La BBC pone contra las cuerdas a Ernest Maragall
El conseller de Acción Exterior admite en una exigente entrevista que, sin el 50% del electorado, el independentismo no puede pedir apoyos internacionales
El conseller de Acción Exterior de la Generalitat, Ernest Maragall, se ha sometido a una exigente entrevista en el programa de la BBC Hard Talk en la que, acorralado por el periodista Stephen Sackur, ha admitido que, mientras no supere el 50% de apoyos en unas elecciones, el independentismo no puede reclamar apoyos internacionales.
El aún conseller —cargo que dejará para aspirar a la alcaldía de Barcelona por ERC en las municipales de 2019— reconoció que el soberanismo no cuenta con una mayoría social después de que el entrevistador le insistiera en que sus votos nunca han ido más allá del 47% en ninguna cita electoral. «Somos conscientes, hasta que tengamos más del 50% no tendremos derecho para pedir apoyo internacional», admitió Maragall.
Que el soberanismo necesita ampliar la mayoría social es una tesis que Esquerra defiende hace ya muchos meses, y ahora la apuesta del gobierno catalán ya no es por buscar en el extranjero apoyos a la independencia, sino mediadores en el diálogo entre la Generalitat y la Moncloa.
Esa es la petición que lanzó Carles Puigdemont al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y también la que planteó su sucesor al frente del gobierno catalán, el presidente Quim Torra, en su conferencia de este miércoles en Suiza.
Pero las palabras de Maragall, uno de los consellers con más peso específico en el ejecutivo de Torra —precisamente dada la prioridad que este ha dado a la vertiente propagandística— pone en cuestión la recurrente afirmación del propio president, que no se cansa de esgrimir el «mandato democrático» que a su juicio emana del referéndum ilegal del 1-O y de las elecciones catalanas del 21 de diciembre pasado.
Maragall y los problemas para vender el relato
Lo cierto es que el conseller se vio acorralado en muchos momentos de una entrevista que evidencia las dificultades del gobierno catalán para seguir vendiendo su relato a nivel internacional.
Sackur, por ejemplo, le insistió en las discrepancias estratégicas entre los partidos soberanistas, a lo que Maragall respondió que están buscando «un nuevo camino». Por ello y por la falta de una mayoría social que avale las reclamaciones independentistas, alegó: «Tenemos que ganar tiempo». Y es una afirmación que a su vez tampoco casa bien con el ultimátum de Torra al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, del que acababa de hablar minutos antes.
Al respecto de ese mismo ultimátum, el periodista —que lo calificó nde «chantaje», mientras Maragall lo definió como «expresión de una urgencia»— advirtió al conseller que, en caso de dejar caer al gobierno de Sánchez, «hay una alta probabilidad de que el próximo gobierno se oponga absolutamente a cualquier clase de diálogo» con los independentistas.
«Esa es la razón por la que no queremos hacer caer este gobierno, no es nuestro objetivo», concedió Maragall, que reconoció: «Si yo le aseguro ahora que nunca lo haremos caer, estaría simplemente renunciando a la posibilidad de tener una negociación real».
El entrevistador también puso sobre la mesa el traslado de sedes sociales de cientos de empresas fuera de Cataluña
El entrevistador también puso sobre la mesa el traslado de sedes sociales de cientos de empresas fuera de Cataluña en el último año, y, cuando Maragall esgrimió que la economía catalana está creciendo por encima de la media española y europea, Sackur, entre risas, remató: «Ese mismo hecho me sugiere que muchos catalanes le escucharán y pensaran: el statu quo nos ha permitido prosperar como pueblo dentro de la nación española».
«Le entiendo, pero no estamos aquí por la situación económica, o por no ser prósperos. Esta no es una revolución de necesidad, de desesperación, es un nuevo tipo de movimiento europeo, de movimiento democrático, instalado más en la convicción, en nuestra personalidad, en nuestro derecho. No es nacionalista, no es étnico, no es solo rechazando el pueblo español, es una real afirmación de quiénes somos», replicó Maragall.