Iberdrola, Endesa y Repsol toman ventaja por las electrolineras
El Gobierno ultima un real decreto ley para impulsar la implantación cargadores de vehículos eléctricos y que incentive la entrada de operadores
El Gobierno ultima un real decreto ley que impulse la implantación de electrolineras y cargadores de vehículos eléctricos a lo largo y ancho del país. Así lo anunció la pasada semana el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, en referencia a un texto que verá la luz en las próximas semanas y que no hará sino fijar una legislación similar a la que regula las gasolineras para incentivar la entrada de operadores privados.
“Se promoverá el despliegue, por parte de operadores privados, de una red de recarga de vehículos eléctricos”, avanzó Ábalos en su intervención en el VII Congreso de Ingeniería Civil. La nueva normativa eximirá, de hecho, de solicitar una autorización específica de acceso a la red viaria en los puntos de recarga de las gasolineras o áreas de descanso existentes.
Las energéticas han apurado el paso para cerrar alianzas con centros comerciales, párkings, aeropuertos o empresas, que han sido objeto del despliegue de electrolineras más allá de las estaciones de servicio, el centro de las urbes o los domicilios particulares.
Como no podría ser de otra forma, los grandes grupos energéticos han realizado su particular juego de ajedrez para posicionarse en este negocio con el despliegue de puntos de recarga a través de la geografía española. Una carrera que, hasta la fecha, lideran Iberdrola y Endesa con planes que contemplan la instalación de 25.000 puntos de recarga hasta 2021 y de 36.000 puntos de recarga hasta 2022, respectivamente.
Si bien Endesa no ha querido entrar en valoraciones sobre ese real decreto que Ábalos ha puesto sobre la mesa, sí ha apuntado a Business Insider España que todo lo que sea facilitar el desarrollo de la infraestructura de recarga en nuestro país es bienvenido porque redundará en un beneficio de la movilidad eléctrica.
Un posicionamiento similar al manifestado por Iberdrola, que subraya a este medio: «Estamos a favor de iniciativas y marcos normativos que creen ecosistemas que promuevan la movilidad sostenible como vía para avanzar en la descarbonización de la economía». Repsol, por su parte, no ha querido pronunciarse mientras la nueva normativa no sea oficial.
Los usuarios prefieren cargar el vehículo en casa
Disponer de una infraestructura de electrolineras que permita recorrer el país es un factor clave en todo el proceso de adopción del vehículo eléctrico en detrimento del diésel. “¿Cuál es el problema? Que cuando tienes un vehículo eléctrico no quieres ir a la electrolinera pero quieres poder ir. Quieres saber que hay una disponible por si acaso te quedas sin batería», señala Alberto Martín, socio responsable de Management Consulting y del sector Energía y Recursos Naturales en KPMG España.
Si los usuarios cargan el vehículo eléctrico en casa pero quieren disponer de esta red de puntos de carga, por si acaso, la cuestión que se plantea es si estas electrolineras son realmente rentables para las compañías que invierten en la instalación de puntos de carga. Todo ello teniendo en cuenta lo poco que le cuesta a un usuario cargar un vehículo eléctrico.»Supone un ahorro del 90% respecto al diésel. Puedes hacer 100 kilómetros por 0,5 céntimos de euros», explica Luis Buill, responsable global de Smart Mobility de Iberdrola a Business Insider España.
Otro factor que condiciona la adopción del vehículo eléctrico es la propia oferta de las compañías automovilísticas. Pese a ello y, por primera vez, «en el mercado ya hay una amplia gama de coches eléctricos que puedes comprar. Éste era uno de los requisitos pendientes hasta ahora: los modelos», expone Martín. “Ahora ya tienes modelos de todo tipo y esto se está empezando a notar».
Frente al modelo español, otros países como los del norte de Europa han sido más propensos a adoptar este tipo de sostenible. Esta casuística responde, según Martín, a una cuestión de incentivos fiscales. “En países donde se han conseguido altas penetraciones, como en Noruega, es en gran parte porque existen unas subvenciones elevadas a la compra del vehículo eléctrico. O, al revés, unos impuestos elevados a los vehículos que no son eléctricos. Eso al final son dos factores que influyen mucho en las cuentas que hace consumidor”, asegura.
