Sànchez gana ventaja sobre otros favoritos para relevar a Puigdemont
Sànchez, el expresidente de la ANC encarcelado en Soto del Real, suscita consenso entre Puigdemont y el Pdecat
Aunque fuentes del Pdecat podrían estar en lo cierto cuando atribuyen a ERC la filtración de que Jordi Sànchez es el mejor situado para relevar a Carles Puigdemont, no puede dejar de explicarse que, en efecto, es una figura que agrada al expresidente de la Generalitat y que incluso tiene mejores cartas que Elsa Artadi y Jordi Turull, los recambios que parecían mejor situados hasta el momento.
Pese a continuar en la cárcel, a expensas de lo que decida el juez Pablo Llarena, desde la corte de Puigdemont en Bruselas y desde la dirección del Pdecat contemplan con atención la carta de Sànchez. En el partido de Artur Mas, Neus Munté, Marta Pascal y compañía lo consideran como uno de los suyos, a pesar de nunca ha militado en Convergència ni el Pdecat. Sin embargo, sí que ha dado sobradas muestras de obediencia a sus dirigentes.
Un defensor de Mas
Como presidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Sànchez se enfrentó a la CUP para evitar que forzaran a Mas a dar el célebre “paso al lado”. Fracasó en el intento, pero los convergentes siguen agradeciéndole el gesto.
Sànchez recibió entonces feroces críticas dentro de la ANC por secundar las tesis de Mas: primero, se posicionó a favor de una lista unitaria del independentismo en las elecciones de 2015 tal como suplicaban los convergentes, una propuesta que cristalizó en Junts pel sí; y luego defendió a capa y espada a Mas.
Con Puigdemont, Sànchez ha procurado que la ANC secundase sus posiciones, incluso durante sus últimos días en la Generalitat cuando titubeaba sobre la declaración de independencia y la convocatoria de elecciones. Sànchez llegó a enfrentarse a la dirección de la ANC.
Un pragmático
Los que conocen a Sànchez aseguran que un político “práctico”. Quizás por eso, en su última comparecencia ante el juez Llarena declaró que dimitiría como diputado del parlamento catalán si Junts per Catalunya optaba por la vía unilateral. Tal pronunciamiento no le sirvió para conseguir la libertad, pero por lo visto tampoco le incapacita ante los diputados de su grupo parlamentario.
Sànchez se movió durante años en la órbita de Inicitiva per Catalunya (ICV), pero siempre ha tenido poderosos amigos convergentes. En los años noventa trabó amistad con David Madí cuando los dos coincidieron en Freedom for Catalonia, la plataforma independentista surgida con motivo de los Juegos Olímpicos de Barcelona del 1992. Sànchez y Madí formaron parte del sanedrín que aconsejó a Puigdemont hasta que este se largó a Bruselas.
Sànchez suscita unanimidad dentro de Junts per Catalunya, tanto entre los diputados independientes como entre los afiliados al Pdecat. Si Puigdemont no puede ser el candidato a la investidura, amagan con que sea Sànchez. Si no lo puede ser el número uno de la lista, lanzan el nombre del número dos. No obstante, esta opción no gusta a ERC. Los republicanos preferirían a alguien sin procesos judiciales. En cambio, el Pdecat y, sobre todo, Puigdemont se siente a gusto manteniendo el conflicto. Proponer a un preso para la investidura responde a esta estrategia.
El Pdecat amaga con la candidatura de Jordi Sànchez para poner de los nervios a ERC
Desde Junts per Catalunya se insiste en que el presidio no le impide someterse a la investidura. La jurisprudencia avala esta posición. Hace treinta años, Juan Carlos Yoldi pudo participar en la sesión de investidura a leendakari pese a que cumplía una pena de cárcel por pertenencia a ETA. Sin embargo, que pueda votar no significa que también pueda gobernar.
Multiusos Sànchez
Sànchez ha sido chico para todo. Portavoz de la desaparecida Crida a la Solidaritat, donde compartió esta responsabilidad con Àngel Colom. Esta organización se caracterizó por acciones mediáticas. Incluso robaron la bandera española del Palau de la Generalitat, con Jordi Pujol de presidente, para entregarla después ante las cámaras dentro de una caja de camisas.
ICV lo colocó como consejero de la entonces llamada Corporación Catalana de Ràdio y Televisión (1996-2004) y, posteriormente, como adjunto a Rafael Ribó en la Sindicatura de Greuges. Abandonó el cargo en 2015 para situarse al frente de la ANC. Substituyó a Carme Forcadell, diputada de ERC. Desde entonces, esta asociación gira en la órbita de Puigdemont.