José Luis Jiménez, el experto en aerosoles que refuta a la OMS por el coronavirus
El profesor de química de la Universidad de Colorado afea que la OMS se resista a reconocer la importancia de la transmisión del coronavirus por el aire
El catedrático de química y ciencias ambientales de la Universidad de Colorado Boulder, José Luis Jiménez, dice que a él y a los otros científicos de distintas disciplinas que defienden que la principal vía de transmisión del coronavirus es por el aire los han tratado de «intrusos ignorantes» en debates con oficiales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que sistemáticamente han ninguneado esta vía de contagio.
Este investigador aragonés y los otros investigadores que han liderado una ingente cantidad de esfuerzos para que la OMS rectifique su posición anti-aerosoles decidieron hace ya algunos meses que, en lugar de seguir intentando convencer a los epidemiólogos del organismo de Naciones Unidas, lo mejor era «comunicar directamente con la población». Explicar qué es y cómo puede prevenirse la transmisión por aerosoles.
En conversación con Economía Digital, Jiménez ha relatado que, antes de la pandemia de la Covid-19, su trabajo tenía poco que ver con enfermedades. «Yo normalmente me dedico a estudiar instrumentación avanzada para medir aerosoles, espectrómetros de masas para medir la contaminación y los aerosoles y el cambio climático, y los volamos en aviones de la NASA y hacemos experimentos de laboratorio».
Pero entre febrero y marzo, al calor de las noticias sobre el coronavirus, que en aquel entonces cogía ya fuerza en Europa y EEUU, y al ver su transmisibilidad, de inmediato pensó en los aerosoles. Tras hablar con colegas del campo especializados en enfermedades, confirmó sus sospechas y se incorporó a un comité de expertos que se proponía compartir sus valoraciones con la OMS.
«Evidencia significativa» de transmisión por aerosoles
A finales de marzo, la OMS calificó de mentira que el coronavirus se transmite por el aire. Ahora, no lo niega, pero se resiste a catalogarla como la principal vía de infección, tal como defienden José Luis Jiménez y una creciente lista de científicos. «Tenemos virólogos, médicos, microbiólogos, ingenieros… Somos lo que la OMS no es; un grupo multidisciplinar donde están casi todas las disciplinas que son necesarias».
Se trata de un grupo de expertos que refutan a la OMS y que, si bien han visto cómo en los últimos meses su hipótesis es recogida (a medias) por los organismos oficiales, insisten en que no se está comunicando correctamente la importancia de este tipo de transmisión y que, por ende, desde este punto de vista, no se está haciendo todo lo posible por combatir la pandemia.
Esta semana, un informe científico firmado por Jiménez y otros científicos de diferentes disciplinas —entre ellos la viróloga e investigadora del CSIC, Margarita del Val— fue publicado por el Ministerio de Ciencia, que se hizo eco de su convicción de que hay una «evidencia significativa» que constata la transmisión por aerosoles. Y hay que actuar acorde y con diligencia.
El informe, cuenta el experto en aerosoles, surgió como iniciativa del departamento de Ciencia e Innovación. Él fue invitado por un científico que a su vez fue contactado por el Ministerio. Es decir, ni la iniciativa ni su publicación ni su divulgación han sido impulsadas desde el Ministerio de Sanidad, que, aunque naturalmente prioritario en asuntos de salud pública, ha pasado casi siempre de puntillas del asunto de los aerosoles.
Hasta esta semana, cuando, a raíz del mencionado informe, Fernando Simón (director del Ccaes), reconoció que la transmisión de la Covid-19 por aerosoles «podría ser un poquito más de lo que se pensaba en un principio«.
Las nubes de humo que se forman al fumar ayudan a explicar cómo se comportaría la transmisión de coronavirus por aerosoles | Foto: Pxfuel/Creative Commons
Analogías (imperfectas) para explicar la transmisión por el aire
Más allá de intentar convencer a las autoridades de vigilancia epidemiológica locales e internacionales, José Luis Jiménez dedica ahora gran parte de su tiempo a divulgar sus conocimientos sobre los aerosoles y su importancia en la pandemia del coronavirus.
