La deuda pública de Cataluña se dispararía hasta el 126% con la independencia
Un informe de la red europea de think thanks Epicenter detalla el "alto coste económico" de una hipotética independencia de Cataluña
En un abrir y cerrar de ojos, la deuda pública de Cataluña se dispararía hasta llegar a entre el 112% y el 126% en caso de separarse de España. Así lo advierte un informe de la red europea de think thanks Epicenter respaldado por el expresidente del Parlamento Europeo Antonio Tajani, y el expresidente del Consejo alemán de Expertos Económicos Juergen Donges.
El documento alerta sobre los «preocupantes costes económicos» que debería afrontar una Cataluña independizada. Un impacto que es «notorio» especialmente en las finanzas públicas, la política monetaria y el sector privado, donde según las estimaciones de los expertos tendría efectos adversos en el comercio exterior, el turismo y la inversión extranjera.
La deuda pública catalana representa el 6,48% del total español y es la más alta de todas las comunidades autónomas. Así, una escisión de España enviaría por los cielos la relación deuda/PIB, que podría alcanzar hasta el citado 126%. «Le costaría más pedir préstamos a los mercados financieros» y, por ende, sería más difícil pagar esta deuda, reza el informe.
Ello, sin contar los casi 40.000 millones de euros que tendría que desembolsar casi automáticamente solo para transferir las competencias que actualmente son estatales, como Justicia, Defensa o Asuntos Exteriores. Esta partida y la aceleración de la deuda pública serían dos de los impactos más inmediatos de la independencia, pero naturalmente no los únicos.
Todo el dinero que dejaría de percibir una Cataluña independiente
Epicenter recuerda la dependencia catalana del comercio exterior, representando las importaciones y exportaciones un 71% de su PIB en 2019. Es la comunidad autónoma con más peso en el total de las exportaciones españolas, con un 25,6%. Pero estos altos ingresos no están garantizados porque están supeditados a su pertenencia a España y a la Unión Europea.
Y es que ocho de cada diez exportaciones catalanas son al mercado común europeo, del que la región perdería acceso si se declara independiente. Asimismo, al no pertenecer a la UE y perder acceso preferente al mercado nacional y comunitario, Cataluña se expondría a una serie de aranceles que le obligarían a encarecer sus ventas al extranjero en un 15%.
La inversión extranjera, desde luego, entraría en caída libre. El 78% de la inversión en Cataluña en 2019 provenía de Europa, por lo que se podría frenar esta inyección de capital e incrementarse la fuga de empresas, algo que ya han hecho en torno a 6.000 compañías desde el amago de divorcio del otoño de 2017. La inversión cayó un 12% entre 2016 y 2018.
Perjuicio total al turismo
El turismo también sería uno de los sectores más damnificados. Con un peso del 12% del PIB catalán, Cataluña es la comunidad más visitada de España y donde más gastan los viajeros. Uno de cada cuatro turistas que vino a España lo hizo a la región y en 2019 el gasto de estos visitantes superó los 21.000 millones de euros.
El turismo ya se ha visto afectado por el procés: el informe destaca que las pérdidas de los empresarios hoteleros en 2017, año del referéndum del 1-O, fueron de 319 millones de euros, según la patronal del sector. Entre octubre y diciembre de ese año, los ingresos por habitación en Barcelona cayeron un 9,6% respecto a 2016, y un 15,2% en diciembre.
La posición geográfica privilegiada se estima insuficiente para hacer frente a los obstáculos de quedarse excluida de la Unión Europea, lo que provocaría lesiones al turismo evidentemente mucho peores que las que el sector ya ha padecido hasta ahora.
También concluye el estudio que, pese a que la captación fiscal de una Cataluña independiente superaría la de la comunidad autónoma, «esto no implicaría que los catalanes disfrutarían de una mayor renta disponible». Para ello, el Govern tendría que bajar los impuestos «en la misma proporción en que se incrementaron los ingresos fiscales».
Una misión, la de bajar los impuestos, que también se vaticina compleja, en el tanto Cataluña es la comunidad que más grava las rentas altas y bajas, cuenta con 15 impuestos propios (más que cualquier otra autonomía) y tiene la peor puntuación en competitividad fiscal. Todo ello le llevaría a un escenario post-independencia de elevadísimo «intervencionismo».
Tajani: El independentismo actúa «contra el principio de solidaridad»
En el prefacio del estudio ‘El coste económico de la independencia hipotética de Cataluña y su salida de la UE‘, Antonio Tajani asegura que el independentismo carece de cualquier «razón moral» para querer separarse de España y, además, actúa «en contra del principio de solidaridad».
«España es un Estado de derecho. A pesar de todas las reconstrucciones históricas inventadas hasta ahora, hoy no tiene sentido hablar de opresión en España. Más bien, es muy grave que se produzcan divisiones entre los catalanes. Y de esto, sin embargo, los nacionalistas son directamente responsables», escribe el expresidente del Europarlamento.
«Independientemente del enorme coste económico que sufriría Cataluña en caso de su independencia y salida de la Unión Europea, que está muy bien explicado en este estudio, tenemos el deber de recordar los principios constitutivos básicos de cualquier proceso de integración social entre seres humados», añade Tajani.
«Un coste altísimo desde todas las perspectivas»
El informe de Epicenter concluye que la secesión representaría para Cataluña un altísimo coste económico «desde todas las perspectivas». «El camino que seguirían el comercio exterior, los flujos de inversión y el sector turístico tendría un impacto negativo directo y sustancial sobre la actividad económica y el empleo en Cataluña«, explican sus autores.
Planean también muchas dudas sobre la capacidad financiera de una Cataluña independiente, «que tendría dificultades para mantener su administración en las condiciones actuales». Además de nacer con «una deuda pública muy elevada», el nuevo país ya no tendría protegida su deuda por el Estado español ni contaría con el apoyo del Banco Central Europeo.
La política monetaria sería un rompecabezas porque Cataluña tendría que elegir entre un sistema basado en la estabilidad y las reglas impuestas desde el exterior; es decir, arriesgaría la soberanía monetaria. De lo contrario, tendría que abogar por un modelo con alto riesgo de «severa inestabilidad e incertidumbre». Además, tendría que «priorizar los costes de mantener una moneda estable» al encontrarse automáticamente fuera de la unión monetaria.
Asimismo, la calidad institucional tendría escasas garantías tras la independencia. Y la actividad delictiva seguiría siendo alta, puesto que actualmente está por encima de la media nacional y en muchos casos supera a la Comunidad de Madrid. «El Gobierno catalán marcadamente intervencionista presenta serias dificultades a la hora de mantener el orden necesario para desarrollarse económica, política y socialmente«.
La conclusión es, pues, que «el precio para lograr la independencia sería alto, algo que tanto el bloque pro-independencia y el bloque anti-independencia deberían tener en cuenta«.
Epicenter (acrónico en inglés del Centro de Información sobre Política Europea) es una red independiente de nueve think thanks de España, Dinamarca, Polonia, Francia, Reino Unido, Italia, Grecia, Lituania y Suecia. El centro es políticamente independiente y no recibe financiación pública, según su web.