Urkullu presionará a Sánchez con un nuevo Estatuto tras completar la transferencia de Prisiones
El PNV aprovechará la negociación de Presupuestos para arrancar al presidente más concesiones sobre “autogobierno” que se incluirán en el nuevo texto
El PNV siempre empieza el nuevo curso político con fuerza, aprovechando el Alderdi Eguna (‘Día del partido’), que celebra el último domingo de septiembre. El de este año, sin embargo, será aún más especial, con la transferencia de Prisiones completada en octubre y la negociación del nuevo Estatuto.
El lehendakari, Iñigo Urkullu, es plenamente consciente de que ambas circunstancias representan dos grandes oportunidades para su propio gobierno y para el partido. El objetivo es zafarse de la presión de Bildu y apuntarse dos buenos tantos ante el electorado más independentista.
La gestión de los presos de ETA
El primer gran éxito que podrá vender Ajuria Enea en apenas unas semanas será la cesión completa de las competencias de Prisiones al País Vasco.
Desde la pasada primavera, el gobierno de Iñigo Urkullu ya gestiona las tres cárceles vascas, pero desde un punto de vista meramente administrativo: plantillas, conservación de los centros, etc. En octubre, sin embargo, ya podrá decidir sobre los presos que habitan en las mismas.
De esta forma, al igual que en Cataluña, será el Ejecutivo autonómico, y no el central, el que aprobará las excarcelaciones, los terceros grados, y los permisos penitenciarios de todos los internos en las cárceles vascas, incluidos los cerca de 20 presos de ETA.
Ese escenario es nuevo, pero lo cierto es que Urkullu lleva años trabajando en él. El Gobierno Vasco cuenta con el llamado ‘Programa Hitzeman’, aprobado en septiembre de 2014, que recoge los pasos a seguir con los presos de ETA una vez asumida la competencia de Prisiones.
El documento establece que el Gobierno Vasco, una vez obtenida la competencia de Prisiones, articulará un proceso de acercamiento de los presos a sus lugares de residencia «porque así lo establece la legislación penitenciaria».
En cuanto a los excarcelados, se establece que el Gobierno Vasco «preparará un programa orientado a promover procesos de reintegración social». Para ello, se apuesta por un «asesoramiento personal y legal» sobre los procesos de «reinserción social», y por prestar «apoyo para la inserción laboral y el acceso a la vivienda» de los presos de ETA que queden en libertad.
El nuevo Estatuto de Gernika
De aplicar este Programa, Urkullu daría un golpe de efecto que dejaría a Bildu sin argumentos. El partido abertzale lleva años acusando al lehendakari de no actuar con “valentía” con los presos de ETA en la nueva “etapa de paz” en el País Vasco. Un reproche que llegaría ahora a su fin.
La misma meta perseguirá el PNV en la negociación del nuevo Estatuto de Gernika. El texto en el que ya trabajan los nacionalistas vascos incluye un nuevo traspaso de competencias y el reconocimiento expreso de la “ciudadanía vasca”.
Este último aspecto, que también exige Bildu, es visto con recelo por parte del PSE, socio del PNV en el Gobierno Vasco. Las fuentes consultadas advierten, no obstante, que el lehendakari Iñigo Urkullu y el presidente del partido jetzale, Andoni Ortuzar, ven aún margen de negociación con los socialistas.
Entre otras cosas, añaden estas mismas fuentes, porque el partido condicionará su apoyo a los Presupuestos de Pedro Sánchez a un compromiso claro del Gobierno de desbloquear el nuevo Estatuto.
En Ajuria Enea son conscientes de que el apoyo del PNV es imprescindible para el Ejecutivo central y creen que Sánchez estaría dispuesto a negociar el texto para blindar la legislatura. El plan del PNV, por tanto, es activar esas conversaciones este mismo otoño.