Illa se ofrece a Aragonès para imponer un 25% de películas dobladas en catalán en los cines
El líder socialista lamenta que las proyecciones dobladas o subtituladas en la lengua cooficial en Cataluña solo representan un 3% del total
En plena polémica por el Netflix en catalán, Salvador Illa ha desempolvado en la sesión de control una norma aprobada por el gobierno tripartito de José Montilla y que lleva diez años en la sombra: la ley del cine de Cataluña. Un texto que contempla la obligación de que al menos un 25% de las películas dobladas o subtituladas en los cines sean en la lengua cooficial.
Una denuncia que ha lanzado Salvador Illa en la sesión de control de este miércoles en el Parlament. El líder socialista ha recordado que la ley –que inicialmente hablaba del 50% hasta que una sentencia del Tribunal Constitucional lo redujo al 25%– obliga a una mayor presencia del catalán en los cines: «Hoy no llegamos al 3%».
Aragonès «celebra» el posicionamiento de Illa
Salvador Illa ha citado el estudio InformeCat de Plataforma per la Llengua publicado el pasado octubre, la autodenominada ONG del catalán que se espió la lengua en la que hablaban los alumnos en algunos colegios de Cataluña y que quiere mayores mecanismos de control sobre el uso del catalán en las escuelas en horas no lectivas.
Aragonès, que ha «celebrado» el posicionamiento de esta cuestión, ha aprovechado para vincular la situación con el insuficiente grado de autogobierno de Cataluña. El president ha asegurado que siguen subvencionando doblaje en catalán que esté disponible, no solo para los distribuidores, sino para las plataformas como Netflix o HBO.
Una ley aprobada con polémica
El president también ha definido al catalán como «lengua del Estado»: «No es una sola, son varias, entre las cuales está el catalán». A juicio de Aragonès, una mayor diversidad en la concepción lingüística del Estado habría permitido hacer un despliegue mayor de la ley del cine.
La norma se aprobó en el último año de mandato del socialista José Montilla, en el gobierno tripartito de PSC, ERC e ICV. La ley generó un gran revuelo en el mundo audiovisual, tanto de las salas de cine como de algunas majors, que defendían que el catalán se proyectara en los cines pero sin imposiciones políticas.