Junts teme ya por “la integridad y la unidad” del partido ante la consulta

La formación considera que una ruptura interna es “el principal peligro” que conlleva la consulta que se celebrará entre el jueves y el viernes

GRAFCAT1653. BARCELONA, 03/10/2022.- La presidenta de JxCat, Laura Borràs (i), y el secretario general de JxCat, Jordi Turull (d), junto a varios cargos de la formación, a su llegada a la reunión de la ejecutiva de JxCat que se reúne para decidir la pregunta de la consulta que convocará para los días 6 y 7 de octubre, en la que la militancia decidirá si hay que salir o no del Govern. EFE/Toni Albir

Varios cargos de JxCat a su llegada a la reunión de la ejecutiva. EFE/Toni Albir

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Junts per Catalunya, el partido de Carles Puigdemont y Laura Borràs, teme por su “integridad y la unidad”. Así lo manifiestan desde dentro del partido, donde consideran que una ruptura interna es “el principal peligro” que conlleva la consulta que se celebrará entre el jueves y el viernes para decidir si siguen formando parte de la coalición de gobierno de la Generalitat.

La petición por parte de Junts de que el presidente catalán, Pere Aragonès, se sometiera a una moción de confianza, desencadenó una crisis autonómica inédita que se saldó con la destitución del principal cargo de Junts en el Gobierno, su vicepresidente Josep Puigneró. Desde la formación de Puigdemont, atada a una consulta interna, admiten que se encuentran “exactamente donde Esquerra quería”. “A ellos les sale gratis que Junts salga del gobierno y debilitas al otro partido”, reconocen fuentes consultadas por Economía Digital.

El partido está dividido ante la disyuntiva de la consulta. “¿Quieres que Junts siga formando parte del gobierno?”, es la pregunta. Entre quienes defienden la salida se encuentran la presidenta del partido, Laura Borràs; Carles Puigdemont; Puigneró; el presidente del grupo parlamentario Albert Batet; el secretario de organización David Torrents, y la consellera de Investigación y Universidades Gemma Geis, que ha asumido provisionalmente las competencias del cesado Puigneró. El secretario general del partido, Jordi Turull, ha dicho que defenderá la opción de Borràs, pero sin pronunciarse sobre cuál será aunque ella lo ha dejado claro.

A favor de permanecer en el gobierno se encuentran cuatro miembros del ejecutivo: Laura Ciuró (Justicia), Violant Cervera (Derechos Sociales), Jaume Giró (Hacienda) y Victòria Alsina, representante de exteriores que se ha hecho militante del partido expresamente para participar en esta consulta que convocará a más de 6.000 militantes. El exalcalde Jordi Trias, el exconseller Joaquim Forn, el exconseller Joaquim Rull y el ex secretario general Jordi Sánchez también apuestan por la continuidad, informa el diario Ara.

“Tensión y disparidad”

“La situación es de tensión y de disparidad, las posiciones no están claras para la militancia de base”, explican desde dentro del partido. Las mismas fuentes asumen que el liderazgo del partido no está en riesgo porque “Borràs y Turull son figuras fuertes”, pero sí que apunta una vía que podría debilitarla. “¿Qué pasará si gana una decisión que no es la del presidente o la del secretario general? Habrá que ver las decisiones que se tomen y si los que eran contrarios seguirán estando cómodos con ello”, avisa.

GRAF5241. BARCELONA (ESPAÑA), 29/09/2022.- El secretario general de JxCat Jordi Turull (i) y la presidenta del partido, Laura Borràs (d), ofrecen una comparecencia en la sede de su formación tras la reunión de su ejecutiva en que todos los consellers de JxCat han puesto su cargo "a disposición" de lo que decida el partido, cuya dirección se reúne este jueves por la mañana, después de que anoche el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, destituyera al vicepresidente del Govern, Jordi Puigneró. EFE/MARTA PEREZ
El secretario general de JxCat Jordi Turull y la presidenta del partido, Laura Borràs ofrecen una comparecencia en la sede de su formación tras la reunión de su ejecutiva. EFE/MARTA PEREZ

Si la salida del Govern es lo que se impone, “lo único que le quedará al partido será calentar a las bases y recurrir a la movilización. Si te quedas en el Govern, relajas el discurso y si sales, necesitas gesticular mucho más”, defienden desde la formación, con muchas dudas de la eficacia de esta vía: “No sé si Cataluña está muy por la labor de esto”. Los recientes pinchazos de la Diada y el aniversario del referéndum ilegal del 1 de octubre demuestran que su capacidad de movilización está desinflada.

