Jordi Mercader: «El soberanismo es prisionero de la estrategia de Rajoy»
Considera que sólo una negociación que "será lenta y llena de dificultades" resolverá el encaje de Cataluña sin que se evapore la idea de la independencia
El independentismo, como idea, como posibilidad, y como proyecto de futuro, ya no se desvanecerá. «Está aquí, una parte importante de la sociedad catalana lo defiende, y lo mantiene vivo», asegura Jordi Mercader, periodista, que fue director de comunicación del President Pasqual Maragall.
Otra cosa, sin embargo, es resolver un problema político, que para Mercader sólo puede pasar por la negociación. Por ello, asegura que «el soberanismo es prisionero de la estrategia de Rajoy», al ir planteando etapas, una detrás de otra, sin que el Gobierno español se haya movido un centímetro, con lo que lo más probable es que acabe todo en un fracaso, si no se apuesta por una negociación que «será lenta y llena de dificultades».
Mercader lo ha planteado en el libro El tigre sobiranista (Pòrtic) en el que analiza, a través de 12 protagonistas del proceso, la situación de la política catalana. Podía haber incluido a más personajes, o haber dejado a alguno fuera del guión. Pero son representativos del actual equilibrio de poder en el seno del soberanismo.
Un «tigre plural y con fuerza»
Aparecen retratados por Mercader, tras entrevistas con todos ellos, desde el alcalde de Premià de Mar, Miquel Buch, hasta Artur Mas. No faltan a la cita Muriel Casals, Carme Forcadell, Francesc Homs, Oriol Junqueras, Ferran Mascarell, Pere Pugès, Francesc Ribera (Titot), Quim Torra, Joan Manuel Tresserras o Carles Viver Pi-Sunyer.
El periodista considera que Mas ha tratado de ser el jinete de este tigre, que Mercader identifica con el proceso soberanista. «Pero el tigre no se deja dominar, es plural, y tiene fuerza». Por ello, la incógnita es saber qué puede ocurrir si ese tigre no logra el objetivo, y, dadas las circunstancias, es lo más probable, porque «la situación es de empate, o de casi empate, y falta saber lo que ocurrirá en la política española, con nuevos actores en juego».
Y la incógnita, también, es saber que hará el jinete Mas.
Renuncia a los maximalismos de las dos partes
Al margen de las motivaciones de cada uno, de las interpretaciones que realice sobre por qué Cataluña ha llegado a esta situación, que Mercader no esconde que es «injusta», la salida llegará si se renuncia a los maximalismos por las dos partes.
Jordi Mercader, en una entrevista con Economía Digital, tiene claras dos cuestiones: «No se puede tratar de una disyuntiva entre el blanco y el negro. Madrid, entendido como el Estado, no puede pensar que el problema se resolverá de repente, de que el independentismo se desvanecerá si el proceso soberanista fracasa, pero también se equivocará el bloque independentista si piensa que debe quemar etapas, que debe ir cumpliendo un guión que la otra parte no va a reconocer».
La vía escocesa, la «única válida»
Por ello, las elecciones del 27 de septiembre se plantean como una oportunidad «para no caer en el error, y no descarto que se cometa». Para Mercader, que no ha visto con antipatía el proceso independentista, y que conoció de primera mano las intenciones «reales» del ex President Pasqual Maragall para cambiar las reglas del juego con su apuesta por el Estatut que se aprobó en 2006, «la única vía válida es la escocesa, la de negociar para conseguir una consulta, y ahora en Cataluña parece que esa pantalla ya se ha saltado, y que, directamente, vamos a ir hacia un estado que no se reconocerá, porque no hay ninguna señal de que en Europa se vaya a ver con simpatía esa decisión».
En el libro lo adorna con más precisión: «Un estado ciego de legalidad y un movimiento obcecado por la falsa urgencia difícilmente actuarán con lucidez».
¿Cuál es la salida, después de comprobar que los protagonistas de ese proceso «se lo creen y tienen planes muy rotundos para crear un estado»?
Reforma de la Constitución
Mercader no se esconde. Ha buscado la empatía con esos doce hombres y mujeres del proceso. Pero ofrece su receta.
«Estoy totalmente persuadido de que la reclamación catalana de una modificación sustancial de la relación entre el Estado español y Cataluña está objetivamente fundamentada en el derecho de toda nación a elegir su destino y en la injusticia de los parámetros actuales, resultado de una interpretación sesgada del pacto constitucional de la Transición. Estoy tan persuadido de ello como de cuál es la vía más pragmática para su concreción: la negociación de una nueva Constitución, que incorpore el reconocimiento del principio democrático para las naciones del Estado, de tal manera que pueda ser ejercido legalmente y de forma vinculante si el nuevo pacto establecido, sea federal o de cualquier otro tipo, no es respetado por una de las partes, o no cumple las expectativas previstas. Y el horizonte de un estado independiente no se desvanecerá nunca».
Mercader insiste en que al independentismo «se le debe derrotar con las urnas»
Esa es su apuesta, que muchos de sus entrevistados podrían compartir. ¿También Artur Mas?