Juicio a Zapatero: ¿por qué exhibe ahora la carta de Trichet?

Su jefe de gabinete en sus años en la Moncloa asegura que “no mintió” al Congreso

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Los gobernantes deben ofrecer la mayor transparencia posible. Es es el mantra que los expertos en comunicación difunden ahora, pero, ¿qué debe explicar un presidente del Gobierno cuando recibe una enorme presión para que adopte políticas que perjudicarán a su ciudadanía? José Luis Rodríguez Zapatero ha incluido en su libro, El Dilema, (Planeta), la carta que le envió el gobernador del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, del 5 de agosto de 2011 en la que le pide enormes sacrificios a la economía española. Y, aunque los medios de comunicación hicieron mención a esa posible carta, Zapatero nunca lo admitió.

Pero ahora esa decisión cobra una gran importancia. Hasta tal punto que ha sido objeto de un debate en el Congreso este jueves y se podría prolongar en el tiempo. Diputados socialistas, en el Congreso, y en el Parlament de Catalunya, siguen sin entender muchas de las decisiones que adoptó Zapatero, y que engarzan con la propia idea, curiosamente, del ex presidente sobre la democracia.

La que más se repite es una reflexión: “¿Por qué Zapatero no convocó elecciones en mayo de 2010, después de recibir las indicaciones de Bruselas que le obligaban a cambiar radicalmente su política?”, se sigue preguntando un dirigente del PSC. Y, aunque ya no sirva de nada, sí es útil para el futuro, para saber qué tipo de contrato firma un gobernante con sus votantes cuando es elegido.

Preservar la estabilidad

Zapatero aseguró este jueves en la Cadena Ser su decisión de no hacer pública la carta de Trichet. “En su momento no podía hacerla pública porque, parte del contenido, era un riesgo a la propia estabilidad”, ha asegurado. Y ha añadido que “mi criterio fue que era más responsable no hacerlo. Se ha dicho tantas veces que el BCE impuso la reforma de la Constitución, que ahora he decidido que sean públicas porque tenía que explicar a fondo que era un intercambio de intenciones».

Pero la carta era demoledora. En ella, firmada por Trichet y por el Gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, se apunta lo siguiente: “Sugerimos revisar en breve otras regulaciones del mercado laboral con vistas a acelerar la reintegración de los desempleados en el mercado de trabajo. Vemos importantes ventajas en la adopción de un nuevo contrato laboral excepcional en el que las indemnizaciones por despido sean muy bajas, y que se aplique durante un periodo limitado de tiempo. Además, sugerimos suprimir toda restricción a la prórroga de contratos temporales durante cierto periodo de tiempo”.

La reforma laboral que acometió Zapatero fue en 2010, y le costó una huelga general en septiembre de ese año, pero no era lo que se esperaba. Con el PP en el poder, Mariano Rajoy aprobó una nueva reforma laboral, más en la línea del BCE, que también le costó una huelga general, en marzo de 2012.

Izquierda plural pide transparencia

El hecho es que el diputado de Izquierda Plural, Joan Josep Nuet, y en el marco de la Ley de Transparencia en el Congreso, lamentó este jueves que la ciudadanía y, los diputados en concreto, conocieran esa carta a través de la publicación del libro de Zapatero. Ante esa amarga queja, el diputado del PSOE, José Enrique Serrano, jefe de gabinete entonces de Zapatero, trató de fijar las cosas: “Señor Nuet, el presidente Zapatero no ha mentido nunca al Parlament, el presidente Zapatero se cuidó mucho ni de afirmar ni de negar la existencia de esa carta”.

Los socialistas aplaudieron a Serrano, pero admitían que no podían exhibir un gran orgullo por esa etapa.

El legado de Zapatero

Ni Zapatero ni Trichet negaron la existencia de la carta. Tampoco lo admitieron. ¿Es lícito ahora que Zapatero la exhiba? Un diputado socialista incide en una cuestión crucial: “Zapatero cree que impidió el rescate de España, que esa es su contribución, después de llegar tarde a casi todo, con una gestión muy cuestionable de la crisis”. Y Zapatero quiere quedarse con ese legado, con el presidente que pudo sortear el rescate.

Nuet recordó que su grupo parlamentario pidió la carta en su momento. Izquierda Unida también la pidió posteriormente al Gobierno de Mariano Rajoy. Y éste, en respuesta al diputado Gaspar Llamazares, la reconoció, pero no la entregó, al entender que formaba parte del anterior gobierno.

Pero el propio presidente del Congreso, Jesús Posada, reconoció la importancia del caso: “Esta aclaración es importante por la importancia del asunto para la Historia de España”, aseguró. Y no quedará en esa frase. Nuet y su grupo parlamentario ha elaborado varias preguntas para esclarecer por qué esa carta no se entregó al Congreso.

El caso es que la carta figura en un anexo del libro de Zapatero, de ‘su’ libro, aunque la carta comprometiera a todos los españoles.

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