Juzgan la estafa a un príncipe saudí en Barcelona (20 años después)
Los herederos del príncipe saudí al que supuestamente le arrebataron fincas y mansiones en Cataluña muestran poco interés por el juicio
La Audiencia de Barcelona ha fijado para este viernes el inicio del juicio de una presunta estafa millonaria a un príncipe saudí. La trama da para un peliculón. El príncipe Saad Bin Abdulaziz venía con frecuencia a Cataluña. Solía contratar dos plantas del hotel Princesa Sofía de Barcelona para él y su séquito, aunque era propietario de dos mansiones en la avenida Pearson y de media docena de fincas, entre las que se encontraban los castillos de Rocafort y Rocabruna, en Santa Maria d’Oló (Barcelona).
Saad Bin Abdulaziz murió en Arabia Saudí en 1993, pero años antes extendió poderes a favor del entonces subdirector del hotel barcelonés para que le administrara este patrimonio. El directivo del Princesa Sofia aprovechó supuestamente la muerte del príncipe para venderlo todo sin rendir cuentas, según denunciaron sus herederos.
Esta es la última oportunidad para celebrar un juicio que ha sufrido múltiples dilaciones y aplazamientos. En 2016, se suspendió en dos ocasiones porque no se presentó ninguno de los herederos pese a que las fincas estaban valoradas en cerca de siete millones de euros.
Además, la fiscalía redujo la lista de acusados a sólo dos: Agustín González, exsubdirector del hotel, y su esposa. A González, para el que la fiscalía pidió cinco años de cárcel, se le eximió de presentarse en el juicio por su edad, es nonagenario, y delicada salud. Fuentes conocedoras del caso apuntan que el juicio podría sobreseerse definitivamente.
Arranca el juicio en Barcelona por la herencia de un príncipe saudí
Según el escrito de fiscalía, el príncipe Saad Bin Abdulaziz concedió poderes notariales a González en 1989 para administrar las fincas rústicas y, en 1991, los amplió para las dos mansiones de la avenida Pearson de Barcelona. En 1996, tres años después de su muerte en Yeda (Arabia Saudí), el exdirectivo vendió una de estas residencias a Rafael Martínez (en aquel entonces, marido de Rosa Clarà) por cerca de 450.000 euros y, la otra, un año después al futbolista Iván de la Peña por 840.000 euros. Los castillos de Rocafort y Rocabruna fueron adquiridos por una empresaria catalana de origen ruso.
Saad Bin Abdulaziz era el hermano menor de un rey saudí y presidió durante años el consejo de Al Saud, del que forman parte los miembros de la familia real. En sus últimos años de vida venía con frecuencia a Barcelona. Incluso se dedicó a la cría de caballos de pura raza árabe en las fincas rústicas que tenía en la comarca del Moianès.