La ANC actuará como ‘policía’ de ERC y JxCat ante el 14-F
Los socios de la ANC avalan que la entidad independentista puntúe los programas electorales e inspeccione los futuros acuerdos para formar Govern
Hace casi año y medio, la Assemblea Nacional Catalana (ANC) presionaba al entonces president de la Generalitat, Quim Torra, y al Govern de coalición de ERC y JxCat para que retomaran la «unidad estratégica» del independentismo que permitió celebrar el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017.
Ahora, la entidad presidida por Elisenda Paluzie no quiere volver a escuchar hablar de «unidad estratégica».
El distanciamiento entre la ANC y el separatismo institucional ha venido in crescendo durante este 2020 y todo apunta a que se agudizará en los menos de tres meses que faltan para las elecciones catalanas del 14-F e incluso después, cuando el Parlament invista al nuevo inquilino del Palau de la Generalitat y se dé forma a un nuevo Govern, en el que, según todas las encuestas, Esquerra será la principal fuerza.
De jalear el 1-O y ofrecer su colaboración al Ejecutivo catalán, la entidad ha pasado ahora a querer convertirse en la policía del independentismo.
La mutación se ha venido diseñando durante los últimos meses pero ya cuenta con luz verde por parte de la mayoría de los socios de la Assemblea, que en las últimas semanas apoyaron casi por unanimidad la nueva hoja de ruta de Paluzie y los suyos.
Los socios han votado 15 posicionamientos políticos de cara a los comicios del 14 de febrero, de los que más de la mitad pasan por fiscalizar desde los programas electorales hasta inspeccionar los acuerdos para formar un Govern tras las elecciones.
Asimismo, los inscritos a la ANC han dado su visto bueno a que la entidad se baje de la «unidad estratégica» que la propia Paluzie impulsó y que ahora le parece poco más que «retórica».
La ANC hará «seguimiento constante» del Govern y el Parlament
En rueda de prensa telemática, Paluzie ha presentado este martes los resultados de la consulta hecha a los socios de la Assemblea.
La consulta telemática era para ratificar la estrategia para incidir en el proceso electoral, una hoja de ruta que causó una crisis interna en la ANC y que provocó la dimisión de siete miembros de su secretariado nacional al considerar un tanto blanda la apuesta de la entidad.
Las 25 preguntas de la consulta (15 posicionamientos y un decálogo) han obtenido el voto favorable y la media de apoyo ha sido de casi el 92% de los más de 6.500 sufragios.
Es decir, una amplia mayoría apoya a la ANC para que mute a ente fiscalizador del independentismo; por ejemplo, publicando cada semana durante la campaña electoral una comparativa de los programas de ERC, JxCat y, en un segundo plano, la CUP.
La entidad presidida por Paluzie también se propone celebrar «múltiples debates entre todos los partidos que se presentan a las elecciones» para debatir sobre «cómo avanzaremos en la resolución unilateral» de la independencia.
Asimismo, después de las elecciones, la ANC presionará y se movilizará para que la elección de la mesa y presidencia del Parlament «no sea fruto de acuerdos de gobierno», sino «acuerdos colectivos» separatistas.
De la misma forma, la Assemblea avisa que, cuando el Parlament invista al president de la Generalitat, «presionaremos y nos movilizaremos para que el Govern que nombre tampoco sea fruto de pactos parciales, sino que prevea la máxima concentración de fuerzas para encarar con la máxima unidad y responsabilidad compartida el reto de afrontar la ruptura democráctica y hacer efectiva la independencia lo antes posible».
Una vez constituidos el Govern y el Parlament, la entidad tiene el aval de sus socios para hacer «un seguimiento constante» de sus actividades y publicar un informe trimestral sobre la acción ejecutiva o parlamentaria «a partir del seguimiento, avance o posibles dilaciones» respecto a la consecución de la independencia.
Si procede, convocarán manifestaciones para exigir el cumplimiento del «mandato» independentista.
Otro de los ejes de acción de la ANC será el de los gobiernos municipales afines a la causa, a los que también prevé presionar.
Lo que no harán los de Paluzie será volver a particpar en «más mesas de búsqueda de unidad estratégica que acontecen en ejercicios retóricos holgados», algo que hasta hace no mucho la entidad no solo apoyaba sino que exigía. El «mandato» del 1-O es «muy explícito», argumenta la ANC.
Paluzie celebra el mandato para «fiscalizar» al independentismo
Los socios también han avalado el «decálogo de principios de acción política institucional» propuesto por la Assemblea.
Este decálogo tiene puntos como el «principio de respeto a la voluntad de los electores», el «principio de soberanía y no cooperación institucional», el «principio de construcción de la institucionalidad propia» y el «principio de soberanía fiscal y financiera».
Los otros puntos del decálogo aprobado son el «principio de soberanía económica», el «principio de soberanía en energía, infraestructuras y medios de comunicación», el «principio de justicia lingüística», el «principio de seguridad pública para un estado democrático», el «principio de acción internacional» y el «principio de justicia social: la república catalana al servicio de las personas».
Durante la presentación de los resultados, Paluzie ha valorado la «contundencia» de los mismos y ha explicado que el decálogo «es una herramienta que desarrollar en la Assemblea una de sus principales funciones: presionar y fiscalizar la acción de los partidos políticos». Y ha hecho un llamamiento a recuperar «la coherencia entre las palabras y los hechos».