La cepa británica arrasa en el Reino Unido: 1.500 muertes en un día
No queda rastro del optimismo de los ingleses por la vacuna contra el coronavirus. La pandemia está descontrolada en el Reino Unido. Las fiestas navideñas y la aparición hace dos meses de la nueva cepa del SARS-CoV-2, conocida como B-117, y cuya propagación es más rápida, han llevado al país a registrar este miércoles 1.564 muertes, la máxima cifra diaria desde que comenzó la pandemia.
En tan solo una semana los fallecimientos han aumentado en un 55% y han superado la barrera de los 100.000 (101.160, en concreto), según informa The Guardian. Sin embargo, según las cifras oficiales del Gobierno, que solo incluyen a los enfermos que murieron en un periodo de 28 días tras haber dado positivo, el dato es de 84.767 muertes. En cualquier caso, estos números superan con creces las peores estimaciones.
“Es un número asombroso de muertes evitables por una causa en un año, una señal de un fenomenal fracaso de la política y la práctica frente a este nuevo y peligroso virus”, aseveró Gabriel Scally, profesor de salud pública en la Universidad de Bristol y miembro del grupo de expertos Independent Sage del Gobierno.
El número total de muertes multiplican por 5 las estimaciones del Gobierno
En una columna de opinión publicada en el citado diario, Scally arremetió contra el Ejecutivo de Boris Johnson por su gestión. “El primer ministro y sus asesores habían recibido advertencias claras desde septiembre de que evitar una segunda ola mortal no sería posible sin cambios importantes en la respuesta del país a la pandemia”, apuntó.
Y es que en marzo, Patrick Vallance, el principal asesor científico del Gobierno, aseguró que mantener las muertes por debajo de las 20.000 sería un “buen resultado”. Pero diez meses después esta cifra se multiplica por 5.
«Culpar de nuestra situación actual a esta nueva variante pasa por alto el hecho de que ya hubo aumentos preocupantes en el número de caso»
Gabriel Scally, miembro del grupo de expertos Independent Sage del Gobierno
Para Scally la responsabilidad de esta situación no puede recaer únicamente en la mutación del virus. “Culpar de nuestra situación actual a esta nueva variante pasa por alto el hecho de que ya hubo aumentos preocupantes en el número de casos hasta diciembre, cuando era obvio que las restricciones de nivel 4 no estaban reduciendo los niveles de infección”, criticó.
Casi una de cada 660 personas en el Reino Unido ha muerto por causas relacionadas con el coronavirus. Es decir, una de cada seis de todas las muertes. El país tiene una de las peores tasas de mortalidad por coronavirus del mundo, 151 por cada 100.000 personas.
Situación crítica en los hospitales británicos
La situación en los hospitales también es crítica. Los pacientes ingresados alcanzan los 36.589, por encima del pico máximo de 21.684 que se registró el pasado 12 de abril, durante la primera ola.
“Nuestras unidades de cuidados intensivos, que siempre han tenido una capacidad mucho menor que muchos otros países europeos, están en un punto de quiebre. Nuestro personal de primera línea está agotado y traumatizado”, lamentó Andrew Hayward, miembro del grupo asesor Sage del Gobierno y director del Instituto de Epidemiología y Atención de la Salud de la University College London.
Y agregó: “Las hospitalizaciones y las muertes seguirán aumentando en todo el país durante al menos las próximas dos o tres semanas y posiblemente más allá”.
«Las hospitalizaciones y las muertes seguirán aumentando en todo el país durante al menos las próximas dos o tres semanas»
Andrew Hayward, miembro del grupo de expertos Independent Sage del Gobierno
La prevalencia de la enfermedad en el conjunto del Reino Unido es de 614 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos siete días, según las cifras ofrecidas por el Ejecutivo, mientras en Londres la cifra se eleva a 1.047 casos por 100.000 habitantes.
Desde el 4 de enero, el Gobierno británico ha decretado un confinamiento estricto en el Reino. Johnson ha pedido a la población que solo salga de casa por motivos esenciales, como ir a trabajar si no puede hacerlo desde casa, y practicar ejercicio físico una vez al día, mientras que Escocia, Gales e Irlanda del Norte también han endurecido sus restricciones.