JxCat hincha su resultado electoral para vengarse del ninguneo de ERC
La agenda de JxCat mientras espera que ERC mueva ficha: minimizar la victoria de Aragonès y filtrar hipotéticos cargos en las antípodas de los de Junqueras
Cunde el desconcierto en la sede de Junts per Catalunya porque tras más de tres días desde las elecciones catalanas del 14-F todavía ningún partido independentista les ha invitado a una negociación. Esquerra Republicana, que por primera vez ha vencido al espacio convergente en unos comicios autonómicos, ya se contacta con la CUP y los comuns, pero con JxCat no.
Los republicanos saborean el momento y enfrentan a JxCat y los comuns con sus respectivos vetos. «Que por favor, dejen de marcarnos el ritmo aquellos que habían ganado tanto que se pensaban que el país era suyo», reclamaba este miércoles en el Congreso el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, que escenificaba la emancipación avisando que «no somos criadas de nadie».
En el partido de Carles Puigdemont evitan entrar en el cuerpo a cuerpo con los de Oriol Junqueras y más bien les emplazan a «ponernos de acuerdo», pese a que las desavenencias son la razón por la que se celebraron elecciones en primer lugar. Hace un año Quim Torra confirmó que para los suyos era imposible entenderse con ERC, pero ahora aparentemente no.
«ERC solo sacó 35.000 votos más»
Una de las estrategias de Junts para afrontar el silencio largo de los de Junqueras pasa por hinchar sus resultados electorales e intensificar su épica independentista en contraposición a una ERC que apuesta por meter a no independentistas en la Generalitat. El «empate técnico» que mencionó Jordi Sànchez tras los comicios se ha instalado en el argumentario.
Así, en su discurso oficial y en los mensajes de sus afines en las redes sociales se minimiza la victoria de ERC sobre JxCat porque la diferencia fue de «solo» 35.000 votos, pese a que en 2017 Junts sacó «solo» 12.000 votos más que Esquerra. La portavoz de JxCat en el Congreso, Míriam Nogueras, ha insistido en ello en el pleno de este miércoles al hablar de un «empate técnico» que les obliga a ponerse de acuerdo.
Otro recurso ha sido la debacle del Pdecat. Si las listas de JxCat y el Pdecat hubieran sido una misma, los postconvergentes habrían ganado el 14-F con 35 escaños, tres más que ERC. Y este dato también sirve para en tertulias o en discusiones virtuales subvalorar la victoria de los republicanos, aunque solo sumando los votos al Pdecat pueden decir que el independentismo superó el 50%.
Cuando Artur Mas reconoció este miércoles el «fracaso» del Pdecat y animó al partido (que apoyó en la campaña pero del que ya no forma parte) a reconducir la relación con JxCat, el entorno de Puigdemont y Borràs no aceptó las disculpas. De hecho, Borràs le dio like a tuits críticos de Mas que recriminaban al Pdecat el «prejuicio» de su decisión sobre Junts.
Otra forma de desdeñar los resultados de ERC es haciendo creer que JxCat pasó de 0 a 32 escaños tras el 14-F, como intentó Elsa Artadi en una entrevista estos días. Aprovechándose de que Puigdemont creó el partido ante el divorcio con el Pdecat (pero usando el mismo nombre de su coalición y repitiendo segmentos de las listas), la vicepresidenta de la formación ha dado a entender que su resultado es casi un milagro.
Filtraciones de nombres lo más alejados de ERC
Las filtraciones son también una forma de incidir en la política. Mientras los mensajes de ERC van en la línea de tener hasta cuatro partidos dentro del Govern para hacer frente a las presiones de JxCat de ir a otra declaración de independencia, en JxCat aceptan a lo sumo a la CUP pero esperan que los anticapitalistas decidan otra vez no meterse en el Ejecutivo.
Y esto implica que ERC y JxCat en principio deberían repartirse el Govern en partes iguales, como ya se hizo en la legislatura pasada. Así, si Pere Aragonès es el president, es probable que Laura Borràs sea la vicepresidenta.
Por tanto, JxCat accedería a la consejería de Economía, para la que se han filtrado los nombres de Ramon Tremosa (actual conseller de Empresa) y Joan Canadell, el expresidente de la Cámara de la Barcelona puesto por la ANC y uno de los candidatos de Junts que más ampollas despierta en ERC, que no quiere dejar ir este departamento que ahora está en manos de Aragonès.
Pero Canadell también ha sido mencionado en los rumores sobre quién será el presidente del Parlament, pues es otro cargo que ahora caería en manos de JxCat en caso de que ERC decidiera devolverles el favor como ellos hicieron al colocar a Roger Torrent al frente de la Mesa. Un puesto de mucha importancia pues es el que al final decide si acepta o no las candidaturas a la investidura de president de la Generalitat.
El actual presidente de la Cámara, Torrent, ha cargado contra Canadell por decir cosas como que una Cataluña independiente habría sido más resiliente durante la pandemia del coronavirus. Y Canadell criticó a ERC por firmar «un cheque en blanco» cuando apoyó los presupuestos del Gobierno central. Tensiones sobran.
Pero para dirigir el Parlament también han sonado otros nombres. Jaume Alonso Cuevillas, uno de los abogados de Carles Puigdemont que, como Canadell, es parte del núcleo duro del expresident en las listas de JxCat. O Josep Costa, el actual vicepresidente de la Cámara que tampoco tiene buenas relaciones con Torrent o con ERC en general.
Estos nombres son algunos a los que aluden los representantes republicanos y el mismo Oriol Junqueras cuando atacan la idea del independentismo «puro», que achacan a Junts y a la ANC. Más allá de que se confirmen en el futuro o no, la filtración de los mismos habla del Govern de continuismo en los malos tratos que supondría otro pacto ERC-JxCat.
Los likes de Borràs y Canadell
La posición oficial de JxCat es que están a la espera de que ERC mueva ficha y les convoque para «volver a hacerlo» (el Govern de la discordia, al menos). Pero los movimientos de los principales candidatos en las redes sociales transmiten algunas de las sensibilidades de los de Puigdemont después de perder las elecciones y el liderazgo independentista.
Borràs le ha dado «me gusta» a una serie de mensajes que no dicen precisamente lo que JxCat dice ante las cámaras o los micrófonos. «Si yo fuera Laura Borràs, dejaba solos a los de ERC, me quedaba en la oposición tan tranquila y que se arreglen como puedan. ¿No van tan sobrados? Pues alá, todo tuyo», reza uno de los tuits.
«Que en el momento en que se supone que ha ganado el independentismo por más diputados y porcentaje de votos que nunca, ERC siga insistiendo al invitar los comuns a entrar al Govern, un partido anti-independentista y socio de los carceleros a Madrid, dice mucho de la legislatura que nos viene», dice otro de los mensajes con like de Borràs.
«Esperemos que ERC se comporte», «Laura, por favor, no aceptes un Govern con los comuns. Hemos votado independencia», o «En ningún caso JxCat puede entrar en un Govern con partidos antiindependentistas» son otros de esos tuits.
Canadell, muy activo en las redes sociales, ha pasado las últimas horas discutiendo con Podemos, con articulistas y con el Pdecat, al mismo tiempo que se ha estado preguntando si por culpa de la baja participación en el voto exterior su partido perdió las elecciones. Un cuestionamiento que por otra parte ya adelantó la ANC desde antes de las elecciones.