Estas ayudas fiscales, considera Arnaud Belloni, vicepresidente de Marketing y Comunicación de Citröen, no hacen sino desestabilizar la marcha de la industria automovilística con picos y bajadas en las compras.
Por otra parte, España sumará entre 1 y 2,5 millones de vehículos eléctricos en 2030, según las previsiones que maneja el informe Vehículo eléctrico: situación actual y perspectivas futuras, elaborado por la Universidad Pontificia de Comillas y publicado en el portal del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. La cifra, no obstante, supondrá tan sólo el 10% del parque automovilístico dentro de 10 años.
Se hace necesario, por tanto, ampliar la red de electrolineras para satisfacer las necesidades derivadas de esta transformación en movilidad. Red Eléctrica España publicó un mapa de puntos de recarga de vehículo eléctrico en el territorio que sumaba 573 electrolineras en enero de 2020, gestionadas por los operadores de movilidad con los que colabora y con potencias de entre 2,3 kW y 350 kW, es decir, entre carga lenta y carga ultrarrápida. Hasta 192 de esos puntos corresponden a la red Ibil Repsol.
Iberdrola se refuerza en la carga privada y reclama regulación pública
Son hasta 25.000 puntos de recarga hasta 2021 los que tiene previsto poner en marcha Iberdrola en el marco de su Plan de Movilidad Sostenible. “Dentro de este plan, uno de los objetivos son los acuerdos que estamos cerrando con grandes empresas”, apunta Luis Buill, responsable global de Smart Mobility de Iberdrola, en una entrevista con Business Insider España.
Buill avanza que Iberdrola está desplegando una red de recarga rápida para estaciones de servicios que permitan unir largos trayectos. Pero la carga en el domicilio es otro de los puntos fuertes de la estrategia de la empresa, motivo por el que se ha aliado con concesionarios para ofrecer el servicio de instalación de puntos de carga al cliente.
Así es que, como parte de su hoja de ruta, la compañía instaló el primer párking sostenible de un recinto ferial en la Feria de Madrid (IFEMA), desplegó puntos de carga en estaciones de servicio de Avia, Ballenoil o Varcarcell y ha firmado acuerdos también con empresas como Ikea, McDonald’s, Telefónica, Red Eléctrica España, Pelayo o la dueña de Alcampo, grupo Auchan.
El grupo cuenta también importantes alianzas con fabricantes de vehículos como BMW, Renault, Hyundai, PSA Group, Volkswagen o Mercedes, más enfocadas a la instalación en los domicilios particulares, así como acuerdos con entidades públicas como el Ayuntamiento de San Sebastián e incluso con asociaciones empresariales como Asivalco.
Valencia, Murcia o Bilbao son las regiones en las que cuenta con una mayor red de recarga. El directivo de Iberdrola apunta que, si Madrid y Barcelona disponen de infraestructuras de carga mayores, es también porque son las zonas donde más vehículos eléctricos se venden. Ya en 2018 Iberdrola inició el despliegue de 200 puntos de carga dispuestos cada 100 kilómetros en las principales carreteras españolas, con una inversión de más de 10 millones de euros.
Así es que ahora centra sus esfuerzos en instalar puntos de recarga en suelo público: “Aquí, es verdad, que lo que pedimos es que exista una reglamentación muy clara porque a veces se dilata la concesión de la licencia de obra”.
Endesa despliega su red con puntos de carga cada 100 kilómetros
Endesa, por su parte, creó el pasado año una división propia para el negocio de movilidad eléctrica: Endesa X. Y anunció que destinaría 65 millones de euros hasta 2022 para desplegar una infraestructura de hasta 36.000 puntos de recarga a lo largo de la geografía española, de los cuales 8.500 puntos serán de acceso público, y el resto se instalarán para particulares y empresas.