En su intento de «comunicar directamente con la población» información acerca del protagonismo de los aerosoles en la transmisión de la Covid-19, Jiménez ha impulsado desde un simulador para calcular las probabilidades de contagio en diferentes situaciones de riesgo hasta un extenso documento de preguntas y respuestas sobre este tipo de transmisión.
También lo ha intentado exponer tirando de analogías que reconoce que son imperfectas, pero que ayudan a que la idea de la transmisión por el aire se entienda mejor para que las personas se protejan más. La analogía es para este científico «la parte central» de su trabajo en este sentido, que dice que es tratar de «quitar el miedo irracional a través de explicarlo».
Si el coronavirus puede flotar durante un lapso en el aire es porque es capaz de concentrarse. Como el humo de cigarrillo en un lugar cerrado, sin ventilación, que pronto se convierte en una nube y puede permanecer mucho tiempo allí.
Pero el virus no puede permanecer tanto tiempo como el humo; necesita una serie de circunstancias para ser peligroso. Por eso Jiménez dice que la transmisión «es como un humo, pero tienes que inhalar mucho humo». Es como que todas las personas estén respirando un mismo humo pero «hay que respirar, no un poquito, sino bastante de este humo para contagiarte«.
«¿Qué situaciones son peligrosas? Cuando hablas con alguien, sin mascarilla y cerca, sin guardar la distancia; esto es una situación peligrosa. O cuando, aunque guardes la distancia, compartes el aire en una habitación, y entonces en esa habitación, si hay poca ventilación, se puede acumular ese humo y si estás ahí bastante tiempo y la persona infectada también, te puedes contagiar».
Otra analogía sería estar tan cerca de alguien que ha comido ajo que te das cuenta porque le hueles el ajo en el aliento al hablar. «Si puedes oler el ajo ya esa es una situación peligrosísima», señala Jiménez. «Estas analogías, ninguna es perfecta. Tú llegas al día siguiente y huele a humo pero el virus al día siguiente ya no está», matiza.
Otras enfermedades, como el sarampión, que eran mucho más contagiosas, podían quedarse más tiempo en el aire. En el caso de la Covid-19, «tienes que ayudarle al virus a que contagie». Es decir, que se reúnen una serie de condiciones que animan al virus, pero que si se previenen estas condiciones es probable que pueda mantenerse a raya.
La mascarilla tiene que ser obligatoria en TODAS las situaciones que se comparte el aire con otras personas en interiores
Incluso en casa si vamos a visitar a otra familia o amigos etc.
Y además de ventilar, filtrar, limitar el tiempo.Mejor reunirse al aire libre + masc + dist https://t.co/q9B1cWx9aI
— Jose-Luis Jimenez (@jljcolorado) November 10, 2020
«Los científicos de aerosoles queremos que se nos escuche»
Pese a los esfuerzos, este experto en aerosoles entiende que sería mucho más sencillo si los organismos sanitarios reconocieran la importancia de la transmisión de coronavirus por aerosoles. «Queremos que se nos escuche y que se tome en cuenta nuestra evidencia», afirma.
Pero la OMS insiste en que la principal vía de transmisión son las gotas que salen cuando hablamos, tosemos o estornudamos, que pueden entrar al cuerpo a través de la boca, la nariz y los ojos. Jiménez asegura que «no hay evidencia» de este tipo de contagios, sino «malinterpretaciones» por parte de muchos epidemiólogos.
«Dicen que si el virus fuera por el aire todos se contagiarían y esto no es así. Hay gente más contagiosa que otra y de hecho el sarampión estuvieron 75 años diciendo que era una enfermedad de gotas porque había casos de no contagio cuando se compartía el aire. 75 años diciendo que era de gotas. Los mismos argumentos que fallaron durante 75 años y les hicieron pensar eso los vuelven a usar ahora para la Covid«.
Jiménez reconoce que «la ciencia de aerosoles no es la cosa más importante», pero cree que la negativa de los encargados de la gestión de la pandemia a aceptar esta forma de transmisión responde a «un error tremendo que está enquistado y nos está obstaculizando, y no le estamos diciendo a la gente ni estamos tomando las medidas correctas».