La falta de datos científicos deja en el limbo a los jóvenes vacunados con Astrazeneca
La Comisión de Salud Pública se debate entre administrar la segunda dosis de otra farmacéutica o mantener únicamente la protección de la primera inyección
La confirmación de que la aparición de trombos en la sangre forma parte de uno de los efectos secundarios menos frecuentes de la vacuna de Astrazeneca ha puesto patas arriba la campaña de vacunación en España (y en toda Europa). La publicación de los hallazgos motivó al Gobierno a acordar con todas las comunidades autónomas la suspensión de las inyecciones con este preparado para los menores de 60 años. Sin embargo, ahora la duda es qué ocurrirá con todos esos jóvenes que ya se han inoculado la primera inyección y estaban pendientes de recibir la segunda.
La Comisión de Salud Pública se reunirá de nuevo este jueves para tratar de encontrar una solución que les saque del limbo en el que se encuentran. La ministra de Sanidad, Carolina Darias, no quiso mojarse este miércoles y emplazó la decisión al análisis de los últimos estudios científicos del mercado. Sobre la mesa hay dos opciones: inocularles una segunda dosis diseñada por otra farmacéutica o mantenerles únicamente con la protección que otorga la primera inyección, que por sí sola ya tiene una eficacia del 70% contra la Covid-19. «Estamos pendientes de dos estudios«, expresó Darias.
El mayor problema para resolver esta disyuntiva es la falta de pruebas científicas que corroboren el éxito de mezclar vacunas de dos fabricantes distintos. A principios de febrero, Astrazeneca y Pfizer ya anunciaron el inicio de un ensayo clínico para analizar los posibles efectos de administrar sus dos preparados sobre una misma persona. Un total de 850 voluntarios fueron reclutados para las pruebas, pero aún no se han alcanzado conclusiones concluyentes.
La propia Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha evitado posicionarse sobre la posibilidad de mezclar dos tipos distintos de vacunas. Los indicios apuntan a que el resultado podría ser exitoso pero no quieren mojarse porque no se han podido realizar ensayos a gran escala con grupos grandes de voluntarios, como los que permitieron avalar la seguridad de cada una de los prototipos a título individual.
«Hay una razón teórica para pensar que podría ser seguro, no obstante la EMA no ha recibido ningún dato al respecto y no hemos hecho ninguna evaluación», sentenció Peter Arlett, el director del Grupo de Trabajo de Métodos y Análisis de Datos de la institución europea.
Los vacunólogos españoles apuestan por mezclar vacunas
A pesar de este mar de dudas, los vacunólogos españoles se han mostrado confiados en que finalmente sí que se puedan mezclar las vacunas y permitir una protección mucho mayor para los colectivos más jóvenes que se han administrado una de las dosis correspondientes de Astrazeneca.
El presidente de la Asociación Española de Vacunología, Amós García, ha vaticinado que los estudios avalarán finalmente el uso de varios tipos de vacunas de forma indistinta pero, mientras tanto, ha abogado por mantener un «análisis sosegado, tranquilo y seguro» que aporte tranquilidad a la ciudadanía. «Están a punto de salir varios estudios con evidencias», ha remarcado en una entrevista en Televisión Española.
A pesar del desconcierto que ha despertado la aparición de efectos secundarios poco frecuentes en la vacuna de Astrazeneca, Amós ha destacado que se puede dilatar la toma de decisiones, ya que hay un margen de tiempo muy amplio para estirar la aplicación de la segunda dosis. «Hay un tiempo razonable de espera entre la primera dosis y la segundo, posiblemente esa sea la alternativa más razonable», ha concluido.
En España, la mayor parte de las personas que han recibido la vacuna de Astrazeneca son colectivos jóvenes, fundamentalmente trabajadores esenciales, personal del sector de la dependencia o docentes, ya que durante buena parte de la campaña ha estado vetada para las personas de más de 55 años. Los más mayores han continuado recibiendo las dosis de otras farmacéuticas como Pfizer o Moderna.
Los análisis de la EMA han concluido que su uso está relacionado con trombos en la sangre, aunque tienen un carácter muy infrecuente, en relación con la letalidad que produce la propia Covid-19, por lo que han seguido defendiendo su uso. La institución ha confirmado el fallecimiento de 18 personas como consecuencia de estas complicaciones en toda Europa y la aparición de complicaciones en más de 200 pacientes.