La locura colectiva estalla en tiempos de crisis
Adolf Tobeña, Miquel Porta Perales y Nuria Amat desgranan en ED Libros una sociedad europea sumida en el pensamiento único y el autoritarismo
Los dogmas de fe han abandonado su ámbito de actuación religioso para instaurarse nuevamente en la actualidad política. El seguidismo a partidos y figuras políticas que han prometido soluciones en tiempos de crisis ha propiciado un nuevo escenario mundial donde predominan las creencias inamovibles.
Es un fenómeno internacional apreciable en el auge de partidos radicales de todo signo a lo largo y ancho de Occidente. Ante las dificultades económicas y la fractura social producida desde 2008, el nuevo populismo se ha instaurado en la realidad contemporánea, floreciendo de distintas maneras.
Entender las variadas expresiones de esta reacción colectiva requiere una mirada poliédrica, posible gracias a observadores como Nuria Amat, Miquel Porta Perales y Adolf Tobeña.
Partiendo desde una alegoría de una civilización enferma, esta colección de ED Libros avanza en su análisis haciendo paradas en el impacto del totalitarismo y el marco mental del independentismo catalán.
Un mundo infectado
“Una nube de intereses corruptos del estamento superior del Sanatorio, ahora llamado «estado», nos impide distinguir lo diferente de lo desquiciado; lo real de lo imposible; lo entero de lo fragmentado”.
Con este lapidario párrafo, Nuria Amat presenta la distopía en que se ha convertido el mundo de hoy, donde domina el autoritarismo mientras que el individualismo sufre bajo la presión del sentir colectivo.
A juicio de la autora, el ascenso de partidos que han ofrecidos respuestas fáciles a problemas complejos se ha reproducido en Europa, y también en Cataluña.
Para denunciar esta situación y utilizar la literatura como arma para pensar, Amat teje en El sanatorio un relato que brinda la oportunidad de reflexionar sobre la mentira y la manipulación.
La voz disonante
La importancia de una voz individualizada, autónoma y dispuesta a disentir del flujo de pensamiento común es, precisamente, lo que reivindica Miquel Porta Perales en su libro Totalismo.
El ensayista revindica su papel como “francotirador del pensamiento único” para sacar a relucir que “un fantasma recorre Europa”.
Este fantasma es el del totalitarismo, pero lejos de los que visitaban a Ebenezer Scrooge en Cuento de Navidad, no ha llegado para avisar del negro porvenir que supone el inmovilismo. Ha venido a instaurarlo.
Para Porta Perales, la opinión totalista “condiciona, presiona y abruma, favoreciendo la auto-censura”.
Este caldo de cultivo, asegura el autor, es utilizado por el nacionalismo catalán para “desinformar, tergiversar, manipular y pervertir la realidad para movilizar emociones, sentimientos y personas – en beneficio de la supervivencia de la causa y las personas que la enarbolan”.
El motor romántico
Bajo este precepto de política como podio desde el que propagar la mentira, tiende a caerse en una afirmación generalizada. Aquellos que siguen estos movimientos son enajenados, locos que defienden causas imposibles. Pero nada más alejado de la verdad.
Para Adolf Tobeña, La pasión secesionista que da nombre a su libro debe entenderse como un enamoramiento.
“La psicobiología independentista no puede entenderse como un desorden mental. Cataluña dio un salto cuando intuyó que con un proyecto ilusionante podía tener éxito frente a una España que pasó por su peor momento con la crisis económica”.
El amor lleva a hacer locuras, pero no puede motivar el descrédito de todo un movimiento y sus motivaciones. La manipulación política, el populismo y la irresponsabilidad, en cambio, sí provocan el desvarío social colectivo que impera actualmente.
La lectura puede ayudar a racionalizar cualquier desequilibrio.