La irrupción de Aznar propicia el acercamiento de Rajoy con CiU

El Gobierno otorgará un déficit más generoso para Catalunya

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La irrupción del ex presidente del Gobierno, José María Aznar, ha convulsionado la política española. Sus contundentes palabras en contra del presidente Mariano Rajoy, a quien él mismo designó como su sucesor, han provocado todo tipo de reacciones en el seno del Partido Popular (PP).

Su posible retorno al frente del PP siempre ha provocado un verdadero pavor en la política catalana, pese a que se juguetee a veces con aquella máxima que aplicara Sendero Luminoso en Perú, la de cuanto peor, mejor.

El recuerdo de Aznar es pésimo. Su segundo mandato provocó, de hecho, la actual situación de bloqueo institucional, al llevar al conjunto de la clase política catalana a proyectar un nuevo Estatut, y a sufrir, después, una enorme frustración con la sentencia del Tribunal Constitucional.

Indignación en el PP

En el PP, sin embargo, según fuentes conocedoras de las reacciones que ha causado Aznar en los últimos días, la indignación es generalizada. Aznar cuenta con un apoyo mediático importante en Madrid, aunque se desea castigar más, en realidad, la forma de gobernar de Rajoy, que peca de cierta indolencia.

En la capital de España siempre han gustado los hombres firmes, los que dicen a la cara lo que piensan, aunque lo cierto es que Aznar no ha actuado, según esas mismas fuentes, por un ataque de liberalismo, que le ha llevado a defender, justo ahora, una bajada de impuestos.

El problema de Aznar, apuntan, es que Rajoy no ha movido un dedo por defender al ex presidente de los ataques que lo relacionan con la trama Gürtel, sobre una supuesta financiación irregular del PP con la ayuda del ex tesorero del partido, Luis Bárcenas.

Oportunidad para Catalunya

Así que en el PP han cerrado filas. Aznar no tiene opciones de volver. No, por lo menos, a través del partido que él llevó hasta lo más alto. Rajoy y su lugarteniente en el partido, María Dolores de Cospedal, consideran que son ellos los que se encontraron con un problema totalmente inesperado, con el caso Bárcenas y que el responsable es Aznar.

Y el hecho es que la gran paradoja es que el ex presidente puede propiciar, en los próximos meses, un acercamiento entre Mariano Rajoy y CiU con el que se pueda superar uno de los problemas políticos más importantes de España, la situación de Catalunya.

El primero que lo ha advertido con celeridad es Josep Antoni Duran Lleida, al rechazar los ataques de Aznar y defender “la legitimidad” de Rajoy, que cuenta con una mayoría absoluta. Duran conoce de primera mano las dificultades de Rajoy, que se ha encontrado ahora con la oposición de distintos gobiernos autonómicos del PP, –especialmente Madrid– ante la oferta de fijar objetivos de déficit a la carta, y, en concreto, para Catalunya.

Principio de ordinalidad

Un dirigente de CiU admite que el Govern de Artur Mas debería hacer algún gesto que reflejara ese reconocimiento. “Bastaría afirmar que Rajoy está haciendo un esfuerzo, frente a la oposición de algunos presidentes autonómicos del PP, para facilitar las cosas”, afirma.

La cuestión es que Rajoy tiene previstas dos medidas de enorme importancia para Catalunya. La primera es ofrecer un objetivo de déficit para 2013 que diferentes fuentes señalan que puede ser del 1,98%. Y la segunda es que tiene claro que el nuevo sistema de financiación autonómica deberá contar con el principio de ordinalidad, según el cual Catalunya no puede quedar por debajo de la posición que ocupe después de aportar recursos al fondo de solidaridad autonómico.

Desde la propia dirección del PP, como su vicesecretario general de organización, Carlos Floriano, al propio Rajoy, esa cuestión se ha instalado como una prioridad.

Crisis de gobierno

Rajoy podría acometer una crisis de gobierno tras el verano, según las mismas fuentes, con la idea de reorientar la legislatura, y buscar acuerdos con el gobierno catalán. El peligro es que la presión mediática, escondida detrás de Aznar, no le permita avanzar.

Pero el problema es que, como apuntan dirigentes de CiU, tampoco el President Artur Mas sepa ver esos avances y Rajoy se quede solo, sin apoyos, maniatado y criticado por los sectores más duros de la derecha española, camuflados de liberales, y por el nacionalismo catalán.

Duran lo ha visto claro, tras la irrupción de Aznar, y algunos dirigentes de Convergència, también. Pero no todos en CiU saben o quieren interpretar las mismas señales. Un referente histórico de CiU, incluso, deja claro que colaborar con el PP “ya es imposible”.

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