Josep Bou: «Si yo sacara los resultados de Alejandro Fernández, pondría el cargo a disposición del presidente»
El líder del PP en Barcelona critica en una entrevista a Economía Digital la indecisión de Colau con la pandemia y exige bajar impuestos municipales para reactivar el consumo local
Josep Bou (Vic, 1955) se ha convertido en la cara reconocible del PP de Barcelona, pese a no ser militante. Este empresario constitucionalista del sector pastelero dio el salto a la política municipal, cuya candidatura frenó que el partido quedara fuera del ayuntamiento. El líder municipal ha sido objeto de varias polémicas, tanto dentro como fuera de su formación.
Bou introdujo cambios en el grupo municipal, que desató una batalla en el partido con Óscar Ramírez y sus consejeros de distrito, con la destitución de tres altos cargos. En una entrevista a Economía Digital, el concejal barcelonés aborda la crisis en su partido como algo que considera agua pasada, y también la gestión con la que Colau y la Generalitat han hecho sobre los estragos de la pandemia en Barcelona.
¿Cómo ha vivido usted la crisis abierta con el PP a raíz de sus cambios?
Yo tenía que hacer cambios vitales para continuar, y no es fácil. Ha sido un sufrimiento, debía haber renovación mirando a los afiliados, a los simpatizantes, llegar a los distritos, a una gente que es sacrificada, porque a los militantes del PP no les tiran flores precisamente. Yo soy empresario, y los empresarios vamos haciendo trabajo, mirándolo todo, controlándolo todo. Busqué a gente del partido, aunque si no la hubiera encontrado la habría buscado fuera, pero vi que había gente, aunque estaban todos un poco relegados. Los puse en posiciones de poder, de asesores, de concejales de distrito…
Eso es lo que generó malestar entonces con el aparato. Con el famoso manifiesto…
Bueno, quizás porque el concepto de trabajo de empresa privada no se tiene aquí. Quiero decir, se tiene un concepto de trabajo más funcionarial: toda la vida he estado aquí y toda la vida tengo que estar aquí yo, que vengo de la política… y eso no es real. Pienso que la política bien entendida como un acto de servicio público es lo más maravilloso. Yo tomé una determinación, y lo hice en tres fases. La primera que hice fue contratar a dos asesores más a media jornada, nombrar a mi asesor, a la persona que me tenía que apoyar, porque yo estaba totalmente solo.
Usted estaba solo. ¡Era usted contra el grupo!
Yo no esperaba estar contra nadie, pero bueno, hablo siempre de grupo municipal, ¿eh? No de partido. Tuve que contratar a una persona, que es ahora mi jefe de gabinete, que es Luis Barroso, y muy bien, porque es un gran politólogo, un gran estratega que conoce muy bien el mundo de la política. Y entonces pude respirar. Pese a eso tuve que continuar para que yo no desapareciera prácticamente, o con una afectación importante en cuanto a visibilidad. La segunda cosa fue sustituir al responsable de comunicación. Pues bien, desgraciadamente todo fue a peor, aunque no quiero que se entienda como que yo he venido aquí a hacer limpieza.
«Tuve que continuar para que yo no desapareciera prácticamente, o con una afectación importante en cuanto a visibilidad»
Y la tercera parte fueron los ceses…
La tercera actuación, todas, pero la tercera fue consensuada con Madrid, consensuada con la dirección general. Yo no he hecho nada por mi cuenta, es verdad que yo lo propuse, y que lo tiré adelante. Yo les dije: «Se tiene que hacer, esto, esto y esto». Y me dijeron que sí ¡Que sí!
¿Y en Urgell, sede del PPC?
