Italia llevará a Astrazeneca a los tribunales por reducir el número de vacunas
La farmacéutica británica ha anunciado que recortará un 60% los envíos de vacunas a toda la Unión Europea por problemas de producción
La farmacéutica Astrazeneca se ha visto obligada a recortar un 60% la partida de vacunas que se había comprometido a entregar a la Unión Europea debido a problemas en la fabricación. La demora ha provocado el enfado de algunos de los países miembro como Italia, que ya ha advertido de que emprenderá acciones legales contra la compañía.
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, ha anunciado que llevará a la empresa británica a los tribunales para defender los “compromisos contractuales” y proteger los derechos de sus ciudadanos. «Recurriremos a todos los instrumentos y a todas las iniciativas legales”, ha señalado en su cuenta oficial de Facebook.
Los departamentos jurídicos del Gobierno italiano seguirán el mismo camino que han emprendido para poner una denuncia legal contra la farmacéutica estadounidense Pfizer que ya redujo la semana pasada su volumen de dosis en todo el viejo continente para llevar a cabo una reestructuración de su fábrica de Puurs (Bélgica).
“Todo esto es inaceptable, nuestro plan de vacunación, aprobado por el Parlamento y ratificado por la Conferencia Estado-Regiones, ha sido elaborado en base a compromisos contractuales libremente firmados por las farmacéuticas y la Comisión Europea” ha expresado Conte.
Italia tenía previsto recibir en el primer trimestre del año cerca de 8 millones de dosis de la vacuna que ha diseñado Astrazeneca de la mano de la Universidad de Oxford, si finalmente recibe el visto bueno de los reguladores sanitarios. Sin embargo, ahora solo podrá contar con 3,4 millones de unidades para repartir en su población.
El primer ministro italiano ha advertido sobre los “daños enormes” que supondrá la reducción de los envíos que tendrán “consecuencias directas en la vida y salud” de los ciudadanos de toda la Unión Europea.
Italia ya ha administrado la primera dosis de la vacuna a más de 71.000 habitantes en una campaña de vacunación que se ha centrado de forma prioritaria en los profesionales sanitarios que atienden el impacto de la tercera oleada de casos.
Italia señala el camino jurídico a España
Los retrasos en los envíos de las vacunas no solo afectan a Italia. Todo el conjunto de la Unión Europea se ha visto resentido por este problema en un momento delicado por la situación epidemiológica. A España le corresponden 31 millones de dosis de la vacuna de Astrazeneca, de los cuales cerca de 15 millones deberían llegar en el primer trimestre del año.
Las demoras harán prácticamente imposible que el país reciba esa cantidad en los próximos tres meses. Un hándicap cuando la campaña de vacunación ya ha alcanzado un ritmo óptimo y el principal cuello de botella se encuentra en la disponibilidad de vacunas.
El Gobierno de Pedro Sánchez deberá estudiar en este punto si decide emprender también acciones legales o si cede esa papeleta a los responsables de la Comisión Europea. El retraso protagonizado por Pfizer en la última semana no ha provocado ninguna reacción de los servicios jurídicos, a pesar de las presiones de algunos partidos de la oposición.
La vacuna de Oxford se desinfla
La vacuna diseñada por la Universidad de Oxford y la farmacéutica Astrazeneca era a mediados de 2020 la gran esperanza de la Unión Europea. Los desarrolladores británicos fueron los primeros en suscribir un contrato con el bloque comunitario, que reservó 300 millones de unidades con muchos meses de antelación.
Sin embargo, los ensayos de la vacuna se han ido retrasando y otras farmacéuticas como Pfizer o Moderna han adelantado a los investigadores de Reino Unido en la carrera internacional. El prototipo todavía sigue pendiente de la autorización definitiva de la Agencia Europea del Medicamento que podría entrar en vigor antes de que finalice el mes de enero.
Las investigaciones han dejado un mar de dudas sobre la efectividad de la vacuna, que varía en función del tipo de dosis que reciben los pacientes. A este problema, hay que sumar ahora un nuevo revés: los problemas de producción que amenazan con desencadenar denuncias judiciales en su contra.