La crisis en Ceuta difumina a Podemos
Los morados suavizan su respuesta tras la salida de Pablo Iglesias del Gobierno, mientras el partido de Iñigo Errejón se posiciona como el nuevo ariete del Ejecutivo.
De pedir un referéndum para el Sáhara Occidental a solicitar «firmeza diplomática» con Marruecos. La salida de Pablo Iglesias del Gobierno suaviza el discurso de Unidas Podemos hasta el punto de suponer una amenaza para su hasta ahora marcado perfil propio. Su respuesta ante la crisis diplomática y migratoria con Marruecos se ha visto suavizada respecto al duro discurso del ex vicepresidente Pablo Iglesias. El partido de Iñigo Errejón ocupa su posición, eclipsa a los morados en el Congreso y se posiciona como nuevo ariete del Ejecutivo.
Muchos atribuyen el actual conflicto con Marruecos al ex vicepresidente morado por su firmeza al reclamar un referéndum para el Sáhara Occidental y solicitar que se cumplan «las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU». Un mensaje distinto a la línea oficial que viene defendiendo el Gobierno de España.
Entonces el partido morado marcaba un perfil propio defendiendo la causa saharaui con la que ahora se pone de perfil. Lejos quedan esos postulados con un Pablo Iglesias fuera de la política y con un líder todavía por definir en la extrema izquierda.
Unidas Podemos ya sólo alaba a Pedro Sánchez por la «firmeza diplomática» tras la avalancha migratoria sobre Ceuta. Su portavoz, Pablo Echenique, defendió este martes, en una rueda de prensa en el Congreso, que la posición sobre Marruecos expresada por el jefe del Ejecutivo es «necesaria y apropiada en la cuarta economía de la zona del euro, que evidentemente tiene que tener una política exterior soberana y autónoma».
Ningún dirigente de la formación morada ‘sacó el diente’ contra la «inacción» del Gobierno, según criticaron desde la oposición. Tampoco para posicionarse respecto al líder del Frente Polisario, atendido por España en un hospital de Logroño. De repente, Podemos enmudece e Iñigo Errejón y Más Madrid asoman la cabeza.
El partido de Errejón plantea la aprobación de «sanciones» contra Marruecos en el seno de la Unión Europea, contemplando incluso la intervención de las cuentas del Rey Mohammed VI, por la crisis migratoria que se vive en Ceuta y que ha supuesto la llegada de más de 6.000 inmigrantes que cruzaron a nado la frontera.
En su opinión, «el Gobierno español tiene que enviar un mensaje firme a Marruecos». «El Gobierno tiene que volcarse con medios y tiene que liderar una iniciativa conjunta en la UE», defendió el líder de Más Madrid. Errejón llega decidido a ocupar el espacio político de Unidas Podemos, mientras los socios de Sánchez intentan definir su nuevo espacio y liderazgos sin Pablo Iglesias.
Cuando Podemos ponía en aprietos al PSOE
La salida de Iglesias suaviza el mensaje de los morados respecto al Sáhara con su socio de Gobierno y diputados de otras formaciones advierten que podría suponer ceder su espacio a Más Madrid y perder el perfil propio por el que se ha caracterizado a los morados para distinguirse de sus socios del Ejecutivo.
Pero hubo un tiempo en que la formación morada sí tenía voz propia respecto a Marruecos. Una postura totalmente distinta de la línea oficial que ha venido defendiendo el gobierno español y por la que dejó muchas noches sin dormir a varios ministros socialistas.
Iglesias defendía un referéndum para el Sáhara Occidental e, incluso, sus socios de IU llevaron la causa saharaui ante la Unión Europea poniendo así en entredicho la postura del Gobierno en Europa y ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
Todo ello desató un profundo malestar entre los ministros socialistas, en especial, en la ministra de Exteriores, Arancha González Laya. La dirigente tuvo que recalcar que «la postura del Gobierno no se ha movido», respecto a las relaciones con el país vecino.
Pero este malestar ya venía desde enero de 2019, cuando el eurodiputado morado, Miguel Urbán, pidió que se reconozca a la Republica Árabe Saharaui Demócrata (RASD) y cambie la política de España hacia el Sáhara. Asimismo, el dirigente pidió ofrecer la nacionalidad española a todos los saharauis que así lo deseen «como se hizo hace unos años con los sefardíes».
Un mes siguiente, el responsable económico de Unidas Podemos, Nacho Álvarez, se reunió con la ministra saharaui de Asuntos Sociales de la RASD, que el Gobierno no reconoce. Marruecos protestó ante Sánchez y Podemos borró los tuits del encuentro del perfil de Álvarez y del de la actual ministro de Derechos Sociales, Ione Belarra.
El Gobierno tuvo que salir y cortar por lo sano el discurso de su socio de Gobierno. La ministra de Exteriores desautorizó en público a Podemos diciendo que es un miembro del frente polisario y que «la posición de España sobre el Sáhara Occidental no ha cambiado, es política de Estado: España no reconoce la RASD y apoyamos los esfuerzos del secretario general de Naciones Unidas para alcanzar una solución pacífica en el marco de resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU».
Iglesias puso en aprietos al Ejecutivo, incluso cuando todavía no formaba parte de él. En 2014, el ex líder de Podemos se refirió a los saharauis como «nuestros hermanos que no serán abandonados» en la 39 Conferencia Internacional de apoyo al pueblo saharaui (EUCOCO) celebrada en Madrid en noviembre de 2014.
En dicho acto, varios medios aseguran que el líder de Podemos dijo que Marruecos estaba invadiendo territorio colonial español y explotando ilegalmente sus recursos, intervención que finalizó con un ¡Viva la lucha del pueblo saharaui!
Unidas Podemos pierde su voz en el seno del Gobierno, mientras desde la oposición señalan a los morados como los que prendieron la mecha a este conflicto diplomático.
Los próximos 18 y 19 de junio, una marcha recorrerá España por la libertad del pueblo saharaui. Este martes y desde Unidas Podemos todavía no tenían claro si asistirán como partido o si lo harán algunos diputados «a título personal».
He ahí la alegría de los socialistas tras haber suavizado el gran escollo por el que una vez se plantearon adelantar las elecciones. Ahora solo queda que como gobierno atajen la crisis diplomática con Marruecos.