La opción de que el partido quede dividido en el Parlament por quienes se mantienen fieles al Govern y quienes defienden una oposición frontal y con consellers dentro del ejecutivo “es una hipótesis extrema” y “sería un show” a evitar, defiende la misma fuente.

Más allá del rol que asuma Junts en el Govern y el Parlament a raíz de la consulta a las bases, la jugada ya se puede leer en clave electoral de cara a las municipales del mes de mayo del próximo 2023. Junts no tiene aún candidato a la alcaldía de Barcelona y el exprimer edil Xavier Trias, favorable a que el partido siga en el Govern, ha congelado su decisión a expensas de la consulta.

“Hay quien dice que si dejamos el gobierno ganamos credibilidad. Si todo el mundo te aplaude y vas a las municipales y las ganas, seguramente estarás obteniendo un resultado, pero si no, el partido puede quedar muy dañado. Hay costes políticos en las dos partes y en las dos opciones”, defiende el miembro de Junts.

El acuerdo de gobierno entre Junts y Esquerra para formar coalición el pasado mes de mayo de 2021 incluía una coordinación con el llamado Consell per la República, órgano que pretende sentar las bases de una hipotética república catalana, y una dirección estratégica del independentismo que marcara avances de la mesa de diálogo con la Moncloa.

Estos avances no se han dado y, ante la falta de cualquier tipo de aproximación a la autodeterminación, Junts se ha posicionado siempre al lado de las principales entidades independentistas, ANC y Òmnium Cultural, y a favor de forzar una ruptura con el estado entendiendo que el resultado favorable a la independencia del 1 de octubre de hace ya cinco años mantiene aún su validez.

Esquerra, mientras tanto, ha preferido recular al ver la inviabilidad de una independencia unilateral cuyo intento les costó la cárcel a sus principales líderes (también a los de Junts y a algunos de la CUP, con excepción de los que huyeron). Su apuesta es aplazar la apuesta por la independencia, dialogar con Moncloa y acercarse al PSC y a los Comuns, estos últimos favorables al referéndum de autodeterminación aunque no lo tengan entre sus prioridades. Estos últimos partidos pueden tener los votos clave en el Parlament para garantizar la estabilidad del Govern si finalmente Junts lo abandona.

La palabra Junts, juntos en catalán, es en sí la mayor ironía dentro del independentismo

Paralelamente, la CUP recogió el guante de Junts y propuso una cuestión de confianza al presidente Pere Aragonès de la que finalmente los postconvergentes se han desmarcado a la espera del resultado de la consulta. Se votará el jueves en el pleno del Parlament con nulas vías de prosperar salvo sorpresas de última hora.

La división en Junts es la enésima de un independentismo que desde que llegó al apogeo de su unidad se ha ido fragmentando como una matrioshka: siempre parece haber una disidencia posible dentro de cada unidad de cohesión, sea una coalición, una estrategia de acción o un partido.

De la unión a la fragmentación

La palabra Junts, juntos en catalán, es en sí la mayor ironía dentro del independentismo. Nació en 2015 para disolver las siglas de Esquerra y PDCat (refundación de Convergència) en el camino hacia la secesión.

La CUP, además, daba apoyo externo a la estrategia desde fuera (ya no lo hace), y la sintonía con Òmnium, la ANC y otros movimientos de base permitieron montar un referéndum ilegal en el que votaron más de dos millones de personas en 2017. Estas plataformas silban ahora a los dirigentes de Esquerra en los grandes actos secesionistas.

Después de demostrar que detrás del referéndum no había ningún tipo de posibilidad de hacerlo efectivo, la coalición de Junts per Catalunya perdió su sentido y en 2020 se fundió Junts per Catalunya, con mayoría postconvergente pero con exmiembros de Esquerra que compartían una estrategia de confrontación con el estado, a diferencia de Esquerra, si éste no garantizaba un referéndum de autodeterminación.

Por el camino, el PDCat ha seguido su camino como partido al margen de Junts con una estrategia más sosegada y un rol anecdótico en la política catalana y aún surgió un quinto partido independentista, el Partido Nacionalista de Catalunya, que liderado por la exconvergente Marta Pascal ni tan siquiera consiguió representación en el Parlament en las autonómicas de 2021, como tampoco el PDCat y dejaron sus 80.000 votos en escaños de diputado.

Un nuevo corte en el independentismo catalán, de nuevo más marcado por diferencias estratégicas que ideológicas, podría acabar de desinflar al sector más apresurado y ruidoso y regalar a Esquerra, como ya tuvo antes del viraje de la Convergència de Artur Mas, la hegemonía con una estrategia más pausada.

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