JpC, ERC y la CUP planean dos nuevos referéndums
Junts per Catalunya, ERC y la CUP negocian nuevas consultas sobre la Constitución de la República de Cataluña y sobre su modelo social
El fatídico simulacro de referéndum del 1 de octubre podría tener una segunda parte e incluso una tercera. Aunque la investidura del presidente de la Generalitat continúa bloqueada sin que se aviste una solución, los negociadores de Junts per Catalunya (JpC), ERC y la CUP continúan inmersos en conversaciones para alumbrar algo parecido a un pacto de gobierno para la legislatura. La CUP se niega a suscribir un documento que comprometa a su formación con la estabilidad, pero sí que está de acuerdo en impulsar dos nuevos referéndums: uno para la aprobación de la Constitución de la República de Cataluña y otro, en forma de multireferéndum, para someter a votación el modelo social del nuevo estado.
Así se desprende de un borrador del pacto que ha redactado la CUP. Los negociadores han celebrado ya una decena de reuniones y han logrado una serie de acuerdos para promover un «proceso constituyente», el cual debe culminar con la Constitución de la República de Cataluña. En una primera fase, el bloque soberanista apuesta por crear una Asamblea Constituyente Provisional (formada por todos los diputados del Parlament y por una representación del mundo municipal). Este organismo serviría para levantar los andamios de la Constitución catalana y contaría con la colaboración de un Fórum Social Constituyente.
En paralelo a estos trabajos, los independentistas planean impulsar un tercer órgano para recoger las aportaciones de las entidades cívicas y sociales: el Pacto Nacional por el Proceso Constituyente. Las conclusiones resultantes de todo este «proceso constituyente» se llevarían a votación popular mediante un multirefeferéndum que sería vinculante para el Parlament y que precedería a la convocatoria de unas nuevas elecciones.
Los negociadores también están conformes en llevar a cabo procesos para «la internacionalización de la República» y para la «construcción nacional de los Països Catalans». Asimismo, hay un principio de acuerdo para que Aigües Ter-Llobregat quede bajo dominio de la Generalitat y para poner fin a los conciertos en la escuela diferenciada (educación separada por sexos). Cuestiones como las medidas para atajar la violencia de género, la corrupción y el cambio climático tampoco son objeto de polémica.
Las presiones de ERC
El gran problema, de hecho, sigue siendo la investidura del presidente de la Generalitat. Junts per Catalunya mantiene formalmente su apuesta por Puigdemont, pese a las divisiones internas. ERC presiona para que el líder de Junts per Catalunya dé paso a un candidato con posibilidades reales de garantizar una presidencia operativa.
La dirección de Esquerra ya ha comenzado a trabajar con sus cuadros para explicarles los problemas que genera la candidatura de Puigdemont. «Estamos a la espera de que JpC nos haga llegar una fórmula para investir a Puigdemont que sea real y efectiva, y que permita formar gobierno al día siguiente», dicen desde ERC. Los republicanos no están dispuestos a protagonizar una investidura fallida ni tampoco a poner a sus dirigentes (al presidente del Parlament, Roger Torrent, particularmente) a los pies de la Justicia.
La desaparecida Marta Rovira, secretaria general de ERC, se trasladó este viernes a la prisión de Estremera para entrevistarse con Oriol Junqueras. El líder de ERC ya ha dicho con toda claridad que Puigdemont sólo puede aspirar a una presidencia simbólica. Pero el entorno del expresidente de la Generalitat asegura que no existe plan B que valga e incluso asegura que en breve hará llegar una propuesta de investidura a ERC para convocar a la mayor brevedad el pleno correspondiente en el Parlament.