La caída de Vox da aire a Casado en el PP
Alivio en la dirección del PP por el desplome en las encuestas de Vox, que facilita a Casado la estrategia en la oposición para su alternativa a Sánchez
El PP lleva meses sufriendo una auténtica guerra de nervios por el imparable ascenso de Vox. Pero, por primera vez en bastante tiempo, la dirección encabeza por Pablo Casado respira aviliada porque hay encuestas que detectan una importante caída del partido de Santiago Abascal y que mantienen al PP a tiro del PSOE.
El retroceso de los de Abascal llena de aire a Casado, que, al menos durante un tiempo y en palabras de Aznar, podrá hacer oposición «como si Vox no existiera». «La tendencia es que Vox está cayendo. Y esto explica que haya tanta agresividad y provocación por parte de Podemos y del PSOE. Los quieren fuertes, pero no lo están», celebran voces del PP después de los quebraderos de cabeza que han padecido por la progresión de los de Abacal.
Las últimas encuestas de Abc-Gad3, la de mayo y la de junio, pronostican que Vox se situaría en torno a los 33 diputados (19 menos que los 52 logrados en las elecciones del 10 de noviembre). Y algo mejor para el PP: la tendencia a la baja de Vox es continua desde el inicio de la pandemia, mientras que el PP se mantiene al acecho del PSOE.
«Vamos hacia el bipartidismo. Costará, tardará mucho incluso, pero creo que vamos hacia el bipartidismo. Ese es mi juicio», dicen otros dirigentes del PP a la vista de un sondeo que sitúa al PP con 111 escaños y al PSOE con 121. A 10 escaños de desventaja y a 3 puntos en intención de voto (28,3% vs 25,4%).
Duelo de bloques
Este escenario permite soñar a Casado con una futura victoria, sobre todo a la vista de las sumas de bloques. La suma de PP, Cs y Vox alcanzaría los 159 diputados; la de PSOE, Podemos y Más País, 150. Es decir, que la derecha aventajaría a la izquierda en 9 diputados.
PSOE y Podemos han logrado incomodar durante meses al PP con la estrategia de igualar a los populares con Vox. «Hablan igual, se expresan igual, piensan igual, actúan igual», suelen decir con el propósito de arrinconar a Casado en el ring de Abascal.
Y no se puede decir que esta táctica haya sido ineficaz porque no solo ha logrado provocar enormes dudas en el PP (¿a favor o en contra del estado de alarma?), sino que también ha conseguido desdibujar a Casado.
El líder del PP ha tenido que convivir con quienes exigen una oposición sin contemplaciones contra el gobierno de Pedro Sánchez y con quienes reclaman tender la mano al PSOE en un momento como el actual.
Las dos almas del PP
Son las famosas dos almas del PP que siempre han tenido el mismo perjudicado: el líder del partido. Así ha sido históricamente y así continúa siendo.
Casado, claro, trata de hacer la síntesis. Trata de negar que haya dos partidos, a pesar de que las discrepancias entre pesos pesados del PP sean innegables. La figura de la portavoz parlamentaria, Cayetana Álvarez de Toledo, sulfura al secretario general, Teodoro García Egea, y disgusta a barones como Alberto Núñez Feijóo.
Pero el líder del PP se niega a mover pieza. No va a desplazar a Álvarez de Toledo de sus funciones, aunque sí que está dispuesto a conceder mayor protagonismo a otras figuras como la expresidenta del Congreso y exministra de Sanidad Ana Pastor.
Todo ello con el propósito de proyectar un PP «centrado, propositivo y firme», pero no «bronco». Y también con el propósito de sujetar a quienes lo han cuestionado sin llegar a exigir, eso sí, su cabeza.
Voces del partido lo han criticado, por ejemplo, por «caer en todas las trampas del PSOE». Ocurrió, por ejemplo, con el «pin parental» (la herramienta para que los padres puedan vetar contenidos en el aula) hace apenas tres meses, cuando la polémica acabó por desinflar el entonces reciente nombramiento de la exministra de Justicia Dolores Delgado como fiscal general del Estado.
«Es evidente que el PSOE usa a Vox para dar vuelo a una serie de debates públicos como el del pin parental. Lo que no es evidente es que caigamos de lleno en este debate en lugar de rehuirlo porque no es nuestro terreno para hacer oposición. Parecemos unos novatos», llegaron a decir.
Sin errores
Casado asumió desde entonces que no debía entrar en todas las polémicas. Ha limitado más su radio de acción y sus mensajes con el objetivo de afinar más. Sobre todo, para evitar errores.
Pero hay interrogantes que permanecen en el partido a pesar de que las encuestas, cuando son buenas, serenan los ánimos. ¿Está rodeado Casado de un equipo potente? Y aquí las respuestas de varios dirigentes incluyen muchos matices. Demasiados, en realidad.