Bueno, Urgell lo tenía muy complicado porque, por ejemplo, una de las personas que saqué como asesor era el jefe de gabinete de Alejandro Fernández, que ahora está en el Parlament y que si creen que es un hombre competente pues que tire adelante. Pero aquí no, conmigo, no. Yo quiero hacer mi equipo. Y esto es público y notorio: yo estoy en manos de una persona, que es el presidente del partido, que es Pablo Casado. Tengo un pacto de caballeros con él. Yo siempre le pregunto. Si en algún momento me dijera que me fuera –por el motivo que sea– yo me voy. No sé si con los demás se puede decir lo mismo, pero yo soy totalmente leal al Partido Popular. No estoy afiliado, tampoco es tan necesario, quizás me interesaría a mí para tener más poder y llegar a más sitios, pero yo continúo por aquí.
Sobre el cese de Eduardo Bolaños: «Si creen que es un hombre competente pues que tire adelante. Pero aquí no, conmigo, no. Yo quiero hacer mi equipo»
Pero purgar al jefe de Gabinete de Alejandro Fernández tuvo que generar tiranteces…
Esto ya lo había hablado yo con Alejandro, que yo necesitaba este asesor, que en este caso son dos asesores que he cogido a 20 horas, y que tras las elecciones se haría. Yo espero que esta gente tengan trabajo, pero es que hay un concepto casi de propiedad privada de los cargos. Yo no lo tengo, los empresarios no tenemos esta idea: hay que ser competitivo, y no anquilosarse en la vida. Si los resultados no han sido buenos, pues tienes que mover ficha, tienes que hacer una renovación.
¿Se equivocó Alejandro Fernández –y también Óscar Ramírez, que era el jefe de campaña– en la estrategia?
Yo nunca me enteré de eso de Óscar Ramírez. Tampoco soy ningún experto, pero sí que sé y creo que un director de campaña no puede tener de ninguna de las maneras un cargo orgánico ni ser de dentro, tiene que ser un profesional. Yo tengo a un profesional, que es eso, un profesional, que no está afilado y tiene un buen criterio. Él me dijo desde el primer día: «Señor Bou, se están equivocando». A última hora me dijo: «De 0 a 3» y yo le dije: «No puede ser». Él ya lo veía y después la clavó.
«Un director de campaña no puede tener de ninguna de las maneras un cargo orgánico ni ser de dentro, tiene que ser un profesional»
El partido necesita una visión más empresarial…
Yo creo que sí, pero al final cada uno puede decir la suya. Se tiene que hacer política, pero abriendo, y yo creo que he abierto el grupo municipal a los militantes. Nosotros estamos trabajando a dos años vista para sacar unos buenos resultados. ¡Hubo un momento en que lo miramos y estábamos 0.0! ¡Nos quedábamos fuera!
¿Alejandro Fernández debería haber dimitido como presidente del PPC tras el batacazo?
Esta pregunta me gustaría que se la hicieran a él. Depende del contexto, y no quiero que se me coja mal, porque a veces cogen un trozo y te dicen: «¡Ha pedido la cabeza de Alejandro!». Nunca en la vida pedí eso, yo lo que dije fue que había cosas que no las veía bien. Yo solo diré una cosa. Mi cargo, yo, en su caso, ahora mismo –y si de aquí dos años no saco gran cosa–, yo podría mi cargo a disposición del presidente, y luego él me diría sí o no. No sé si lo hizo, pero Alejandro es un hombre honrado. Si está ahí, es porque lo querrán, ¿no? Yo solo puedo decir que es mi presidente.
Yo solo diré una cosa. Mi cargo, yo, en su caso, ahora mismo –y si de aquí dos años no saco gran cosa–, yo podría mi cargo a disposición del presidente
Usted dijo en una entrevista a Betevé que no le importaría ser candidato de una lista de Vox o Ciudadanos. «Me veo siendo candidato de cualquier partido constitucionalista”. ¿De quién se ve candidato?
La estrategia en Cataluña tiene que ser diferente del resto de España, porque aquí hay un problema importante. No es un problema de izquierdas o derechas. Es un problema de ser o no incluso la misma nación. Yo creo en la casa común del centro-derecha que nosotros podemos liderar.
