La falsa radicalidad democrática del partido de Puigdemont
Puigdemont se reserva el papel de líder invulnerable. La asamblea de la Crida, máximo organismo del partido, ni siquiera debe aprobar informes de gestión
La Crida Nacional per la República, el partido que impulsa Carles Puigdemont, ha tomado por bandera la «radicalidad democrática», un concepto que impregna todos sus principios organizativos.
Tan radicalmente democrática es la Crida que el artículo 7 de su ponencia organizativa ya reserva el papel de presidente impulsor del partido a Puigdemont, a quien proclama «presidente legítimo de Cataluña» y «líder de la acción política» de la formación.
En realidad, Puigdemont se reserva más papeles, puesto que también está llamado a convertirse en el presidente del «gobierno de la Crida». Para ello deberá superar el trámite de una asamblea que consagrará su condición de líder invulnerable.
El presidente de la Crida no será revocable. «Sólo podrá dimitir», prevé el partido de Puigdemont
Invulnerable porque el presidente de la Crida no será revocable. «Sólo podrá dimitir», prevé la ponencia organizativa del partido.
El «gobierno de la Crida» —el equivalente a las ejecutivas de los partidos— estará compuesto por el presidente (Puigdemont), por un secretario general (Toni Comín) y por otras 19 personas. De éstas, sólo un 50% podrán tener un cargo institucional en la Generalitat o en las entidades.
El voto de Puigdemont
Las decisiones deberán tomarse por mayoría, pero Puigdemont se reserva un voto para decantar la balanza. «El presidente tendrá voto de calidad», dicen las bases.
El líder soberanista también se garantiza, a su manera, la decisión sobre las elecciones en las que participará el partido, ya que el máximo órgano de decisión del partido, «la asamblea nacional», actuará a propuesta del «gobierno de la Crida».
La asamblea tan siquiera tiene por qué someter a votación cada dos años un informe de gestión sobre la actuación de la Crida. Sólo lo hará «si procede».