La CUP apunta a ERC: el retorno de Anna Gabriel busca aislar a Puigdemont
Al igual que la republicana Meritxell Serret, Gabriel ha utilizado los servicios del abogado Iñigo Iruín, vinculado al entorno de ETA, para comparecer en el Tribunal Supremo
Anna Gabriel, exdiputada de la CUP en el Parlament, se ha presentado esta semana, por sorpresa, en el Tribunal Supremo para poner fin a su situación de rebeldía, después de huir a Suiza en el año 2018 para evitar la acción judicial del juez Pablo Llarena en la causa del Procés.
Después de la comparecencia voluntaria ante el juez instructor en Madrid, Llarena decretó la libertad provisional para Gabriel con la obligación de volver al tribunal cuando vuelva a ser requerido. Al salir del Supremo, la dirigente independentista inició el viaje de regreso a Ginebra, dónde ejerce de secretaria general de un sindicato.
El abogado que ha asesorado a la exdiputada de la CUP en el proceso de retorno a España es Iñigo Iruín, un abogado vasco vinculado al entorno de ETA. Contra Anna Gabriel, nunca ha existido ninguna orden internacional de detención, porque la acusación de desobediencia no conlleva pena de prisión.
Complicidad con la estrategia de Esquerra Republicana
Para intentar resolver su situación judicial, la exdiputada de la CUP ha utilizado la misma estrategia que Meritxell Serret. Hace un año, la exconsejera de ERC en el Govern Puigdemont, actual diputada de los republicanos en el Parlament, volvió a España y también se presentó frente a Llarena. Como Gabriel, Serret se presentó frente al juez, con la compañía del abogado Iruín, y quedó en libertad.
La sentencia del Procés fue el punto de inflexión para que Meritxell Serret no supusiera cárcel para ninguno de los encausados por el delito de desobediencia, así que la exconsejera de Agricultura eliminó el temor a ser encarcelada si cruzaba la frontera española.
Sectores de la CUP desconocían los planes de Gabriel
Pese a felicitar públicamente a Gabriel por su nuevo movimiento judicial, sectores de la CUP reprochan a su exdiputada que no informó de sus planes a la dirección de la formación. Gran parte de la militancia antisistema se enteró de la llegada de Gabriel a Madrid por los medios de comunicación.
Con la boca pequeña, desde la CUP y el entorno de Junts tampoco entienden las razones y el momento del retorno fugaz de Gabriel. “Ha realizado una gran labor para reforzar la lucha exterior, pero este planteamiento se podía haber ejecutado con mucha antelación”, apuntan fuentes cuperas consultadas por Economía Digital.
Aislar a Puigdemont y el resto de políticos residentes en Bélgica
Las mismas voces que critican a Anna Gabriel por su plan judicial en solitario, también aseguran que ERC ha colaborado en la estrategia utilizada por la exdiputada de la CUP. Más allá de los rumores, el caso Gabriel es un episodio más de la guerra que Carles Puigdemont y Oriol Junqueras mantienen en el seno del independentismo, antes incluso de los hechos de octubre del 2017.
Desde esa fecha, ERC y Junts per Catalunya se reprochan, mutuamente, que Junqueras se quedará en España y Puigdemont se fuera a Bélgica. Hasta la actualidad, sobre todo después de la sentencia del Procés y el indulto a los políticos condenados por el magistrado Manuel Marchena, Esquerra ha adoptado un papel más realista y alejado de la unilateralidad. En las últimas reuniones Aragonès-Sánchez, ERC ha puesto encima de la mesa la necesidad de iniciar una agenda de desjudicialización.
En Junts entienden que esta postura de los republicanos se visibilizó con Meritxell Serret, ahora con Gabriel y no se descarta que el abogado Iruín también acompañé a Marta Rovira al Supremo, en los próximos meses. Por su parte, ERC le interesa minimizar la figura de Puigdemont, uno de los principales obstáculos a los planes republicanos de ser el interlocutor de referencia del Estado en Cataluña.