La Generalitat permite temperaturas de más de 30 grados en las aulas durante la ola de calor
Los sindicatos y asociaciones de padres claman contra la Generalitat por permitir temperaturas de hasta 35 grados
Nueva polémica que afecta al consejero Josep González Cambray y el departamento de Educación de la Generalitat. Si el pasado mes de marzo, el profesorado iniciaba un ciclo de huelgas y protestas en las calles por el avance del inicio del curso 2022-2023 al 5 de septiembre, la ola de calor que sufre Cataluña ha reactivado sus reivindicaciones por las incomodidades del alumnado y docentes en las aulas.
Pese a que oficialmente no hemos entrado en verano, desde hace unos días, la mayor parte de los centros educativos de Cataluña conviven con temperaturas superiores a los 30 grados. Ejemplos prácticos los podemos encontrar en algunas poblaciones como Terrassa, El Pont de Vilomara o Artés (Las dos últimas en la comarca del Bages), dónde los termómetros de sus escuelas han registrado cifras de hasta 35 grados y la ausencia de sistemas de refrigeración o ventilación.
Sin respuesta de la Generalitat
USTEC, uno de los sindicatos de profesores más representativos de la enseñanza en Cataluña, carga contra González Cambray por la ausencia de un protocolo para garantizar la salud de los niños y niñas. «Es una situación generalizada, no tenemos directrices y solo te hablan de abrir las ventanas para ventilar o beber agua», afirma Iolanda Segura, portavoz del colectivo. Economía Digital se ha puesto en contacto con la Generalitat y no ha querido realizar ningún tipo de valoración sobre la polémica. El departamento de Educación emplaza a futuras comunicaciones en los próximos días.
La única aparición pública, en las últimas horas, del consejero ha sido en Banyoles. Concretamente en la inauguración de la ampliación del instituto situado en la población de la comarca del Pla de l’Estany. Un municipio en el que ERC, con cinco regidores en la oposición, aspira a arrebatar la alcaldía a Junts per Catalunya en las próximas elecciones locales del 2023.
La normativa impide dar clases a más de 27 grados
Los profesores piden adaptar los horarios al contexto climático y a la vez recuerdan que la normativa laboral dictamina que, en espacios de trabajo sedentario (El caso de un aula), la temperatura no puede superar los 27 grados, mientras que en otros espacios escolares de carácter deportivo, el tope máximo es de 25 grados. En caso de superar los límites, las escuelas están obligadas a paralizar su actividad. Algunos centros han minimizado los efectos de la ola de calor por la coincidencia con el inicio de la jornada intensiva.
USTEC ha hecho un llamamiento a los directores de centros a denunciar, en la Generalitat, las situaciones de riesgo en las aulas. A través de las redes sociales, el sindicato difunde un documento con instrucciones para llevar la reclamación al correspondiente organismo de prevención de riesgos laborales.
Sostenibilidad en las escuelas
Asociaciones de padres y madres como aFFaC (Associacions Federades de Famílies d’Alumnes de Catalunya) entienden que la ola de calor de estos días es una señal para renovar las instalaciones de las escuelas, con criterios de sostenibilidad «para hacer frente a la emergencia climática».
En las últimas semanas, aFFaC ha tenido más de un encontronazo con la Generalitat. El departamento de Educación acusa la asociación de estar formada por entidades con «un funcionamiento irregular». En el trasfondo hay la predisposición de la Generalitat a ceder la gestión de las actividades extraescolares a empresas, en detrimento de organizaciones sin ánimo de lucro en la órbita de aFFaC. Sin dejar las críticas a Educación, desde el colectivo de padres y madres denuncian la actitud «de menosprecio, manipulación y engaño» de Josep González Cambray hacia las familias.