La estrategia de Pedro Sánchez: «Que la campaña acabe cuanto antes»
El líder del PSOE huye de todo a la espera del último CIS: del cara a cara con Casado, de la compañía de los expresidentes socialistas y de Podemos
Uno de las personas a las que escucha Pedro Sánchez le ha dirigido el siguiente mensaje: «Cuando el adversario se equivoca no hay que distraerlo». Y a eso se dedica Sánchez, a dejar que sus adversarios más temibles —PP y Ciudadanos— dediquen buena parte de sus esfuerzos a frenar las fugas a Vox, mientras el viento demoscópico impulsa el viaje del PSOE en esta campaña de elecciones generales.
Convencidos de que las encuestas están en lo cierto y de que el PSOE va en cabeza, los estrategas socialistas han enviado instrucciones muy claras a todos sus candidatos: lo importante es no meter la pata e intentar que la campaña pase «cuanto antes». Y en eso están centrados PSC y PSOE: en hacer una campaña plana, sin medidas estrellas y sin riesgos innecesarios.
Sánchez confía en seguir frotándose las manos este martes, cuando se dará a conocer la última encuesta del CIS antes de las elecciones del 28-A. Según el último sondeo elaborado por el CIS dirigido por José Felix Tezanos, el PSOE había disparado su ventaja y concentraba un 33,3 por ciento de los apoyos, superando así la suma de PP y Ciudadanos (que se quedaban con un 16,7 y 15,3 por ciento respectivamente).
El líder del PSOE y presidente del Gobierno espera una confirmación este martes para mantener su apuesta por una campaña sin motor. El deseo de Sánchez es relajarse en el asiento de comandante, encender el piloto automático y aterrizar en Moncloa después de planear por un cielo sin turbulencias.
Sánchez rehúye el cara a cara
Tanta es la confianza en la inercia que el equipo de campaña de Sánchez ha descartado someterse a un cara a cara con el líder del PP, Pablo Casado. El líder del PSOE quiere huir de todo: de debates y de golpes de efecto, de escenificaciones y de sobreactuaciones. La única concesión que ha hecho, hasta el momento, consiste en exponerse al debate a cuatro que RTVE organiza junto a Casado, Albert Rivera y Pablo Iglesias el próximo 22 de abril.
De su campaña hueca también llama la atención la ausencia de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, que no participarán en ningún mitin junto al presidente.
Sánchez no quiere a su lado a los expresidentes del PSOE. Particularmente quiere bien lejos a González, muy crítico con el «gobierno Frankenstein». Respecto a Zapatero, el PSOE únicamente lo ha reclamado para cerrar la campaña en Castilla y León junto al líder autonómico, Luis Tudanca. Eso es todo.
Los mensajes de Sánchez
Un repaso a sus últimas palabras en público es suficientemente elocuente sobre la profundidad de su campaña. «El deporte tiene que ser una política de Estado y ya es hora de que sea una prioridad», dijo este lunes en su única intervención pública durante un acto en el Comité Olímpico Español.
Ésa va a ser la tónica. Mientras el resto de candidatos se multiplica en los medios de comunicación con entrevistas, Sánchez mantiene el perfil bajo. Este martes visita en la sede del Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) en León y luego dará un paseo por Palencia. Hasta ahí.
Sánchez no ve razón alguna para cambiar de ritmo. Las preocupaciones que hace apenas un par de años atormentaban al PSOE, cuyo espacio devoraba Podemos han desaparecido. No hay motivo para el cuerpo a cuerpo ni con Iglesias, ni con nadie.
Quienes caricaturizaron el marianismo como un monumento a la quietud tendrán que revisar en qué consiste exactamente el sanchismo.