Pedro Sánchez y Quim Torra: ambiente distendido en plena «guerra fría»
Pedro Sánchez y Quim Torra salieron de su primera reunión sin respuestas claras y con "el reconocimiento mutuo institucional" como la nota más positiva
Parece que nadie se acuerda ya de cuando Pedro Sánchez calificó a Quim Torra como «el Le Pen racista español». Ni las diatribas del presidente catalán contra los españoles y las complicidades del líder socialista con lo que él considera agravios a Cataluña.
Lo habíamos adelantado en estas mismas páginas. Lo mejor y único que se podía esperar del encuentro entre el presidente Sánchez y el presidente Torra era que se celebrase. La última reunión entre un presidente de España y uno de Cataluña se celebró en La Moncloa el 11 de enero de 2017. Fue entre Mariano Rajoy y Carles Puigdemont.
Ayer lunes, la escenografía, los gestos y las actitudes recordaron un encuentro entre soviéticos y norteamericanos en el comienzo de la distensión de la Guerra Fría.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez (i), muestra al presidente de la Generalitat, Quim Torra (d), el salón y la mesa del Consejo de Ministros tras la reunión mantenida hoy en el Palacio de la Moncloa. EFE/Pool
El decorado estuvo impecablemente cuidado. Mirando al frontispicio de La Moncloa, la bandera española estaba a la derecha; la catalana, a la izquierda. Una simetría escrupulosa desde el eje central de la entrada.
Sánchez le regaló el encuadre del apretón de manos a la sombra de la bandera catalana. Un apretón que parecía cordial y sincero. Luego, ligeramente, agarró a Torra, con cariño, con la mano izquierda sobre el hombro derecho. Cordialidad, fluidez, simpatía y firmeza entre quienes están radicalmente en desacuerdo en temas capitales.
Sánchez fue firme en recalcar que en la Constitución no cabe el derecho a la autodeterminación
Torra se reafirmó en que no renuncia a la autodeterminación y la independencia. Y Sánchez fue firme en recalcar que en la Constitución no cabe el derecho a la autodeterminación porque la soberanía española reside en la totalidad de los españoles. Sin parcelaciones posibles.
Para que no diera la sensación de que en un encuentro de dos horas y media no había contenidos, se anunció la puesta en marcha de las comisiones bilaterales sobre la agenda que estaba congelada desde hace año y medio.
Es significativo que el presidente catalán haya dado prioridad a los aspectos positivos del encuentro
La parte catalana de la comisión estará encabezada por el consejero de Acción Exterior, Relaciones Institucionales y Transparencia, Ernest Maragall, que será quien presida la parte catalana de la Comisión Bilateral Generalitat-Estado.
En esta comisión, que no se reúne desde julio de 2011, Maragall estará acompañado de Pere Aragonès; la consellera de Presidència, Elsa Artadi; la secretaria general de Acció Exterior, Mercè Salvat, y el delegado del gobierno catalán en Madrid, Ferran Mascarell.
Es significativo que el president haya dado prioridad a los aspectos más positivos del encuentro, afirmando que tomó «notas durante la reunión». Para él, el gran logro del encuentro es «el reconocimiento mutuo institucional y de proyecto político que representan ambas instituciones».
Las reacciones
En la comparecencia posterior, la vicepresidenta, Carmen Calvo, aludió a la responsabilidad del Gobierno de España con todos los catalanes. Una muestra más de la distensión ha sido el paseo de los dos presidentes por los jardines de La Moncloa.
Entre los desacuerdos manifestados por Quim Torra habría que recalcar su reafirmación, negada por Pedro Sánchez, de la existencia de presos políticos y el anuncio de que el presidente de la Generalitat no invitará al Rey a los actos por el aniversario de los atentados de Barcelona. Una forma tangencial de confirmar la ruptura de relaciones de la Generalitat con la Corona.
La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, durante la rueda de prensa que ofrece hoy en el Palacio de la Moncloa de Madrid, posterior al encuentro que han mantenido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de la Generalitat, Quim Torra. EFE/ Bal
La vicepresidenta, por su parte, ha anunciado que Sánchez asistirá a los actos de Barcelona por el ataque terrorista, dando a entender que éste no tiene que esperar una invitación para asistir a Cataluña.
A ambos presidentes les han salido voces respondonas, inmediatamente después de la reunión. Albert Rivera ha recriminado la condición de «presidente chollo» de Sánchez, mientras que del lado catalán, tanto sectores de los CDR como de la CUP, se han sentido traicionados por la actitud del presidente catalán.
Probablemente, las primeras grietas serias en las filas del independentismo no terminarán en agrandarse.
El más perjudicado, sin duda, por el éxito y las formas de la reunión, estaba fuera de España, en Berlín. Los intentos de demostrar que él es el auténtico presidente regional se desmoronan a machas forzadas.
La reunión de ayer, probablemente es la puntilla.