La estrategia de la compañía, propiedad de Enel, se apoya en electrificar las ciudades de más de 35.000 habitantes y en contar con un punto de carga cada 100 kilómetros a finales de 2020. Galicia, Castilla y León, Cantabria y Extremadura son las regiones con menos puntos de carga en el país y donde centrará sus esfuerzos justo después de ampliar su infraestructura en Cataluña, Andalucía, Baleares, Canarias, Madrid y Valencia, según avanza Manuel Muñoz, responsable de Infraestructura Pública e-Mobility de la compañía en una entrevista con Business Insider España.
“Estamos desplegando más puntos de carga semirrápida que rápida en ciudad. El coche permanece más tiempo parado y, por tanto, cargando que cuando estás en espacios interurbanos”, explica Muñoz.
Endesa se centra, así, en la instalación de puntos de recarga en el hogar y, no menos importante, en el ámbito de la recarga privada de las empresas, corporaciones y flotas. Además, ha llegado a acuerdos de cesión de suelo para la instalación de puntos de recarga con socios como Saba, Consum o McDonald’s o el grupo hospitalario Vithas.
Para satisfacer la demanda en largos trayectos, la energética cuenta también con alianzas con partners como Andamur, Galp, CEEES, PetroMiralles, donde se apoya en la instalación de puntos de carga en sus estaciones de servicio.
También ha cerrado acuerdos con ayuntamientos, como el de Barcelona, donde la compañía cuenta con puntos de recarga del vehículo eléctrico que permiten cargar el coche de forma gratuita. Estos procesos se realizan por concurrencia pública. Algunos ayuntamientos conceden adjudicaciones directas o otros optan por licitaciones públicas. “No hay homogeneidad en las ordenanzas municipales”, asegura el responsable de Endesa.
La movilidad eléctrica forma parte de la electrificación de la economía y, tal como avanza Muñoz, la movilidad es, en sí misma, un vector importante de la economía: “Como empresa energética queremos ser líderes en ese aspecto”.
Repsol se refuerza a golpe de talonario
La petrolera española Repsol dejó patentes sus intenciones en este segmento el pasado 13 de diciembre con la compra de la actividad comercial de Ibil, es decir, de un total de 1.200 puntos de recarga, los contratos con los clientes y toda la actividad de comercialización.
Repsol basa su apuesta en implantar electrolineras en lugares donde considera que habrá demanda. Para ello, también ha sellado acuerdos con las administraciones públicas locales, como las de Lanzarote, Fuerteventura, Zaragoza y las de las tres capitales vascas. Todo, pese a que cada Ayuntamiento lo maneja según su propia fórmula: licitación, concesión o concurso.
Desde la compañía consideran este paso una evolución lógica de su propio negocio: «El mercado puede ser novedoso pero, para mí, es algo que nosotros ya hacíamos. Nosotros ya entregábamos energía para el transporte con una amplia gama de carburantes tradicionales», señala Carlos Bermúdez, responsable de Movilidad Eléctrica de Repsol en una entrevista con Business Insider España. «Nosotros no somos fabricantes de puntos de recarga ni lo vamos a ser en el futuro», matiza.
De estos puntos de recarga, 230 son públicos y dos de ellos son de carga ultrarrápida, los primeros de estas caracterísiticas en la Península. “A día de hoy nos coloca a la vanguardia desde el punto de vista técnico”, asegura Carlos Bermúdez, responsable de Movilidad Eléctrica de Repsol. “A nivel europeo, sólo hay un vehículo comercial capaz de cargarse a esos niveles de potencia”.
La idea de la compañía es, a corto plazo, instalar tres puntos de recarga ultrarrápida en el corredor mediterráneo, en la A1 y en la A2: “Tiene sentido tenerlos en puntos concretos. Si el vehículo soportase esa potencia, tendría cargada la batería entre 5 y 10 minutos”. Por el momento, ninguno lo hace.
Noticia original: Business Insider
Autor: Lidia Montes