Junts torpedea a ERC y PSOE a las puertas de los indultos
Jordi Sànchez trata de cerrar la crisis interna en su partido al desmarcarse de los guiños de Junqueras a Sánchez con el diálogo
Jordi Sànchez ha sucumbido a la presión. Si hace unos días reconoció lo ficticio del 1-O, al asegurar que fue un referéndum para forzar al Estado a negociar y no para proclamar la independencia, ahora se ha negado explícitamente a arrepentirse a las puertas de unos indultos en los que Pedro Sánchez necesita más que nunca de la complicidad del secesionismo.
El ‘juntero’ pretende poner fin a una crisis interna abierta tras su renuncia al 1-O, donde dirigentes de su partido salieron a desautorizarle públicamente y entre los sectores más ultras de la formación incluso se llegó a pedir su dimisión. Algunos militantes empezaron a recoger firmas para forzar su salida como secretario general del partido.
“Los indultos, si llegan, no serán a cambio de ningún arrepentimiento por mi parte y estoy convencido por parte de cualquier otro preso político”, ha expresado el reo por sedición pendiente del indulto que le otorgue el Gobierno. Junts se desmarca así de ERC, al evitar cualquier complicidad con una medida de gracia que puede costarle muy cara Pedro Sánchez.
Los posconvergentes se contraponen así a la ‘vía Junqueras’, que aboga por sentarse a hablar con un PSOE que necesita más que nunca a ERC para alargar la legislatura en un momento donde las encuestas son adversas para el socialismo español. La victoria de Ayuso, el desgaste de la pandemia y los indultos ponen al presidente del Gobierno en un apuro.
Los republicanos necesitan de esos indultos para empezar a apuntalar su vía de diálogo y pacto, una estrategia que genera serios recelos en las entrañas de Junts y la CUP. Ambos partidos han asumido en reiteradas ocasiones el compromiso de participar en la mesa con el Gobierno, aunque desde el «escepticismo» y con la mirada puesta en un nuevo desafío al Estado.
Mientras los ‘junteros’ insisten en desacreditar la vía pactada, Aragonès ha iniciado con ellos la rueda de consultas a partidos para tejer consensos de cara a la mesa de diálogo. El president se ha reunido con los portavoces parlamentarios de Junts Albert Batet y Mónica Sales, quienes han vuelto a insistir en la unilateralidad y en aprovechar a la «mayoría del 52%».
Una mayoría que Aragonès quiere superar por una más amplia donde también se incluya a los Comuns. La posición catalana para ERC no debe girar tanto en el sentido independentista, como sí en el de la «amnistía» y la «autodeterminación», conceptos que los morados compran pese a no defender la ruptura de España.
Unos indultos contra el Tribunal Supremo
Junts marca perfil duro pocos días antes de que lleguen los indultos a los presos por sedición. Los posconvergentes tienen claro que este gesto –con elevado coste político para el PSOE– no debe ser correspondido con ningún guiño por la parte independentista, más allá de ser una solución personal para «aliviar» a los políticos presos.
La incógnita también está en saber de qué manera y en qué condiciones se desarrollará el indulto. El Gobierno tiene un reto complejo, con un informe demoledor del Tribunal Supremo a sus espaldas que desaconseja esta medida y que podría acabar por tumbarlos si el ministerio de Justicia no los ata suficientemente.
Además, tal y como recuerda la resolución desfavorable del alto tribunal, el indulto no puede ser colectivo, sino que tiene que justificarse de forma individual a cada uno de ellos. Algo lleva de cabeza a un ministerio de Justicia que debe atar nueve veces de forma distinta la concesión de esta medida de gracia.
Iceta: «Lo tenemos a tocar»
Algunas voces apuntan a que los indultos podrían ser este mismo martes. El ministro de Política Territorial y Función Pública, Miquel Iceta, ha admitido que la medida de gracia no está en el orden del día, aunque no ha descartado que pudiera incluirse en el último momento.
Iceta ha recordado en una entrevista a RAC1 que tanto el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, tienen la potestad para modificar el orden del día aprobado el e incluir la aprobación de las polémicas medidas de gracia. Sean o no este martes, el socialista catalán ha sido tajante: «Lo tenemos a tocar».