Junts monta una gira de VIPs por toda Cataluña ante las malas perspectivas en las municipales

Junts, per Catalunya. Así ha bautizado la formación de Carles Puigdemont lo que en privado llaman la Volta Catalunya, una mega gira de VIPs del partido que se desplazarán por todo el territorio durante los fines de semana para dar solidez al proyecto y evitar el temido descalabro electoral en 2023, que consolide la hegemonía local de ERC y el PSC.

Los junteros estrenan este sábado el continuo de actos de fines de semana, que durará hasta julio de 2022, en Granollers (Barcelona). Las estrellas invitadas son la consellera de Universidades, Gemma Geis, y la diputada en el Congreso, Míriam Nogueras. El proyecto arranca en la capital del Vallès Oriental, comarca donde ERC ganó en concejales y el PSC en votos.

Junts tiene calendarizado al detalle en qué comarca le toca desplegar todo el potencial cada fin de semana. El acto se puede desarrollar tanto en sábado como en domingo, e incluso los dos días en comarcas diferentes. La clausura de la Volta Catalunya será el domingo 31 de julio en el Barcelonès, posiblemente en la capital catalana.

Fiesta para el puente de la Constitución

También, tienen marcados los fines de semana donde el partido no realizará esta gira por toda Cataluña. Según un documento interno de la organización, Junts per Catalunya hará fiesta durante el fin de semana del 4 y el 5 de diciembre, que coincide con el puente de la Constitución, aunque eluden la palabra de la Carta Magna por la de «diciembre».

Todo está debidamente milimetrado. Las agrupaciones comarcales dispondrán de un calendario y podrán pedir a cuatro VIPs, de los que vendrán dos, que sabrán cuáles son 15 días antes de la organización del acto. La fecha será improrrogable y los encargados de cada territorio deberán buscar un espacio y formato «amables» para atraer a gente de fuera del partido.

Fuentes de Junts consultadas por Economía Digital reconocen que, aunque el objetivo de este formato de acto a largo plazo abarca varios frentes, uno de ellos son las malas perspectivas electorales. «El objetivo es hacer visible que el partido en todos sitios y dinamizar a las agrupaciones comarcales».

Junts se enfrenta a una prueba de fuego en 2023, con una ERC fortalecida por Pere Aragonès y su influencia en Madrid, que ya ganó las pasadas municipales en concejales y votos. El partido de Puigdemont también puede quedar ensombrecido por el PSC, que controla la mayoría de municipios grandes de Cataluña pese a tener pocos alcaldes y concejales.

Junts ha tenido una construcción interna convulsa, al ser un partido que nació abruptamente tras la ruptura de Puigdemont con el Pdecat y que empezó a construirse por el tejado y de forma gradual. La mayoría de agrupaciones locales ni siquiera tienen espacios físicos en los que reunirse, y todavía existe cierto margen de error en los niveles más hacia la base.

«Perderemos Girona»

«Perderemos la mitad de lo que tenemos si el Pdecat se presenta», lamentan otros consultados por este medio. La formación heredera de Convergència conserva en su poder a alcaldes de ciudades medianas, como Martorell (Barcelona), Reus (Tarragona) o Tortosa (Tarragona), y un centenar de concejales repartidos por toda la autonomía.

Además, son críticos con la forma en que el partido aborda sus problemas de implementación comarcal y local. «Una cosa que, precisamente, se soluciona haciendo cafés y comidas en cada pueblo por parte del jefe de cada territorio, como se ha hecho toda la vida, y no llevando a Gemma Geis a Granollers».

El miedo a perder alcaldías también se extiende a feudos de Junts. «Perderemos Girona», lamentan desde el partido, que creen que la fuerza de Lluc Salellas podría arrebatarle el bastón de mando del municipio donde Puigdemont fue alcalde a Marta Madrenas, sucesora del prófugo frente al ayuntamiento cuando fue nombrado presidente de la Generalitat.