía seguirá creciendo en los próximos meses.
La ministra ha reconocido la necesidad de “seguir de cerca la coyuntura” económica para “prevenir riesgos”. La ministra socialista ha reconocido que la economía española crecerá “de forma robusta” en los próximos meses y explica que la previsión es cerrar 2018 con un crecimiento del 2,7%.
Pero la ministra admite que el crecimiento en buena medida se sustenta en estímulos exteriores que “antes o después desaparecen”.
Señales de preocupación
Calviño repite el diagnóstico del presidente Pedro Sánchez que asegura que, a pesar de las señales adversas, la economía española crece por encima de otros países de la Unión Europea. El diagnóstico de Sánchez es verídico aunque el presidente omite otra realidad: la brecha entre el crecimiento de España y el resto de Europa se estrecha.
El propio ministerio de Economía ha reconocido en su último boletín ministerial que las ventas minoristas cayeron en julio y también retrocede el indicador de sentimiento económico. El déficit comercial se amplía y comienza a haber fuga de capitales. En marzo de este año, España recibió 18.000 millones de euros. Tres meses después, cuando Pedro Sánchez desbancó a Mariano Rajoy, se produjeron 11.000 millones de “salidas de capital netas”.
El gobierno acepta la desaceleración y el empeoramiento de las perspectivas pero la ministra de Economía se niega a valorar la situación como negativa, aunque reconoce los desajustes, que atribuye al gobierno de Mariano Rajoy.
“La tasa de desempleo, y muy especialmente el desempleo juvenil, sigue estando en niveles inaceptables. También la calidad del empleo creado, con contratos tan inestables y tal reducción de salarios que se ha alumbrado una nueva categoría: la de los trabajadores pobres. La volatilidad intermensual de las cifras de afiliaciones a la Seguridad Social y paro registrado, que ha alcanzado niveles máximos en este mes de agosto, ilustra bien esta enorme rotación y el efecto desestabilizador de una excesiva contratación temporal”, ha explicado la ministra.
Calviño, que explica que las señales de desaceleración ya existían en el anterior gobierno, ha explicado la necesidad de continuar en la senda de reducción del déficit público, una de las exigencias de Bruselas. Y lanza una explicación rotunda sobre el motivo principal: “para afrontar futuras crisis”.