¿Del constitucionalismo o del centro-derecha?
De momento del centro-derecha. Tengo que decir que tengo una relación estupenda con el PSC, son nuestros hermanos, pero hay un PSOE que tiene un problema gravísimo con su presidente del Gobierno, porque hace cosas que nunca habría hecho un socialista. Pactar con quien han pactado cuando dijo que de ninguna manera… Nosotros tenemos principios, no como los que han sabido llegar a Moncloa a cualquier precio.
Sobre Barcelona. ¿Qué le parece que el confinamiento siga de momento comarcal y no de toda el área metropolitana como pedía Colau?
Creo profundamente en el área metropolitana, en la Gran Barcelona. Tengo una hija mía que vive en Esplugues, que tiene dos hijos y un niño pequeño, y no puedo ir. Sí que puedo ir a la empresa en Barcelona, tengo tiendas en l’Hospitalet… pero a Esplugas no puedo ir. Creo que la Generalitat se lo tiene que hacer mirar para no deshumanizar las relaciones humanas, porque dejan de serlo para convertirse en un pacto contractual. No lo veo bien, aunque la que lleva a sus espaldas la gestión es el Govern, el ayuntamiento tiene muy poca cosa a hacer.
Pide consenso para que se tomen las medidas por la pandemia
Bueno, todo tendría que ser de consenso para ir bien. Pero bueno, los gobiernos están elegidos democráticamente, y están para gobernar, incluso a golpe de decreto. Aunque todo lo que sea entenderse es bueno para ellos, porque después también descargan este peso de que no depende solo de ellos. La oposición en Barcelona es como la oposición en la Generalitat. Está el PSC, que tiene una trayectoria de gobierno buena, y también nosotros. Hacemos lo que podemos, pero sin ideas extremistas: somos de darnos la mano y caminar juntos.
Barcelona ha aprobado 87 millones de euros para reactivar la economía en la ciudad. ¿Le parece suficiente?
La ciudad tiene el presupuesto que tiene: de 3.000 millones no pasamos demasiado. Siempre está la solución de vender más, como decimos los empresarios. En Barcelona no se vende más, sino que se suben los impuestos. Yo no estoy de acuerdo con eso. Pediría a la Generalitat y al Ayuntamiento que se redujeran los impuestos: que el dinero lo tengan los empresarios, los trabajadores en su bolsillo, para que consuman. También, que se aprieten el cinturón: estamos mirándolo todo en estos momentos para salir adelante y reducir gastos superfluos de cosas innecesarias, como gastos de representación.
Usted también pide que se den ayudas, pero el ayuntamiento tiene que recaudar con impuestos
El ayuntamiento debe resituarse y destinar partidas para ayudar realmente a quien lo necesita. No hay que subir los impuestos, simplemente administrarse mejor. Usted lo que tiene que hacer es meter la tijera en aquellos gastos que son superfluos con empresas que el Ayuntamiento tiene colgando, y ver qué está pasando con algunas de ellas. Colau da mucho dinero, aunque en cantidades pequeñas, a siglas que no sé ni lo que significan. Y te lo tienes que mirar: «¿Qué narices es esto?». Barcelona se tiene que defender, y lo que deberían hacer es ayudar a los que están en la economía productiva real, que factura.
¿Y cuáles son estos sectores estratégicos?
Gente que esta en línea industrial, turismo, servicios. El ayuntamiento ha querido apartar, apartar y apartar a la oposición. Quien nos ha recibido mejor y siempre nos hemos entendido mejor es con Jaume Collboni, porque este señor tiene alma de botiguer. Pero claro, este señor es teniente de alcalde y hace lo que puede, y tanto Manuel Valls, como Cs, como yo se le hemos intentado explicar la situación, porque hablamos con hoteleros, con restauradores. Las empresas están sufriendo, ¡y hay que salvarlas! Salvar a las empresas sobre todo a las que están vinculadas al turismo, porque Barcelona es un gran aparador.
