Junqueras vigilará de forma permanente la acción de gobierno de Mas

CiU y ERC crearán hasta nueve comisiones de seguimiento para garantizar la estabilidad parlamentaria

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“Lo más próximo a un gobierno de coalición, sin formar parte de él, es la fórmula que se ha escogido”. Es la afirmación de un dirigente de CiU, que se muestra satisfecho por el acuerdo alcanzado con Esquerra y que no esconde el temor inicial, siempre presente, de que los republicanos no sepan o no puedan garantizar la estabilidad parlamentaria.

Artur Mas inicia este jueves el debate de investidura y este viernes será reelegido presidente de la Generalitat con los votos de Esquerra Republicana. Pero para llegar a esta situación, las dos fuerzas políticas han suscrito un documento detallado en el que se incluyen hasta la creación de nueve grupos de seguimiento para que “no salten chispas ni se produzcan incendios”, según la versión, esta vez, de un ex dirigente de Esquerra que vivió la montaña rusa del tripartito.

Reuniones semanales y mensuales

Es, de hecho, lo más importante del acuerdo, porque posibilita a las dos fuerzas políticas una cierta garantía, y que nace de la desconfianza, del poco conocimiento entre las dos cúpulas. “Es mejor una pauta más o menos rígida”, insiste el dirigente de CiU.

Habrá un comité permanente de estabilidad, que evaluará y seguirá el cumplimiento de los acuerdos firmados, formado directamente por Artur Mas y Oriol Junqueras. También una comisión parlamentaria que reunirá de forma semanal a los diputados de las dos formaciones. Su misión será la de hacer el seguimiento de los acuerdos programáticos y la coordinación con la acción del Govern, formulando propuestas.

Ejecución presupuestaria

Otro grupo se encargará del seguimiento de la ejecución presupuestaria y se reunirá de forma mensual. Lo formarán representantes de los dos grupos parlamentarios y del Departament d’Economia. Pero no se ha querido olvidar ningún aspecto del acuerdo, y se creará también un grupo, formado por representantes de los dos partidos y por miembros del Govern, para seguir todo el proceso de la consulta soberanista. Sus reuniones serán con carácter mensual.

Además, se formarán hasta cinco grupos sectoriales sobre “educación, salud, Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals, función pública y universidades». “En el tripartito no hubo nunca la coordinación que se prevé en este acuerdo”, asegura un ex dirigente de Esquerra, conocedor de los trabajos que han llevado al pacto entre ERC y CiU.

De todo se aprende, por tanto. Aunque todas las prevenciones puedan, después, acabar en nada. Esquerra estará sujeta a una gran presión en el Parlament, porque los distintos grupos parlamentarios llevarán a la cámara catalana todo tipo de iniciativas para erosionar al Govern de Artur Mas. La cúpula de CiU, sin embargo, confía en que el día a día vaya creando una dinámica de entendimiento que dé solidez al acuerdo. Para Esquerra, a pesar de las dificultades, la erosión será menor, porque ha decidido no entrar en el Govern. Y CiU lo sabe y lo admite.

El discurso de Mas

Mas justificará este jueves su decisión de adelantar las elecciones y de buscar una salida con el referéndum de autodeterminación. El ahogo financiero fue y sigue siendo el principal argumento de Mas, al margen de la gran incidencia que también tuvo la manifestación independentista de la Diada del 11 de septiembre, alentada en mayor o menor medida, por la propia federación nacionalista.

Pero una vez investido y tras el acuerdo con Esquerra, Mas deberá atender los compromisos suscritos, que no son menores. La idea es aprobar en la legislatura que ya se ha iniciado hasta 25 leyes de gran envergadura. Entre ellas, la de la simplificación de trámites para activar actividad económica, con la ventanilla única empresarial; la ley de empleo y del SOC; la ley de la reforma de la renta mínima de inserción, o la eterna propuesta de reformar la ley electoral catalana.

Estructuras de estado

También se propone Mas crear hasta ocho estructuras de estado, tras el acuerdo con Esquerra, como la creación de una polémica Hacienda propia; un banco público, a partir del ICF; una seguridad social catalana o la asunción, como le reclama ERC, de la gestión de la energia, las principales infraestructuras logísticas o la división territorial en vegueries.

Los nuevos impuestos acordados se deberán legislar. Serán hasta diez, como el de depósitos bancarios; la rebaja del mínimo exento de Patrimonio, Sucesiones; la tasa sobre las grandes superficies; la euroviñeta que gravará el transporte por las vías de titularidad catalana; el tributo sobre gases contaminantes; la tasa sobre la producción de residuos nucleares o el impuesto sobre las bebidas refrescantes con exceso de azúcar.

El acuerdo también plantea cuatro pactos nacionales: contra la pobreza y la exclusión social; por la infancia en Catalunya, sobre políticas de sostenibilidad y también se desea alcanzar un pacto nacional sobre la cultura.

Todo pendiente, eso sí, de que a lo largo del 2014 las condiciones “socioeconómicas y políticas” posibiliten o no la convocatoria del referéndum de autodeterminación. Y que, en función de su prórroga o no, podría truncar la propia legislatura que ahora se inicia.

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