La guerra entre Génova y Ayuso rompe el intento del PP de Cataluña para recuperarse

La formación catalana teme que la crisis vivida en Madrid lastre todavía más las posibilidades de crecimiento de un partido marcado por una profunda división interna

Pablo Casado, flanqueado por Teodoro García Egea y Alejandro Fernández, durante la reunión de la dirección del PP en Barcelona. Foto: EFE/Quique García

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Llueve sobre mojado en el PP de Cataluña. La formación catalana, que lleva mucho tiempo viviendo fuertes convulsiones internas, sufre ahora los daños colaterales de la guerra entre Isabel Díaz Ayuso y Génova. El intento de la formación por resucitar a nivel autonómico, tras conseguir cierta discreción pública de sus trapos sucios, se resiente.

Aunque fuentes de la dirección autonómica insisten a Economía Digital en que esta guerra abierta les perjudica poco a nivel orgánico, «más allá de que algunos puedan manifestar su opinión», sí que ven con preocupación que las desavenencias públicas en Madrid puedan espantar a futuros fichajes y potenciales votantes en Cataluña a corto y medio plazo.

El PP de Cataluña empezaba a vislumbrar cierta perspectiva de ir creciendo paulatinamente a nivel catalán, con el acercamiento de ex-altos cargos de Ciudadanos –como el ex-diputado naranja David Mejía, ahora en el equipo de Xavier Garcia Albiol– y los aires de optimismo por los resultados cosechados tanto en Madrid hace nueve meses como hace escasos días en Castilla y León.

Pero los cuchillos entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso amenazan a la formación que dirige a Alejandro Fernández con devolverlos a la casilla de salida. «Ya se verá en las últimas encuestas, porque esto provoca desafección y aunque Cataluña tiene unas claves propias es muy relevante lo que sucede y está todo el mundo muy preocupado», apuntan desde el PPC a este medio.

Consigna de silencio desde la Ejecutiva autonómica

Aunque críticos con la dirección autonómica aseguran que la crisis también está afectando orgánicamente al PP de Cataluña, y que desde la Ejecutiva se está pidiendo silencio a las bases para evitar que la situación se agrave. «Los militantes preguntan, e incluso se ha producido alguna baja, y si ya de por sí tenemos una situación cismática hay quienes ya están tomando partido».

Defienden que en el PP de Cataluña hay dos hechos que generaron mucha división de puertas adentro, algo que fue «traumático»: «Las primarias del partido con Pablo Casado y las primarias de NNGG, que solo fueron relevantes a nivel interno pero que dejaron muchos cadáveres y muchos rencores, y temen que vuelva a pasar una cosa así».

Critican que Alejandro Fernández todavía no se haya posicionado sobre esta cuestión, y suponen que «puede deberse a que, al final, los llamados ‘alejandrinos’ estuvieron apadrinados en su momento por Casado y ahora se sienten un poco huérfanos». Además, señalan que otros perfiles, como Manu Reyes, ya han apostado claramente a favor del actual presidente nacional.

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El PP de Cataluña había conseguido sacar del foco mediático sus crisis internas, aunque persisten las rencillas entre los partidarios y detractores de Alejandro Fernández, y las guerras soterradas en Barcelona entre los que apoyan a Josep Bou, y quienes consideran que debería dimitir al frente del grupo municipal en el Ayuntamiento.

Y, de hecho, se siguen produciendo tiranteces autonómicas, aunque con menor eco. El último encontronazo en el seno de la formación se produjo en Mataró (Barcelona), con la elección de Cristian Escribano como líder local, frente a Marco Fernández, que era el candidato que contaba con las simpatías del aparato autonómico dirigido por Alejandro Fernández.

La situación del PP en Cataluña no es alentadora. La formación tan solo cuenta con tres diputados en el Parlament de los 135, y han sufrido una caída continuada de representación institucional desde 2015. Entraron por la mínima en Barcelona de la mano de Josep Bou, y no tienen asegurada su continuidad en el consistorio en 2023.

El PP afronta una de sus peores crisis internas

El PP vive uno de los momentos más delicados de su historia. El supuesto caso de espionaje de Génova a la presidenta de la Comunidad de Madrid ha provocado un cruce de acusaciones entre dirigentes. Ayuso ha tildado de «cruel e injusta» la operación de Casado y Egea: “Es muy doloroso que dirigentes de tu partido, en lugar de respaldarte, sean quienes te quieren destruir”.

Mientras tanto, desde Génova amenazan a Ayuso con expulsarla. En una rueda de prensa, Teodoro García Egea ha defendido la investigación interna realizada a la presidenta madrileña y la ha acusado de atacar al partido, y a Pablo Casado en particular, para adelantar el Congreso del PP de Madrid.

Y mientras, se suceden derivadas de esta guerra. Almeida ha negado cualquier vinculación con el espionaje y ha forzado la dimisión de Ángel Carromero en en el Ayuntamiento de Madrid. Esperanza Aguirre, que apadrinó tanto a Casado como a Ayuso, ha pedido abiertamente la dimisión de Teodoro García Egea.

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