La contrata de Florentino amenaza con un nuevo conflicto de basuras en Madrid
El cambio de concesionaria implicará pérdidas salariales del 7% según denuncian los trabajadores
A pocos días –o tal vez horas– del anuncio oficial, la periferia de Madrid contará a partir del primero de noviembre con una nueva empresa de recogida de basuras. La alcaldesa Ana Botella entregará a Florentino Pérez la nueva contrata para la recogida de residuos durante los próximos 13 meses. ACS-Ferrovial ha sido la dupla empresarial preseleccionada para el nuevo servicio que esconde una sorpresa envenenada para un grupo de trabajadores: un recorte de salarial de un 7%.
El nuevo contrato obliga al adjudicatario a subrogar a los 1.100 empleados que trabajan para FCC, la empresa que gestiona la recogida de basuras de Madrid desde los años de la postguerra, y además a mantener las mismas condiciones laborales. Por lo tanto, los trabajadores de la limpieza no deberían sufrir una merma en su retribución.
La rebaja encubierta
Pero esa es la teoría. En la práctica, FCC, la empresa que pierde la contrata, utilizaba a los trabajadores de la periferia para cubrir jornadas nocturnas en el centro. La práctica, que estaba prohibida por el Ayuntamiento de Madrid, suponía entre unos 2.600 y unos 3.200 euros brutos anuales para quienes participaban en los turnos rotativos nocturnos, según explican fuentes sindicales.
El sindicato UGT ha pedido este miércoles a las empresas preseleccionadas que garanticen por escrito que no habrá mermas ni en las condiciones económicas ni en las salariales. El Ayuntamiento ha dicho que el cambio de empresa no implicará modificaciones pero la plantilla no se fía. En verano del año pasado los barrenderos tuvieron que ir a huelga por recortes salariales de hasta un 30% y despidos que habían preparado las empresas ganadoras.
Recortes del 11%
“Es difícil creer que el mismo servicio se va a prestar con un recorte de casi 11%. Por eso pedimos a las empresas que nos garanticen por escrito que se van a garantizar las mismas condiciones”, explica Miguel Ledezma, portavoz de la sección sindical del comité de recogida de basuras de UGT.
Fuentes cercanas al Ayuntamiento aseguran que el nuevo proceso ha generado inquietud dentro del equipo de gobierno. Un posible conflicto laboral podría estallar en las puertas de las elecciones municipales de mayo del próximo año, unos comicios a los que la alcaldesa Ana Botella no se presentará. El Ayuntamiento ha tenido que hacer fuertes recortes en limpieza para poder pagar la astronómica deuda heredada de la gestión del exalcalde y exministro Alberto Ruiz Gallardón (unos 7.000 millones de euros). El Ayuntamiento ha suprimido 300 barrenderos de calle, lo que ha deteriorado los servicios de limpieza en la ciudad.
La recogida de basuras también ha sufrido recortes de camiones y turnos que ahora tendrán un 11% menos de recursos. La alcaldesa Ana Botella, que siempre defendió los altos niveles de limpieza de Madrid, ahora comienza a justificar que la ciudad no puede tener un servicio deficitario.