La alcaldesa llegó declarando la guerra a los cruceros y ahora el ayuntamiento trabaja para que vuelvan en verano. ¿Con qué Colau se queda, con la primera o con la segunda?
¡Con la de ahora! Me ha tocado hablar con ella unas cuantas veces y he conseguido que cambiara en algo. Hemos hablado en plenos, y fuera de los plenos también, y le he dicho un poco lo que es la economía productiva. Yo ya se lo dije claramente, yo creo mucho en el humanismo cristiano… ¡o laico! No puede ser que haya miseria, hay que ayudar a los que lo pasan mal, pero no estoy contigo porque te piensas que el dinero sale de los árboles, ¡y no sale de los árboles! Tenemos que potenciar la economía. ¿Y cómo se hace esto? Bajando los impuestos y subvencionando en lo que haga falta a empresas, restaurantes, a ayudarlos en todo.
Ahora tienen que llegar los 3 mil millones de fondos europeos
Que el Estado dará a una Generalitat que no ha querido nunca a Barcelona. Pujol no la quería porque no la podían tener. En el Área Metropolitana de Barcelona hay una gran masa de personas, trabajadores de industrias potentes, y aquí el procés no ha perjudicado tanto como en comarcas… ¡Y Barcelona saldrá perjudicada! Nosotros somos los que más pagamos, y hay una comarca que no voy a decir el nombre pero que la llaman la «Bienpagá», porque los mantenemos directamente desde aquí con unos déficits terribles. Nosotros ponemos el dinero desde aquí, en el AMB somos cinco millones de personas, somos el 70% del PIB, el 30% restante son estas 37 comarcas. Está todo aquí, en el Barcelonès, en el Baix Llobregat, en el Vallès Occidental, Vallès Oriental… ¡Y a la Generalitat no le gusta! Le gusta mucho subvencionar asociaciones y comarcas.
Pero hay que tener en cuenta el equilibrio territorial
No, no, es que se tiene que ser generoso y se tiene que ser solidario. Cataluña es solidaria, Madrid es solidaria, y Cataluña con el resto de España es solidaria. Tenemos un 5, 5 y pico por ciento de déficit. Es verdad que luego tenemos otras cosas, tenemos a los proveedores y el fla con lo que prácticamente cobra lo mismo que el déficit, ¿eh? Prácticamente. Eso es lo bonito, ser solidarios, con la pagesía. ¿Qué ha hecho Barcelona? Los ha succionado. La gente, la juventud que ha estudiado y que tenía más activo de crecimiento se los ha llevado Barcelona. Pues es normal que les apoyemos, faltaría más, pero sin olvidar que Barcelona es el gran motor económico, y la Generalitat lo tiene que tener en cuenta.
¿Barcelona ha entrado en decadencia con Colau?
Ella tiene una idea de Barcelona para los barceloneses, yo también, pero también para los comerciantes, para todos. Para ella solo puede ser una ciudad con menos actividad, con menos vitalidad, menos viva, menos cosmopolita. Pienso en el Hermitage, cosa que tenemos congelada. Tenemos que potenciar la marca Barcelona, la Barcelona olímpica. En Barcelona la bossa sona, somos el doble o más conocidos que Cataluña.
Para Colau Barcelona solo puede ser una ciudad con menos actividad, con menos vitalidad, menos viva, menos cosmopolita
¿Se plantea dejar Twitter como Colau?
¡No, no! Colau se ha dado cuenta de que ha hecho cosas mal hechas, y la han arreglado bien arreglada, la han abrigado con muchos tuits y por eso se ha ido. Esto para ella es un paso atrás, porque es propagandista, Podemos es propagandista. ¿Y por qué deja Twitter entonces? porque le estaban sacando los colores. Yo tengo norma de no contestar a cosas que ofenden, no lo he hecho nunca. En función de lo que digan o de cómo hablen ya se descalifican ellos mismos, no me gusta esta forma de expresarse.