La agresión a un turista reaviva los ataques a Colau por el top manta
La oposición y el comercio de Barcelona, en pie de guerra con el gobierno municipal, que insiste en reclamar más Mossos a la Generalitat
La agresión de un mantero a un turista ha hecho arreciar las críticas de la oposición y el comercio local a la alcaldesa Ada Colau por su gestión del top manta, un fenómeno en aumento en los últimos años en el conjunto del litoral catalán pero muy especialmente en Barcelona, donde hace tiempo que las principales asociaciones de comerciantes están enfrentadas por este asunto con el gobierno municipal de Barcelona en Comú.
El incidente se produjo el jueves en la plaza de Cataluña, en pleno centro de Barcelona, cuando José Bravo, un norteamericano de 45 años que está en Barcelona de vacaciones, se encaró con un grupo de manteros y acabó siendo agredido por varios de ellos, uno de los cuales le azotó con la hebilla de un cinturón, provocándole contusiones en la cabeza y una brecha en la arteria femoral.
El violento episodio fue grabado en vídeo y las imágenes se han convertido en virales. Y además, confluyen en él dos de los asuntos que más han marcado el mandato de la alcaldesa, a quien sus críticos achacan tanto una tolerancia excesiva con la venta ambulante como un discurso que fomenta la turismofobia. De modo que la agresión, en plena temporada alta tanto de turistas como de manteros, adopta hechuras de gota que colma el vaso de la paciencia de muchos. O de tormenta perfecta para el gabinete de Colau
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— Ana (@AKur0mu) 2 de agosto de 2018
Colau insiste en pedir más mossos
El gobierno municipal reaccionó condenando la agresión por boca de la teniente de alcalde Laia Ortiz, que esta semana ejerce de alcaldesa accidental, e insistió en la petición a la Generalitat de que refuerce los efectivos de Mossos de Esquadra desplegados en la ciudad, una de las demandas que Colau transmitió al president Quim Torra y que también salió en la primera reunión de la bilateral Ayuntamiento-Generalitat, y que obtuvieron una negativa por respuesta.
Ortiz, en ese sentido, recordó que el consistorio ha incrementado en un centenar de agentes la plantilla de la Guardia Urbana y en 12 millones de euros el presupuesto en horas extra, y pidió a la Generalitat dos cosas: la primera, que tome ejemplo. La segunda, «lealtad institucional», dijo.
La alcaldesa en funciones negó que en Barcelona haya impunidad para el top manta y se remitió al incremento del fenómeno que también se ha producido a lo largo de la costa catalana, con localidades como Roses, Salou o El Vendrell en que la problemática es similar. «Es un problema global, complejo y que se tiene que abordar con todo el rigor necesario, y no a partir de hechos puntuales», zanjó.
La oposición, a la yugular
De poco le sirven a estas alturas al ejecutivo municipal sus explicaciones. La oposición ya se le ha lanzado a la yugular, y el comercio local está en pie de guerra. El PSC ha pedido una convocatoria urgente de la Junta Local de Seguridad para abordar la crisis; el PP reclama que el Ayuntamiento se persona como acusación particular, extremo que el consistorio no tiene previsto, y el líder de ERC en Barcelona, Alfred Bosch, ve en el episodio «un ejemplo más» de que con las políticas de Colau, «en lugar de soluciones, se ha generado más conflictividad», y acusa a la alcaldesa de querer «centrifugar» sus responsabilidades.
El incidente se suma, además, al conjunto creciente de conflictos que azotan al distrito de Ciutat Vella. Este mismo viernes, El Periódico publicaba que el hartazgo de los vecinos de la Barceloneta por el incivismo vinculado a la sobredosis de turismo de borrachera que hace años que azota el barrio, y el Pdecat reaccionaba exigiendo medidas y acusando a la concejal del distrito, Gala Pin, de dejación de funciones, mientras que Cs acusaba a Colau de haber convertido con su «inacción» la situación de Ciutat Vella en «insostenible».
El comercio, harto
La Plataforma de Afectados por el Top Manta, creada este año y que integra a las principales asociaciones de comerciantes de Barcelona, volvió a insistir en sus postulados a partir de la agresión del miércoles. «No solo condenamos el ataque, sino también los motivos, porque en Barcelona hay descontrol en la vía pública e impunidad», dijo el presidente de la asociación Amics de la Rambla y portavoz de la plataforma, Fermín Villar.
«Que el Ayuntamieno haga cumplir la normativa municipal, como nos la hace cumplir a todos los comerciantes», reclama Villar
A Villar no le interesan los argumentos del gobierno municipal sobre la globalidad del fenómeno y la falta de mossos de esquadra. «Que el Ayuntamieno haga cumplir la normativa municipal, como nos la hace cumplir a todos los comerciantes», reclama. «Cuando Colau tiene un problema de vivienda, se va a París, Londre,s y la ONU, así que ahora que no se quite la responsabilidad de encima», alega Villar.
Àlex Goñi, el presidente de Pimec Comerç -también integrada en la plataforma- sí concede que el top manta está causando problemas similares en la Costa Brava o la Costa Dorada, así que también hace corresponsable a la Generalitat, pero le lanza un consejo a Colau: «Usted solucione el suyo». «Y si también hay un problema social, que se aborde, pero lo otro es un tema de orden público, y aquí hemos tenido mucho buenismo mal entendido», lamenta.
Goñi, además, avisa: «Llevamos muchos años trabajando el tema y resulta que cada vez está peor. Barcelona, desde los Juegos Olímpicos, es una ciudad internacional, y si seguimos así, nos lo cargaremos todo».
El Gremio de Restauración, por su parte, se sumó a la petición del PSC y reclamó en un comunicado a Colau que interrumpa sus vacaciones y convoque una junta de seguridad urgente. Al cierre de este artículo, el Ayuntamiento no ha aclarado si la convocará.