Junts pel Sí imposta la ruptura con la CUP
El Pdcat y ERC condenan el intento de la CUP de 'okupar' la sede del PP, pero mantienen el acuerdo de investidura ante el inicio de la campaña electoral
Rechazo contundente a las acciones de la CUP ante la inminente campaña electoral, pero poco más. Los dos partidos que conforman Junts pel Sí, el Pdecat y ERC, han condenado el “totalitarismo” de la CUP, tras el intento de los anticapitalistas de ‘okupar’ la sede del PP de Cataluña, aunque mantienen el acuerdo de legislatura con el argumento de que todos defienden el referéndum de autodeterminación. Se trata de una especie de impostura, como si de un acuerdo se tratara para que cada uno pueda contentar a sus respectivos electorados.
El Pdcat se ha pronunciado a través de su coordinadora general, Marta Pascal, que ha ofrecido su “solidaridad” con el PP catalán, después de que unos treinta miembros de su rama juvenil, Arran, hayan intentado entrar en la sede del PP, con el argumento de que está en contra del “derecho de autodeterminación del pueblo catalán”.
Más contundente se ha expresado el diputado Germà Bel, a través de su cuenta de Twitter, al calificar las accciones de la CUP de “totalitarias”. Resulta que algunos miembros del Pdecat sí se toman en serio esas actuaciones de la CUP y expresan, de forma espontánea, su enorme enojo, como lo hace también en cada oportunidad que tiene el consejero de Cultura, Santi Vila, que sería partícipe de romper cuanto antes con la CUP.
Cada partido soberanista juega su papel, ante el inminente inicio de la campaña electoral
Ha sido Esquerra Republicana la más interesada en marcar una enorme frontera con la CUP. Las posibilidades de gobernar son cada vez mayores, y el partido que lidera Oriol Junqueras no puede admitir que la CUP tiña a todo el soberanismo de totalitario, si quiere ocupar un espacio central en la política catalana.
Por ello, el portavoz de ERC, Sergi Sabrià, ha querido ser claro. “Entendemos que las victorias de este país no las conseguiremos con ocupaciones”, ha asegurado, tras lamentar las accciones de los anticapitalistas. El reto de ERC a la CUP es que “trabaje para conseguir la victoria democrática y para poner las urnas” para un referéndum. Sin embargo, la gesticulación no llega a más. Se trata de transmitir un mensaje a la sociedad catalana, y de anunciar, sin admitirlo ninguno, claro, que la campaña electoral ha comenzado, que será larga y que está en juego la victoria en las elecciones…al Parlament.
La CUP se aprovehca del trabajo del nacionalismo de marginar al PP en Cataluña
Con camisetas con el lema “la organización es la llave de la victoria”, y con la presencia de dirigentes como David Fernández, –cuyo abrazo con Artur Mas se lamenta ahora, aunque siempre en privado, en la sede del Pdecat– la formación anticapitalista juega para su propio interés. Consciente la CUP de que difícilmente se podrá realizar el referéndum, lo mejor es actuar ya para poder ‘vender’ luego a sus simpatizantes que hizo todo lo que estuvo a su alcance, incluso el de violentar las sedes de partidos democráticos, con los que comparte escaños en el hemiciclo.
De hecho, la CUP se aprovecha de un caldo de cultivo que durante años han abonado los partidos nacionalistas, al dejar al PP como un partido proscrito, como una fuerza política ajena a Cataluña. Así, la portavoz de Arran, Mar Ampurdanès, ha afirmado que el PP es un partido “de herencia franquista, y el representante más rancio de los Països Catalans”. La dirigente de la rama juvenil de la CUP añadió que su formación está dispuesta a “defender por todos los medios la autodeterminación”.
La actuación de la CUP llevó al presidente del PP catalán, Xavier García Albiol, que se encontraba en la sede reunido con otros miembros de la ejecutiva, a calificar a la formación anticapitalista de “tribu”, “violentos”, y “fascistas”. García Albiol añadió que no se dejarán intimidad. “No nos asustarán”, clamó.
Para los partidos soberanistas se trata, sin embargo, a pesar de la gravedad de los actos de la CUP, del inicio de una campaña electoral, donde cada uno adopta el papel que tiene asignado.