Junts advierte a Aragonès: «No es un gobierno de subordinación, es un gobierno de coalición»
Batet asegura que son "leales al acuerdo" y exige unidad de acción con los presupuestos en Madrid
El portavoz de JxCat, Albert Batet, interviene ante el pleno del Parlament durante la segunda jornada del debate de política general, un día después de la intervención inicial del presidente Aragonès. EFE/Enric Fontcuberta
Ni Gobierno, ni oposición. Junts per Catalunya ha lanzado un duro discurso contra el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en la segunda sesión del Debate de Política General. El presidente de grupo en el Parlament, Albert Batet, ha lanzado un toque tras las tensiones del último mes: «No es un gobierno de subordinación, es un gobierno de coalición».
«No tenemos que actuar como aliados, sino que lo que tenemos que hacer es tener una estrategia consensuada, acordada y compartida. Tenemos que trabajar de manera conjunta y compartida. Por eso, defendemos que todas las fuerzas unamos fuerzas para negociar los presupuestos de Madrid, con voluntad de presionar para la resolución del conflicto».
Batet ha insistido en que la Generalitat se sustenta en un doble aval: el referéndum ilegal del 1-O y las elecciones del 14-F: «Disponemos de la mayoría parlamentaria con la historia del Parlament de Cataluña, por eso firmamos el acuerdo de legislatura, un acuerdo que todo el mundo sabe que genera incomodidades, que nos ha obligado a salir de la zona de confort».
Batet insiste en la «unidad independentista»
Pese a los desplantes de las últimas semanas, como con la autoexclusión de Junts antes de la primera reunión de la mesa de diálogo, Batet ha asegurado que su partido sigue siendo «leal a nuestro acuerdo», con el objetivo de «querer avanzar», y vuelve a insistir: «Solo avanzaremos con la unidad».
Pero Aragonès no ha sido el único blanco de críticas, también ha arremetido contra Salvador Illa, que aseguró que el procés ha sido lo peor que ha sucedido en Cataluña en los últimos 300 años: «Es una barbaridad asimilable a cuando el ministro dijo que la comisaría de la Via Laietana era símbolo de la democracia, porque se demuestra un enorme menosprecio a los que han sufrido».
«La realidad del independentismo es muy clara: el 52% quiere la independencia. Una voluntad que se incrementa en cada ciclo electoral, sean estatales, catalanas o europeas. El independentismo es más fuerte que nunca, con más votos y más escaños, porque pese a la represión y al cansancio que provoca, la realidad es que la mayoría de la sociedada quiere la independencia».
